lunes, 25 noviembre 2024

Las 10 noticias de MONCLOA.COM que llevaron a la dimisión de FG en BBVA

MONCLOA.COM desvelaba el pasado 9 de enero que hace casi 15 años, en noviembre de 2004, cuando la constructora Sacyr intentó hacerse con el control del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), la entidad financiera dirigida por Francisco González contrató al polémico comisario José Manuel Villarejo para que este realizara trabajos de espionaje.

Nació así el ‘Proyecto TRAMPA’ cuyo principal cometido fue encontrar “aspectos negativos” de una serie de personas, a las que el comisario colocó en el llamado “grupo hostil (GH)” y que formaban el núcleo de la operación de Sacyr para hacerse con el control del BBVA. Luego vendrían las noticias de la «acción final» en el edificio Windsor y el ‘Proyecto FISH’, una operación de hostigamiento contra el constructor Fernando Martín en 2009.

VILLAREJO EXIGIÓ 750.000 EUROS AL BBVA

detectives Villarejo
El excomisario de Policía, José Manuel Villarejo.

Villarejo centró sus primeras investigaciones en Luis del Rivero, presidente de la constructora; Miguel Sebastián, por aquel entonces jefe de la Oficina Económica en el Palacio de la Moncloa a las órdenes de José Luis Rodríguez Zapatero y que antes había pasado por el BBVA; y Juan Abelló, vicepresidente de la empresa de infraestructuras y que también ocupaba un puesto de consejero en el BSCH -hoy Banco Santander-, un hecho de vital importancia para el BBVA porque se creía que detrás de la operación se encontraba Emilio Botín. Pero el espionaje masivo abarcó muchos otros aspectos.

El comisario contrató con el banco de González, a través de una filial de su empresa de detectives Cenyt, y propuso cobrar parte de su trabajo a través de sociedades ficticias o en el exterior.

La primera cifra que planteó Villarejo, 2 de diciembre de 2004, fue de 750.000 euros. Pero ese mismo día redactó un nuevo borrador rebajando los emolumentos a 510.000 euros. Un mes después, el 3 de enero de 2005, disminuyó su caché a 360.000 euros y admitía que le pagaran mensualmente, a razón de 30.000 euros. El contrato era prorrogable anualmente, salvo denuncia expresa, lo que debía reportarle otros 360.000 euros al año siguiente.

Eso le situaría nuevamente cerca del reto ambicionado inicialmente -720.000 euros-, aunque MONCLOA.COM desconoce si finalmente se prorrogó dicho acuerdo. Al finalizar el encargo del BBVA, el comisario reclamó cobrar 120.000 euros adicionales, lo que significa que en el menor de los casos Villarejo planteó al BBVA cobrar 470.000 euros por un trabajo que debía durar como máximo un año.

MONCLOA.COM recopiló los documentos más interesantes de la operación Trampa y los puso a disposición de sus lectores.

VILLAREJO ESPIÓ 15.000 LLAMADAS PARA BBVA

Miguel Sebastián, Rodrigo Rato y Luis del Rivero, tres de los espiados por Villarejo.

El BBVA fue informado por el comisario José Manuel Villarejo del contenido de pinchazos telefónicos, el tráfico de casi 15.000 llamadas, seguimientos personales y espionaje de la vida íntima de miembros del Gobierno de Zapatero, empresarios, financieros y periodistas. El comisario realizó este trabajo de inteligencia con el objetivo de desestabilizar la operación de Sacyr de hacerse con las riendas de BBVA. Para ello no reparó en utilizar todos los medios para espiar a las personas pertenecientes al que denominaron como “grupo hostil”.

Los trabajos clandestinos de información consiguieron detalles precisos sobre las intenciones de las personas que pilotaban la operación, pero no solo eso. También buscaron “aspectos personales censurables” o proyectos políticos oscuros, como los califica uno de los informes elaborados.

