Las razones de la caída en desgracia de Gabriel Rufián

  • El candidato de Esquerra Republicana de Catalunya sufrió una llamativa pitada de 'los suyos'.
  • Su cambio de estrategia llama la atención entre sus compañeros y votantes.
  • Rufián quiere dejar de ser 'el chico malo' del Congreso de los Diputados para enfado de las CUP.
  • Botifler y charnego. Traidor y españolista. Esto es lo que le llamaban miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) a Gabriel Rufián hace unos días en una concentración de protesta ante el Palacio de Justicia de Barcelona.

    Esta imagen tan llamativa deja claro que el independentismo más ortodoxo, con las CUP a la cabeza, no tragan ante la estrategia posibilista y moderada de Esquerra Republicana de Catalunya, molesta porque algunos votantes les afean su cercanía con la derecha, el PDeCAT, y por su evolución o deriva socialdemócrata.

    Estos ataques quizás han animado a que el jesuítico Oriol Junqueras haya dicho que en el Estado español «se pueden meter el indulto por donde les quepa» ya que la prisión «es una oportunidad de explicar al mundo este conflicto».

    RUFIÁN QUIERE DEJAR DE SER EL ‘BAD BOY’ DEL CONGRESO

    La prensa más cercana al independentismo ha recogido con atención e ironía los cambios vitales de Gabriel Rufián, separado tras haber encontrado la felicidad en Madrid. Al diputado le achacan su refinamiento estético, su reciente amor por el deporte o su sofisticada ropa.

    Poco parece quedar del ‘chico malo’ que provocaba en cada intervención en el Congreso. Ahora le llaman «pijo» y se mofan de él por su impostado discurso como hombre de Estado. Porque al sosegado Rufián parece preocuparle la estabilidad española, tal y como se evidenció cuando arremetió contra Sánchez e Iglesias por no pactar: «Debería darles vergüenza, se arrepentirán».

    Rufián también ha dado que hablar por su nueva faceta como entrevistador en el programa ‘La Fábrica’, que se ve en Youtube. Imitando a Iglesias ha recibido a personajes como poco queridos en ERC como Risto Mejide o Tomás Guasch, que se presenta como «ministro de Deportes de Tabarnia».

    EN ERC TAMPOCO SE FÍAN DEMASIADO EN ÉL

    Entre algunos compañeros de ERC tampoco tienen demasiada confianza en Rufián, que asegura que es «más de Oriol Junqueras que de Esquerra». Ahora intentará repetir los números que logró el 28-A, aunque no lo tendrá fácil por el salto estatal de las CUP.

    Rufián ha intentado ahora distanciarse de los socialistas: «Con el PSOE hay que tener memoria. En julio, durante dos horas, se dedicó a interpelar a la derecha, tanto al Partido Popular como a Ciudadanos. Ellos mismos, PP y Cs, alucinaban. Fue una humillación para todos aquellos que queríamos desbloquear y sobre todo, tener a alguien en Moncloa que dijera otras cosas».

    Rufián
    Rufián recibió una dura pitada hace unos días en una concentración.

    «Esa interpelación a la derecha delató a Sánchez. Le pasó como con la moción de censura, que el PSOE no se la creía. Cuando habló con nosotros, la pregunta era: ¿Qué queréis? Sánchez sabe que vivirá mejor con Ciudadanos que con los independentistas y Podemos», añadió.

    RUFIÁN Y PODEMOS, UNA GUERRA SORPRENDENTE

    La falta de sintonía entre Gabriel Rufián y Pablo Iglesias es muy llamativa para los periodistas que cubren la información del Congreso de los Diputados. El candidato de ERC fue muy duro contra Unidas Podemos, que según él no tenía «legitimidad para pedir ministerios» y debía hacer «una reflexión interna» tras su desgaste el 28-A.

    Pablo Echenique le devolvió el dardo: «Tengo muchas ganas de ver a Gabriel Rufián en ‘La Sexta Noche’ analizar por qué tumbó los presupuestos y provocó las elecciones en las que entró Vox al Congreso. Pero, como eso no va a pasar porque lo llevan para que haga campaña contra Podemos, me voy a poner una serie».

    Y Rufián hizo lo propio contra Iglesias: «Yo escuchaba a Pablo Iglesias estos días diciendo que el presidente del Gobierno y el de la Generalitat debían hablar y que daba igual cómo se llevaran. Bien, en cuatro años no me ha llamado nunca Pablo Iglesias».

    RUFIÁN QUIERE QUE ZAPATERO MEDIE ENTRE MADRID Y BARCELONA

    Gabriel Rufián ha provocado un despiste en el ámbito independentista por sus guiños a los socialistas: «Yo soy poco sospechoso de ser amable con el PSOE, pero creo que su primera parte del mandato fue muy ilusionante, solamente comparable con la primera parte del mandato de Felipe González, aunque luego evidentemente, pasó lo que pasó. No obstante, creo que es una figura y un presidente que no ha optado por la vía fácil, Venezuela lo demuestra».

    «Él sí es un hombre de Estado, creo que es el presidente más cercano a la figura de presidente estadounidense, que cuando lo dejan, mejoran. Para poder evaluar justamente a Zapatero, hay que compararlo con Aznar: uno está mejorando su propia memoria y otro es una figura tóxica. Por ejemplo Zapatero decidió ir a Venezuela, medió allí y dijo que había problemas por ambas partes. Creo que Zapatero podría ser una gran figura mediadora entre Cataluña y el Gobierno», añadió.

    SU CAMBIO DE DISCURSO

    Rufián ha explicado por su cambio de discurso: «Cuando eres portavoz es como el capitán del equipo. Piqué, ahora ya no es el Piqué de hace cinco años. Conviene no aislar a tu grupo parlamentario y si yo hago según qué cosas lo aislaría. Hay compañeros que podrán ejercer un papel que igual yo hacía más en el pasado, pero también creo que es sana la autocrítica que yo me hago como político: igual he dado demasiadas excusas para hablar de las formas y no del fondo».

    «Todo el mundo habla de la impresora o de las esposas y nadie habla de que Soraya Sáenz de Santamaría estaba enviando a la Guardia Civil a imprentas o que Zoido estaba encarcelando o metiendo a un gobierno legítimo en un furgón policial», explica.

    VIOLENCIA EN CATALUÑA

    El exdiputado asegura que los que «regalan imágenes de violencia no representan al independentismo. También hay fascistas con estelada, los hay, pero nosotros somos incompatibles con la violencia».

    Y asegura que no aceptan «el marco mental que se quiere instaurar de que el independentismo es violento. A Torra le faltan unas letras de neón para denunciar la violencia. Lo ha dicho 155 veces, acépteme la broma, y creo que es una mala noticia que el presidente del Gobierno, guste más o menos, no quiera hablar con Torra porque están condenados a dialogar».