Una recapitulación final del trabajo realizado para el BBVA por el comisario Villarejo desvela que el banco se benefició de cien reuniones y encuentros con miembros de los servicios de información e inteligencia españoles y extranjeros, presuntas extorsiones, sobornos, financiación ilegal a políticos y más de 16.000 horas de vigilancia.
El informe elaborado a finales de marzo de 2005 para recapitular el trabajo realizado por el dispositivo que se puso al servicio del presidente del BBVA, Francisco González, para evitar que fuera defenestrado de la presidencia de la entidad.
Este documento desvela extorsiones a empresarios, utilización de topos en los servicios de seguridad de los enemigos de Francisco González y persecuciones en las que iban a ser descubiertos los miembros del equipo del comisario.
El trabajo realizado a lo largo de los meses de diciembre de 2004 y febrero de 2005 no solamente tuvo un gran despliegue de medios, sino que estos habrían realizado un amplísimo trabajo. El comisario José Manuel Villarejo los desgrana entre contactos, infiltraciones, penetraciones, acercamientos, vigilancias, viajes, control de comunicaciones, acciones de colapso y horas de análisis de la información.
Con todo esto, en un trabajo de concreción que le había pedido el responsable de seguridad del banco, Julio Corrochano, Villarejo señala que consiguió detectar 24 encuentros de distintos miembros del grupo hostil con medios financieros, así como 49 citas entre los miembros del «Grupo Hostil» (GH) y periodistas, políticos y colaboradores.
En esta sinopsis, el comisario da fe de sus labores de contravigilancia, ya que pone en conocimiento del banco 17 planes de actuación detectados con antelación en el entorno y el teléfono de Francisco González. También revela haber conseguido los datos de 19 relaciones entre miembros del grupo hostil con periodistas.
El comisario expone entre sus triunfos la información obtenida sobre “problemas personales de Sebastián”, director de la Oficina Económica del Palacio de La Moncloa, y haber descubierto la intervención de Société Générale y del entorno del banquero Emilio Botín, en la operación para sustituir a Francisco González en la presidencia del BBVA.
Además, Villarejo habría aportado informaciones sobre sumarios judiciales que afectaban, entre otros al financiero Juan Abelló, Luis del Rivero, presidente de Sacyr y el constructor Fernando Martín.
El trabajo del comisario y su equipo se concretó también en lo que califica en este documento como “acciones de colapso”. Entre ellas se encuentran la labores de desinformación en medios de comunicación y en ámbitos económicos y políticos entre otras cosas sobre “pago de sobornos y financiaciones ilegales a políticos”.
Entre sus logros, Villarejo también se apunta los 14 intentos de interceptación del móvil de Miguel Sebastián. Sobre este punto llega a contar que el Centro Nacional de Inteligencia le avisó de que estaba siendo víctima de estas escuchas. También recuerda que este trabajo provocó la avería de dos equipos de interceptación de llamadas que usaba el comisario.
En esta línea, el comisario planteó que se habían producido “28 incidentes de comunicación y mensajes enviados a Sebastián y a su novio”. Además de las publicaciones en diferentes medios de comunicación de informaciones que favorecían los intereses de Francisco González, entre las acciones de colapso se encuentran “dos encuentros con Ampuero avisándole de que no era coincidencia de su imputación por parte del Magistrado BG (en el sumario de las cuentas secretas del BBVA)”.
José Domingo Ampuero fue uno de los accionistas que formaban parte del núcleo de Neguri, las familias vascas relacionadas con el origen del banco. El caso de las cuentas secretas que se cita hizo caer dos años antes a los miembros de este núcleo, encabezado por el entonces presidente del BBVA, Emilio Ybarra, lo que allanó el camino para que Francisco González accediera a este puesto.
Encuentros y mensajes similares se produjeron con otras personas del entorno del grupo hostil. Este fue el caso del constructor Fernando Martín (dueño de Martinsa) al que se le recordó su posible relación en una querella por la llamada Operación Chamartín.
Según el informe de Villarejo, también se pusieron en contacto con el jefe de seguridad de Emilio Botín para ofrecerle que dejara de apoyar la operación para sustituir a González a cambio de que cesaran los ataques judiciales de su enemigo Rafael Pérez Escolar.
Durante el trabajo realizado para el BBVA, el equipo de Villarejo realizó 27 rastreos para localizar el origen de interceptaciones, 36 vigilancias abortadas, 7 persecuciones para intentar identificar a sus miembros, y 5 seguimientos en “citas de seguridad”.