Así, por ejemplo, escudriñaron la vida privada, relaciones sentimentales, costumbres sexuales, consumo de alcohol o drogas, problemas con Hacienda, sospechas sobre su patrimonio y cualquier incidente o irregularidad con los que conseguir que se retiraran de su empeño.

BBVA ACCEDIÓ A UNA LLAMADA DE LA MONCLOA

espionaje villarejo
La entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega fue interceptada en una llamada entre Sebastián y un alto cargo del Santander. | Gtres

El comisario José Manuel Villarejo interceptó para el BBVA, el 18 de enero de 2005, una llamada telefónica realizada desde el Palacio de la Moncloa a un directivo del Banco Santander Central Hispano (BSCH), en la que fueron grabados de forma subrepticia la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el jefe de la Oficina Económica en Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián.

En las hojas de cálculo a las que tuvo acceso MONCLOA.COM había 65 llamadas en las que el origen o el destino estaba identificado como “Presidencia del Gobierno”, “Ministerio de la Presidencia” o “Moncloa”. Y en 60 de las 65 ocasiones aparecía el móvil corporativo que tenía Sebastián en aquel momento en Presidencia de Gobierno.

El documento con las transcripciones Villarejo se jactó de que “a pesar de las contramedidas” que había puesto el propio Sebastián para proteger sus comunicaciones telefónicas, el pinchazo de la llamada realizada desde un número fijo de La Moncloa había sido posible ya que ‘RUPER’ (Ignacio Rupérez Calvo, un alto directivo del BSCH que, en opinión de Villarejo, era el “enlace” entre el llamado ‘grupo hostil’ y la entidad financiera de Botín), tenía el “control afectado”.

Rupérez le confesó a Sebastián que “el Jefe -presuntamente Emilio Botín– tiene la cabeza en la Audiencia y además lo ve todo muy parado”, lo que confirmó que el Santander era renuente a entrar en la operación de Sacyr para echar de la presidencia del BBVA a Francisco González.

Sebastián lamentó que el Santander no se lanzara en apoyo de Sacyr –“No os veo muy activos”, subrayó el entonces gurú económico de Zapatero- y le pide a Rupérez un “esfuerzo” porque había que “tener un recambio si al final el financiero Juan Abelló no sigue en la operación para desbancar a González del BBVA”.

De la Vega se sumó a la conversación y transmitió a Rupérez tranquilidad respecto a la situación de Emilio Botín. Rupérez confirmó a la vicepresidenta del Gobierno que podían seguir contando con el BSCH en la operación de Sacyr para asaltar el BBVA. “No quiero más comunicados contra SV (Sacyr Vallehermoso) ni contra nadie… ahora hay que dar aspecto de unidad frente al PP”, subrayó la número dos del Gobierno.

“MI PRESI ME LLAMA CADA 10 o 15 DÍAS”

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El presidente de honor del BBVA, Francisco González.

Una conversación entre Julio Corrochano y José Manuel Villarejo, grabada por este último de forma subrepticia, fue la prueba definitiva del espionaje realizado por ambos a manos de BBVA.

El jefe de seguridad de BBVA dijo que trabaja directamente para el presidente (FG), que su director era Ángel (Ángel Cano, consejero responsable de la Seguridad en el BBVA), que él preparaba la factura para Villarejo, y que compartía sus informes de espionaje con dichos cargos del BBVA.

Así se confirmaba que todos los informes que realiza Villarejo para el BBVA estaban ejecutados según las órdenes emitidas por ‘Tommy’, el alias de Corrochano en círculos policiales.

En esta grabación, Julio Corrochano desmintió el desconocimiento del presidente de honor del BBVA. FG no sólo estaba al corriente de los informes que realizaba Villarejo en contra sus enemigos, sino que le pedía menos información pública y más munición propia del espionaje que le estaba pagando tan generosamente. FG quería secretos de sus enemigos a cualquier precio, a tenor de su jefe de seguridad.

