El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, ha insistido este viernes en pedir el cese del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, al que ve «achicharrado» y al que ha criticado por haber culpado a la Policía de «su error» con la falsa denuncia por una agresión homófoba presentada por un joven del barrio madrileño de Malasaña.
En una rueda de prensa en el Congreso, Montesinos ha subrayado que Marlaska «lleva mucho tiempo deslegitimado» pero que ahora lo está «todavía más». «Es el colmo, un disparate que no podemos asumir, que en lugar de asumir responsabilidades haya culpado de su error a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», ha denunciado.
Montesinos ha criticado que el pasado miércoles a primera hora cuando, según ha explicado, varios periodistas especializados en Interior ya apuntaban la posibilidad de que esa denuncia fuera falsa, el ministro estuviera haciendo declaraciones utilizando la supuesta agresión «para atacar a determinadas formaciones políticas».
SÁNCHEZ, «RESPONSABLE» DE LAS «MENTIRAS» DE MARLASKA
«¿Cómo es posible», se ha preguntado, pidiendo su salida del Gobierno y agregando que si Pedro Sánchez no le cesa es porque le usa como «escudo humano». «El responsable de las mentiras de Marlaska se llama Pedro Sánchez», ha apostillado, instando de nuevo al presidente a convocar elecciones.
Además, Montesinos se ha quejado de que Sánchez haya convocado una reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan de Lucha contra los Delitos de Odio tras la falsa denuncia de Malasaña, pero no lo hiciera ante casos «gravísimos» precedentes, lo que ha llevado a acusar al Ejecutivo de utilizar las agresiones homófobas de forma «partidista y electoral».
Cuando se le ha preguntado a qué achaca el PP el repunte de este tipo de agresiones, que algunos vinculan con discursos como el de Vox, Montesinos ha pedido «pedagogía» y ha dejado claro que estos ataques «no reflejan el sentir de España que es un país muy abierto». Además, ha demandando una condena «total y radical» por parte de todas las fuerzas políticas, desde la «unidad» y sin «partidismos».