sábado, 23 noviembre 2024

La estrategia de Vox para captar el voto de gays, parados y mujeres

  • Abascal utiliza mensajes directos y concisos en busca de "la España que madruga y trabaja".
  • Busca acercase al homosexual "que no cree que su condición tenga que importarle una higa al legislador".
  • En el caso de la mujer, el líder de Vox se dirige a la que "está harta de que hablen en su nombre".
  • Vox ha irrumpido con fuerza en el tablero político español y Santiago Abascal no quiere desaprovechar el momento en el que las encuestas le son favorables. Si bien el partido ‘verde’ rechaza el término transversalidad que formaciones como Podemos defendieron en sus inicios para captar el mayor número de votos, lo cierto es que está lanzando guiños  a colectivos que, a priori, le serán difíciles de conquistar.

    Para ello, utiliza mensajes directos y concisos. Por ejemplo, Abascal ha pedido en sus últimas intervenciones públicas que la gente busque «otro camino a la derecha» y que los votantes que se preguntan qué es Vox, se acerquen a sus mítines o «buceen» en las redes para comprobar quiénes les apoyan.

    Vox es el partido político con más seguidores en Instagram (ayer rozaba los 200.000) y el que más visitas recibe en los últimos meses. También es el tercero en Facebook (250.000), por detrás de Podemos y Ciudadanos, y acaba de superar a la formación ‘morada’ en el primer puesto del ranking de Youtube con más de 88.440 suscriptores.

    «Sólo se encontrarán con la España viva, la que fue a Colón en 2017 y volvió en 2019», enfatizó el pasado lunes en La Razón refiriéndose a la manifestación de octubre de hace dos años por la defensa de España, convocados por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) tras la declaración unilateral de independencia del Parlamento catalán, así como la concentración del pasado 10 de febrero por el mismo motivo y que contó con el respaldo de PP, Ciudadanos y Vox.

    https://youtu.be/mxoLuCTRWvU

    Abascal se dirigió en dicha intervención «a la España que madruga», imitando uno de los lemas que Nicolás Sarkozy puso de moda en Francia, «a la España que trabaja, al autónomo que lucha para pagar su cuota a pesar de los impagos, muchas veces de la Administración» o a la mujer «que está harta de que hablen en su nombre».

    El presidente de Vox también se refirió al trabajador «que contempla cómo se rebajan los salarios o crece el coste de la vida y, a la vez, que el fruto de su trabajo se evapora en impuestos», un hecho que en ocasiones no le permite «ni siquiera admitir la herencia modesta de sus padres», precisó.

    También tuvo palabras para el estudiante «que quiere que su esfuerzo tenga una justa recompensa y no quiere verse obligado a ir al extranjero para aplicar los conocimientos fuera de nuestro país» pues la llamada fuga de cerebros ha roto «un contrato generacional», el que «les decía que a cambio del esfuerzo iban a tener futuro y empleo», según Abascal.

    El líder de la formación derechista buscó igualmente al desempleado «que recobra la esperanza en estos momentos al escuchar un mensaje de ilusión que le devuelva la autoestima» o al homosexual, «que no cree que su condición tenga que importarle una higa al legislador ni tampoco quiere ser utilizado por un lobby que pretende conseguir más poder«.

    Abascal también se dirigió al policía, el guardia civil o el militar «que por fin siente reconocidos los riesgos que asume al defendernos a todos», así como a la joven que quiere «a los criminales sexuales siempre en la cárcel de manera perpetua», una medida sin encaje en la actual Constitución, o a las familias «que sueñan con que el Estado les defienda en vez de pretender adoctrinar a sus hijos«.

    El último de los colectivos a los que quiso seducir fue el mundo rural, «que está harto de que unos niñatos insolentes desde la ciudad, incapaces de distinguir un cuervo de un mirlo, les digan en qué consiste la conservación del medio ambiente».

    Por ello, Abascal hizo hincapié en que aquel que bucee en Vox, «no encontrará extrañas conspiraciones», sino a «esa España viva, que muchos daban por muerta y que se han puesto en pie para acabar con la legislatura de la infamia» en el que entran los últimos mandatos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.