La prueba de que FG era el destinatario final del trabajo llegó cuando Corrochano urge a Villarejo para que le avanzara “bombas” contra los rivales del presidente y así él poder comunicárselas: “Sobre todo para cuando me llamen, porque me llama cada diez o quince días el presi. Para tener yo tres o cuatro historias preparadas, que vean que estamos…”, le dijo.

LA CONDICIÓN SEXUAL DE SEBASTIÁN COMO ARMA

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Miguel Sebastián, en una imagen de 2017, ‘MIKY’, era objetivo prioritario del espionaje pagado por el BBVA. | Gtres

La vida íntima del que era jefe de la Oficina Económica de la Moncloa, Miguel Sebastián, aparece en varios momentos de la conversación entre Julio Corrochano, jefe de Seguridad del BBVA, y el comisario Villarejo. El comisario desveló al jefe de Seguridad del BBVA que Sebastián había tenido “varios meses de pelea” con el que, en palabras suyas, era su pareja sentimental: Maurici Lucena, por aquel entonces director del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y que en la actualidad es presidente de AENA.

Tras ello, Villarejo y el directivo del BBVA entraron de lleno en otra supuesta relación sentimental de Sebastián con David Vegara, que en el primer Gobierno de Zapatero ejerció el cargo de secretario de Estado de Economía.

En esta misma conversación Corrochano y Villarejo planearon una estrategia de extorsión contra Miguel Sebastián. En este sentido, se subraya que “aparte de estos bulos transmitidos a través de su entorno se le está intentando desestabilizar a través de su relación sentimental”. Y para ello, “se ha encontrado un posible ligue, un cubano llamado IVAN que trabaja en un pub de la Plaza de Chueca”. Se trata de intentar sobornar al supuesto amante del exministro y pasearlo por los platós de televisión.

JUAN CARLOS I, OBJETIVO DEL ESPIONAJE

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El rey Juan Carlos fue objetivo de las investigaciones de Villarejo.

Villarejo también postró su atención en el rey Juan Carlos, la mayoría de las referencias se producen debido a que el financiero Juan Abelló alude a que el rey apoyaría la operación para cambiar al presidente del BBVA, según Villarejo.

El primer informe citado relata que, a pesar de la buena relación de Abelló con el rey, el financiero supuestamente habría utilizado los servicios de la prestigiosa agencia internacional de detectives Kroll para que le informaran de “los negocios de un árabe llamado Abdul Rahman el Asir (ex cuñado del conocido Kashogi)” con el Rey.

Los trabajos de Kroll sobre el rey Juan Carlos se habrían extendido luego a ofrecer a Juan Abelló “datos de negocios en Marruecos del falso Príncipe Tchokotua, con Mohamed VI y el propio SM (Su Majestad). Zourab Tchokotoua es conocido por su amistad con el rey y por haber mediado para la cesión del palacio de Marivent, la residencia de verano de la familia real en Mallorca.

La información manejada por el comisario indica que Abelló habría errado al dar por hecho un apoyo del rey y, a pesar de no tenerlo, presentarse ante los demás protagonistas de la operación (entre otros, Emilio Botín o Miguel Sebastián) “como un enviado” de Felipe González y el monarca.

BBVA CONTROLÓ REUNIONES DE LOS EXPRESIDENTES

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Los expresidentes Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar y Felipe González en un acto en el Congreso. Foto: Gtres

También se monitorizaron desde BBVA varias reuniones privadas de los expresidentes Felipe González y José María Aznar, así como del jefe del Ejecutivo por aquel entonces, José Luis Rodríguez Zapatero.

González era visto por Villarejo como el padrino de Miguel Sebastián gracias a la intermediación del exministro Carlos Solchaga, al expresidente socialista le atribuye la iniciativa de pedir a los miembros del ‘grupo hostil’ que Solchaga fuese el sustituto de Francisco González.