Villarejo da cuenta de que consiguió colocar topos en el departamento de seguridad (concretamente en el control de accesos) de Sacyr, en la asociación de accionistas ADIC, del citado Pérez Escolar; en el servicio de escoltas de Abelló, en el departamento de informática de Intermoney, en la agencia de investigación Kroll y “en el entorno homosexual de Chueca (frecuentado por Sebastián)”.
“Dos encuentros con Ampuero avisándole de que no era coincidencia de su imputación por parte del Magistrado BG (en el sumario de las cuentas secretas del BBVA)”
Podía haber sido aún más amplio, ya que el comisario anota 8 intentos fallidos entre los accionistas de Sacyr y otros tres intentos fallidos entre los escoltas de Sebastián, el vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, y el presidente de Sacyr, Luis del Rivero. Según el propio comisario, hubo otros 23 intentos fallidos más “en otros ámbitos”.
En el capítulo de lo que llama “acercamientos”, la evaluación final de su trabajo anota como éxito los conseguidos en los juzgados de Madrid, Murcia, la Fiscalía Anticorrupción y la Corte Judicial de Chile.
El trabajo realizado durante estos meses se tradujo en 7.150 horas de vigilancia en objetivos en movimiento, 7.480 horas en objetivos fijos y 1.675 horas en contra-vigilancias y controles aleatorios. Además se realizaron 24 viajes nacionales más otros a Suiza, Portugal, Italia y Chile.
En cuanto al control de llamadas telefónicas, Villarejo hace las cuentas finales e informa de que entre el 25 de noviembre de 2004 y el 26 de febrero de 2005 analizó 16.487. De ellas, 9.722 se realizaron desde alguno de los móviles del grupo hostil y 6.765 de sus teléfonos fijos, ya fueran de domicilios particulares como de oficinas.
De todas ellas, Villarejo señala finalmente haber podido interceptar, es decir, conocer el contenido, de 869. Entre ellas, según la sinopsis, se encontrarían conversaciones de Miguel Sebastián, Carlos Arenillas, Juan Abelló, Luis del Rivero, Emilio Botín y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Aunque para la fecha de esta sinopsis, a finales de marzo de 2005, ya había pasado la mayor parte de la crisis que supuso el intento del bando de Sacyr de hacerse con las riendas del banco, Villarejo da cuenta de que aún existen actuaciones pendientes.
Entre éstas se encuentran las de publicar y reactivar la denuncia de Intermoney, personarse en los sumarios en los que están implicados Juan Abelló y Luis del Rivero, el control de “las verdaderas actividades” del exconsejero del BBVA Jesús Caínzos y “conseguir una grabación de las confidencias sexuales de Iván sobre Sebastián”.
BOICOTEAR LAS ACCIONES CONTRA EL BBVA
Según recuerda este documento resumen, el objetivo de los servicios de Villarejo era “boicotear las acciones previstas contra K”, en referencia al banco, “anulando las maniobras del GH”. El grupo hostil estaba integrado por los principales protagonistas del asalto al BBVA a través de la constructora Sacyr, entre los que se encontraba su presidente, Luis del Rivero, el financiero Juan Abelló o el director de la Oficina Económica del Palacio de la Moncloa, Miguel Sebastián.
Estas maniobras estaban encaminadas no solo a defender los intereses del banco, sino que los personales de su presidente, Francisco González. El informe describe los servicios prestados como enfocados también a “provocar el abandono del plan de acoso contra FG y, con ello, colaborar en su valoración personal y de reconocimiento en la Junta del 26 de febrero”, en referencia a la junta de accionistas.
A continuación se hace referencia a que el departamento jurídico del banco “solo quería que se contactara con los accionistas de Sacyr Vallehermoso (contrarios a la operación), para poder convencerlos de que actuaran a favor de FG”.
Sin embargo, el Grupo de Investigación y Análisis, como se bautizó el amplio dispositivo construido por Villarejo para servir a los intereses de Francisco González “consideró crucial emplear toda la energía posible en buscar elementos de presión contra los diferentes miembros del GH para obligarles a huir”.
Esta precisión contrasta con los informes elaborados al comenzar esta operación, donde Villarejo habla de que las primeras instrucciones que recibió fueron encontrar aspectos negativos o censurables de las personas más relevantes del bando contrario.