Las manifestaciones contra el Gobierno se han ido multiplicando a lo largo del país, siendo recibidas de distinta manera en según qué barrios. Vallecas, de tradición obrera, ha querido mostrar su repulsa ante estas protestas alentadas por la derecha y la ultraderecha, haciendo ver que no quieren fascistas en su barrio.
Tanto Vox como PP han alentado estos últimos días la numerosas protestas que se han ido repitiendo a lo largo de España bajo el lema «Gobierno dimisión». Lo que empezó siendo una cacerolada en pleno barrio Salamanca de Madrid, se ha convertido en una especie de movimiento contrario al ejecutivo.
De Núñez de Balboa a Pozuelo y Aravaca pasando por Pinar de Chamartín y Chamberí. Multitud de barrios ya no de Madrid, sino del resto de España han sido los que se han sumado a las protestas, llegando incluso a los barrios obreros y más humildes. Al contrario que otros muchos, Vallecas se ha plantado y ha querido hacer frente a estas protestas.
La hora marcada para la cacerolada contra el Gobierno es a las 21:00, y en Vallecas ayer no quisieron que los pocos vecinos contrarios al ejecutivo hicieran ruido. A esa misma hora el barrio se echó a la calle para protestar contra los recortes en sanidad efectuados por el PP años atrás.
FUERA FASCISTAS DE NUESTRO BARRIO #Vallecas ✊ pic.twitter.com/PEwawJvBfV
— kida (@Raquel_Cobain) May 17, 2020
DOBLE VARA DE MEDIR DE LA POLICÍA
Han sido muchas las quejas a lo largo de los días de protesta puesto que la policía no está tomando grandes medidas contra los manifestantes del barrio Salamanca. Algunos aseguran que si esto se produjese en barrios de clase más humilde, la acción policial sería distinta y acarrearía sanciones económicas.
A #vallecas sí que llegan las lecheras. pic.twitter.com/VnmN6Rx2th
— kida (@Raquel_Cobain) May 17, 2020
Mientras algunos gritaban «¡Viva Vallecas! ¡Viva el barrio!», otros les respondían preguntándoles «los de la libertad, ¿dónde estáis cuando desahucian a las familias?«. Proclamas como «fuera fascistas de nuestro barrio» o «sanidad pública» fueron algunas de las consignas que silenciaban las caceroladas hasta que acudieron varios furgones de la Policía.