De Aznar se subrayó que personas de su entorno han sido “detectados” con directivos de Société Generale, el banco francés que se interesó por la operación de Sacyr, y la inmobiliaria Metrovacesa.

Sobre Zapatero, destacó los rumores difundidos por Miguel Sebastián sobre una “intervención personal del Presidente (P) en graves irregularidades económicas sobre abono o condonaciones de deudas referidas a Aerolíneas Argentinas. Datos que dice haber conseguido el pasado mes de octubre, en unos contactos mantenidos en el entorno del actual Presidente de Argentina (Nestor Kichner)”.

WINDSOR: LA ACCIÓN FINAL DE VILLAREJO PARA FG

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El estructura de varios pisos del edificio Windsor se derrumba en el incendio de 2005. Foto: Quique Fidalgo/El Mundo

El 12 de febrero de 2005 ardía el edificio Windsor, en Madrid. Uno de los grandes interrogantes de ese siniestro fue si el mismo tuvo relación con los documentos guardados en las oficinas de la auditora Deloitte, que podían ser comprometedores para el presidente del BBVA, Francisco González. MONCLOA.COM tuvo acceso en exclusiva a documentos en los que el comisario José Manuel Villarejo anotó, en un resumen del trabajo realizado para el BBVA, una “acción final” con una frase contundente“Eliminar rastros documentales de la Firma de Auditoría DEL”.

Entre los documentos publicados en enero por MONCLOA.COM se encontraba una sinopsis en la que aparecía un misterioso párrafo (pinche aquí para leer el documento) que, por sí sólo, no indicaba más que Villarejo había realizado acciones secretas de las que ni siquiera quería hacer referencia en los documentos presentados al banco. En principio, no parecía posible conocer a qué acciones se refería.

Así, el informe de Villarejo decía -respetando su puntuación y mayúsculas usadas-: “Esta sinopsis no pretende ser del todo exhaustiva, toda vez que PARTE de las ACTUACIONES realizadas y de los DATOS FACILITADOS no se han archivado por obvias MEDIDAS DE SEGURIDAD (Por ello no pueden ahora recogerse exhaustivamente)”.

El comisario daba cuenta de que “El objetivo de este proyecto se ha CUMPLIDO TOTALMENTE, por lo que este GIA ya ha FINALIZADO su cometido”. Las siglas GIA se corresponden a lo que denominó Grupo de Inteligencia y Análisis, su equipo de trabajo en esta misión encomendada por el BBVA.

En todo caso, el trabajo iba a continuar. Villarejo señaló que “no obstante (y por deferencia hacia T), se continuará la labor hasta conseguir el máximo de las nuevas actuaciones solicitadas (por ahora pendientes)”. ‘T’ o también ‘Tommy’ es identificado en la documentación de Villarejo sobre este caso como Julio Corrochano, el jefe de seguridad del BBVA en aquel momento y la persona con la que Villarejo despachaba.

Posteriormente, la investigación realizada por MONCLOA.COM descubrió un nuevo documento que era crucial (pinche aquí para leerlo). Era muy parecido al anterior, menos en el párrafo final, que tenía una redacción diferente. Ahí fue donde el comisario José Manuel Villarejo anotó en el resumen de conclusiones de los trabajos para el BBVA una contundente “acción final” que consistió en “eliminar rastros documentales de la Firma de Auditoría DEL.”

Este último párrafo describía, en su transcripción literal, el “intento de sustitución de soportes documentales originales, en su defecto eliminación física de los mismos. Si comunicar ni fecha ni procedimiento del sistema operativo para conseguir su destrucción”. El texto incluía una errata -a juicio de este medio- en la que, donde decía “Si comunicar…” debía decir “Sin comunicar…”.

Aunque todo el dispositivo fue bautizado por Villarejo como el proyecto Trampa, este archivo de resumen de todo el trabajo realizado, llamado Trampa-Sinopsis-FG, se tituló, de forma novedosa, como “Proyecto FG”, las iniciales de Francisco González y también de su firma de bolsa.

