El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha quitado los galones a la única dirigente socialista que quedaba con cierto poder en el PSOE. Las fuentes lo advirtieron, pero ha tardado en hacerse efectivo. Cuando el presidente del Ejecutivo fulminó a principios de verano a su jefe de gabinete, Iván Redondo, y a su secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, Ferraz puso el ojo en la portavoz Adriana Lastra. «La apartará en breve», advirtieron entonces las fuentes a MONCLOA.com. Y en un par de meses el presidente ha cumplido con las advertencias y elucubraciones y ha nombrado como nuevo portavoz del PSOE al canario Héctor Gómez, dejando a Lastra fuera de juego. La razón por la que Sánchez ha emprendido esta remodelación es simple: quiere aislarse tanto en el Gobierno como en el partido como el referente con más poder y no quiere a nadie que vuele demasiado cerca del sol. Ábalos y Redondo estaban descontrolados. Y Lastra acostumbraba a tener encuentros políticos que no eran del agrado del presidente. Ahora, Sánchez está solo en la cumbre.
el presidente no quería a nadie cerca del poder
Lastra ha durado algo más que Ábalos y Redondo, pero el motivo por el que Sánchez le ha mostrado la puerta de salida es por el mismo por el que acabó con su jefe de gabinete y con su secretario de Organización. Lastra ha salido de forma discreta y sin levantar la voz, pero ya las fuentes advirtieron a MONCLOA.COM de que el presidente no quería a nadie cerca del poder que se mantuviera por mucho más de dos o tres años en la primera línea de la política. Y al igual que Ábalos, uno de los ministros que más problemas ha generado al Gobierno, o Redondo, Lastra está fuera. El presidente quería quedarse solo en el poder y rodearse de perfiles con menos tirón, con menos capacidad para organizar conjuras y con algo menos de iniciativa. Óscar López o Héctor Gómez son algunos de los ejemplos más claros de este nuevo cambio de perfiles.
Sánchez ha decidido aislarse en el poder. No quiere la más mínima amenaza a su posición ni que nadie destaque más que él. Óscar López es exactamente lo contrario a Iván Redondo. El que se haya buscado un perfil tan opuesto deja claro que Sánchez no quería cerca suya a nadie que amenazara con aglutinar más poder que el que él ostenta. Las fuentes así lo reconocen. Adriana Lastra, pese a que no era precisamente una amenaza a la omnipotencia del presidente del Gobierno, sí que se había acostumbrado a mantener reuniones que no eran del agrado de Moncloa.
El presidente del Gobierno teme los vientos de invierno que se avecinan para la próxima legislatura. Los teme porque las encuestas auguran un batacazo importante del Partido Socialista y la posible victoria del Partido Popular y Vox. La idea de que puedan sacar de Moncloa a Pedro Sánchez agita con demasiada virulencia el fantasma de las primarias, algo que no gusta nada de nada al presidente y la razón por la que Sánchez quiere acercarse al horizonte de las elecciones generales sin nadie con demasiado nombre ni capacidad como para urdir alianzas o para aupar a otros candidatos. Iván Redondo, José Luis Ábalos o Adriana Lastra son activos que no aportaban demasiado a la gobernabilidad pero que sí podrían contribuir mucho al hundimiento de Sánchez si cambiaran de bando. Mejor no arriesgar, este ha sido el lema del presidente durante esta purga.
Los perfiles que ha elegido Sánchez para sustituir a estos tres dirigentes socialistas son justo lo contrario a sus predecesores. Raquel Sánchez, Óscar López y Héctor Gómez destacan precisamente por lo mismo: nadie les conoce en el partido (a Óscar un poco más, pero el recuerdo de los socialistas no es precisamente positivo) y tienen un perfil bajo y poco amenazante. A diferencia de Ábalos, Raquel Sánchez no se extralimitará de sus funciones. A pesar de que la razón por la el ministro de Transportes acabara fuera del Gobierno no fuera precisamente su cargo como ministro, sino el de secretario de Organización del partido.
PEPU TAMBIÉN CAE
Sánchez se hace mayor en política y ya solo tiene algunas espinitas clavadas que se quiere sacar. Las fuentes deslizan que la única y exclusiva obsesión de Sánchez es la de permanecer en el poder. Y esto le ha llevado a volcar todos sus esfuerzos en conseguir mantenerse una legislatura más a toda costa. La remodelación del Ejecutivo está centrada precisamente en poner un equipo nuevo y librarse de los activos más desgastados de su partido. Quitarse aquellas caras que podrían lastrarle a nivel electoral y conseguir que haya más opciones. Pero esta actuación no se ha limitado al Gobierno y a la estructura de partido, también ha afectado considerablemente a otras delegaciones territoriales. Lo de Susana Díaz en Andalucía era una venganza personal, pero lo de Pepu Hernández en el Ayuntamiento de Madrid es una búsqueda desesperada de un candidato medianamente decente.
El hasta hoy portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, ha presentado este jueves en la reunión del grupo su dimisión del cargo, han confirmado fuentes socialistas a Europa Press. La que fuera portavoz adjunta del Grupo Municipal, Mar Espinar, ocupará el puesto de Hernández, ha informado a su vez la Comisión Gestora del PSOE-Madrid, en su reunión celebrada este jueves.
La gestora ha tomado conocimiento de la decisión del exseleccionador nacional de baloncesto de «dar por finalizada su etapa en el Ayuntamiento de Madrid» aunque desde el partido no explican las razones que le han llevado a dar este paso.