La defensa del excomisario José Manuel Villarejo emitió ayer un comunicado en el que sostiene que las grabaciones publicadas por MONCLOA.COM entran dentro de sus “acciones de inteligencia” como “agente encubierto». Además, anuncia que detallará que esas actividades eran aplaudidas por todos sus superiores.
La reacción de Villarejo a través de su abogado se produce después de que este medio publicara el contenido de sus reuniones con María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro. Estas conversaciones se produjeron en la sede nacional del Partido Popular, en la calle Génova de Madrid, cuando Cospedal era secretaria general del PP. En ellas se descubre que el comisario desveló a ambos información sobre las pesquisas policiales del caso Gürtel, pocos meses después de que éste estallara en el seno del Partido Popular.
La última de las grabaciones que han salido a la luz descubre que Cospedal y López del Hierro acordaron con Villarejo realizar trabajos puntuales sobre el caso Gürtel. Además, el excomisario avisó a la dirigente popular de que tenían infiltrado un topo de la policía en la sede de la calle Génova.
La versión que ofrece la defensa el excomisario, encarcelado en el marco de la operación Tandem, es que las grabaciones evidencian, esencialmente, que éste “ha dedicado buena parte de su vida profesional, como agente encubierto, a dirigir acciones de Inteligencia, esto es, a obtener, procesar, analizar y explotar información de interés judicial-policial”.
El contenido de estos audios descubre que el excomisario trabajó, por un lado, con la policía y el juez Baltasar Garzón antes de que el magistrado se hiciera cargo del caso Gürtel, (según relató en un almuerzo con mandos policiales en el restaurante Rianxo de Madrid), y por otro lado, con el Partido Popular.
Estas actividades las califica el abogado del excomisario como “procedimientos heterodoxos”, unos métodos que, en su defensa, esgrime que son utilizados “de forma común, por los aparatos de seguridad de Estados de nuestro entorno”. En las primeras grabaciones reveladas por MONCLOA.COM, realizadas en el citado restaurante Rianxo, había una conversación con la actual ministra de Justicia, Dolores Delgado, en la que Villarejo le confiesa que utilizó prostitutas para obtener información a políticos y financieros.
VILLAREJO, APLAUDIDO POR SUS SUPERIORES
Estas actividades de Inteligencia, según la posición de Villarejo, “eran no sólo consentidas y aprobadas, sino aplaudidas y premiadas por todos sus superiores operativos y políticos”. El comunicado emitido por su abogado anuncia que, cuando salga de la cárcel, detallará por qué estaba autorizado para realizar estas labores.
El comunicado avisa también que Villarejo desvelará ante la Justicia las causas por las que “determinadas personas en los aparatos del Estado” le habrían llevado a la cárcel. Estas personas habrían decidido “injustificadamente, no sólo interrumpir, sino intentar destruir” su trayectoria que, sostiene, ha estado “entregada a dar seguridad a los españoles”.
La filtración de las grabaciones tendrían relación, según su abogado, con los “hitos decisivos en los que se evalúa la concesión de la libertad” a Villarejo, que se encuentra en prisión preventiva desde hace casi un año. En su opinión, el contenido de las grabaciones se refiere a “actividades privadas” que no tendrían relevancia penal y que, a su juicio, tienen la intencionalidad de atacar a contrincantes políticos.
El comunicado señala que entre las conversaciones grabadas existen otras con las que Villarejo “aplicando similar modus operandi” habría conseguido “ganarse la confianza de terroristas de ETA, o de yihadistas, o de importantes narcotraficantes y traficantes de armas, que fueron detenidos gracias a diversos métodos de infiltración”.
En ese sentido, considera que puede “causar un daño irreparable al interés nacional” la posibilidad de que se pueda “dejar al descubierto la seguridad de informadores, procedimientos o infraestructuras que deberían mantenerse en secreto”. Por esa razón, recuerda que Villarejo solicitó al juez que el material que le fue intervenido fuera enviado al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para que éste custodiase la información sensible para la seguridad del Estado “o la ajena a la causa que se investiga”.
La defensa de Villarejo se queja de que no se esté preservando el secreto del sumario y cree que puede conocerse “perfectamente” quiénes han accedido y filtrado su contenido. Según esta versión de los hechos, existiría un “presumible interés político” y otras razones “inconfesables” tras la filtración de las grabaciones.