LA SOLEDAD DE FG MIENTRAS ARDÍAN LAS REDES POR EL WINDSOR

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El expresidente del BBVA, Francisco González. Foto: Moncloa.com

Fue la imagen del hombre derrotado. El expresidente del BBVA, Francisco González, fue fotografiado por MONCLOA.COM en la terraza de Capuccino Grand Café, un selecto lugar en la plaza de la Independencia con vistas a la Puerta de Alcalá,  en plena vorágine por las noticias sobre el incendio del edificio Windsor.

González pidió un café en torno a las 16:30 horas mientras las redes ardían tras la exclusiva de este medio sobre los documentos que el comisario José Manuel Villarejo elaboró para su banco en febrero de 2005, en los que hablaba de “destruir” los papeles de FG Valores que había en las oficinas de la auditora Deloitte.

El ya expresidente de honor de la segunda entidad financiera del país estuvo sólo en todo momento, sin escolta, y mantuvo un rictus serio, de preocupación, mientras leía una tableta. En ese momento ya se conocía que el juez de la Audiencia Nacional que investiga la ‘Operación Trampa’, Manuel García Castellón, había pedido a MONCLOA.COM los informes publicados sobre Villarejo y el Windsor para añadirlos a la pieza separada número 9 que afecta al BBVA.

González se sentó, curiosamente, en una terraza en la que podía ver justo enfrente una oficina bancaria del BBVA. Pagó el café cortado con un billete de 50 euros y apenas levantó la vista de la citada tableta en todo el tiempo en el que estuvo sentado en el Capuccino.

EL BBVA ENCARGÓ A VILLAREJO «HOSTIGAR» A FERNANDO MARTIN

FG BBVA Fernando Martin Villarejo
De izquierda a derecha, el expresidente del BBVA, Francisco González; el constructor Fernando Martín y el comisario José Manuel Villarejo.

BBVA puso en manos del comisario José Manuel Villarejo el encargo de recuperar una deuda de unos 80 millones de euros que el constructor Fernando Martín mantenía con el banco, según los documentos publicados por MONCLOA.COM el pasado miércoles. El comisario controló el tráfico de llamadas telefónicas y realizó seguimientos personales para sus investigaciones.

El encargo quedó reflejado en unos documentos dentro de lo que denominaron como “Informe Fish”. Estos archivos están fechados en diciembre de 2009. Uno de ellos señala que el encargo del BBVA se realizó a través de la firma de abogados Simmons & Simmons.

El comisario realizó un estudio económico del encargo con dos presupuestos. El primero con un coste “a determinar según resultados”, con una duración de seis a nueve meses. Villarejo se llevaría el 12,5% de los bienes o el efectivo recuperado, más una provisión de fondos de 575.000 euros. El segundo presupuesto ascendía a cuatro millones de euros.

En estos trabajos estaban incluidos, según estos presupuestos y otros documentos dentro de este proyecto, “vigilancias, seguimientos, filmaciones y controles electrónicos, (si fuera necesario)”. Además, esta propuesta incluía desplazamientos a cualquier lugar dentro de España y seis desplazamientos internacionales.

El trabajo incluía el “hostigamiento y en la medida de lo posible, boicot” de las actividades de las personas del entorno de Fernando Martín, que le ayudaran en la tarea de alterar su conducta contra el banco y que “con ello comience el proceso de cometer errores estructurales”.

El comisario incluyó entre sus objetivos analizar la “conducta y vínculos” de la familia de Fernando Martín, al igual que la “conducta, hábitos y relaciones” del constructor, al que identifica bajo la clave “TIN” en los documentos que elabora. Parte de sus esfuerzos se emplearían, “en propiciar una dinámica disruptiva de hostigamiento sostenido, que provoque a TIN y su entorno una inseguridad permanente que hasta el día de hoy no tiene”.