Los obispos guardan en los bancos más de setenta millones de euros, que provienen de la asignación tributaria del IRPF, y que no han gastado en los últimos años. La Conferencia Episcopal ha creado con estas cantidades un fondo de reserva en previsión de que en el futuro no cuenten con ingresos suficientes a través de la declaración de la renta.
Las cantidades acumuladas en los últimos años han sido consecuencia de la mejora de los ingresos del IRPF, mientras que los obispos han elaborado unos presupuestos estables en esos ejercicios. El resultado es la acumulación de remanentes que han hecho que el fondo de reserva crezca aproximadamente un 75% en cuatro años.
Los últimos datos ofrecidos por la Conferencia Episcopal dan cuenta de que los ingresos por la asignación tributaria del IRPF para los fines de la Iglesia católica del ejercicio 2017 alcanzaron la cifra récord de 267,8 millones de euros.
Si se tiene en cuenta que el presupuesto para ese año fue de 250,6 millones de euros, el superávit alcanzado ha sido de 17,2 millones de euros, el más alto conseguido por la recaudación del IRPF de la Iglesia, si es que no dedican parte de él a otros fines.
Aunque la liquidación de lo recaudado por el IRPF de 2017 no se realiza hasta 2019, indica una senda de sucesivos superávits en las sus cuentas. Aún así, valga como comparación señalar que el presupuesto que habían elaborado para el ejercicio 2019 asciende sólo a 256 millones de euros.
Los presupuestos de la Conferencia Episcopal Española para el IRPF han mantenido una previsión de ingresos por este concepto constantes en 250 millones de euros anuales. Esto fue así en los presupuestos de 2016 a 2018. Sin embargo, en esos años, la recaudación fue mucho mejor.
FINANCIACIÓN DEL IRPF DE LA IGLESIA
En el ejercicio de 2013, los obispos contaban con un fondo de reserva que ascendía en esos momentos a unos 41 millones de euros. Esta cantidad había ido acumulándose desde que en 2007 se cambió el sistema de financiación de la Iglesia católica en España.
Este cambio consistió básicamente en que el Estado ya no garantiza una dotación mínima a la Iglesia a través de los Presupuestos Generales del Estado, sino que a partir de entonces ingresa estrictamente lo que recauda a través de la asignación tributaria. A cambio, el Estado elevó el porcentaje del IRPF que Iglesia recaudaría anualmente, al pasar del 0,56% al 0,7% de la cuota de este impuesto.
Este salto supuso un incremento considerable de la recaudación de la Iglesia católica. Aprovechando esta circunstancia, decidieron la creación de este fondo de reserva, aunque parte del incremento de recaudación fue destinado a otros fines, como compensar a las diócesis por haber perdido la exención del IVA, o por donativos extraordinarios hechos a Cáritas.
Ahora, la Iglesia se enfrenta a otros posibles problemas financieros en el horizonte, como la polémica por el pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de los edificios con uso lucrativo. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, llevó al Vaticano el anuncio de una reforma del régimen fiscal de la Iglesia, que ahora queda en el aire por la convocatoria electoral.
El caso es que en los últimos años el fondo se reserva ha seguido creciendo. Según los datos de la Memoria Justificativa anual que los obispos presentan al Gobierno (concretamente al Ministerio de Justicia, en cuyo organigrama se encuentra la dirección general de asuntos religiosos), en 2014 la liquidación del presupuesto del IRPF de la Iglesia terminó con un remanente de 4,8 millones de euros.
En ese remanente se incluyen 1,8 millones de euros que básicamente provienen de los intereses que renta el fondo de reserva. El año siguiente, sin embargo, la liquidación final quedó prácticamente equilibrada. El salto se produjo en 2016, cuando el superávit experimentó el incremento más importante de los últimos años, ya que ascendió a 19,3 millones de euros.
En esta ocasión, los obispos decidieron dedicar nueve millones de este superávit a financiar 13TV, su emisora de televisión. Aún con eso, el superávit ascendió a 10,3 millones de euros que fue a alimentar nuevamente el fondo de reserva.
Aunque la Conferencia Episcopal no presentará la siguiente liquidación del presupuesto del IRPF hasta el próximo mes de junio, hace unos días que se ha hecho pública la recaudación obtenida por este impuesto en el año 2017. Esta ha alcanzado los 267,8 millones de euros, la más alta obtenida hasta ahora.
Si se tiene en cuenta que el presupuesto del IRPF diseñado por la Conferencia Episcopal mantenía la línea de prudencia de ejercicios pasados, con una previsión de ingresos por este concepto de 250,6 millones de euros, el superávit ha sido muy elevado. En 2017, por lo tanto, ha llegado a 17,2 millones de euros.
GASTOS EXTRAS
Los responsables económicos de la Conferencia Episcopal han recordado que, como novedad, a partir de este año tienen que hacer frente al incremento de la cotización de la Seguridad Social de los sacerdotes. Estos cotizan por el salario mínimo, así que el incremento de este salario este año ha supuesto un gasto extra de 1,2 millones de euros.
La suma de los últimos superávits de lo presupuestado por los obispos con el IRPF rondaría los 73 millones de euros. La Conferencia Episcopal no informa de la cantidad a la que asciende su fondo de reserva o si ha destinado alguna cantidad a otras finalidades durante estos años.
La única información que ofrece son los ingresos financieros. En ellos están incluidos lo que le renta el fondo de reserva. En 2016, el último año del que se tienen datos, estos fueron de 863.000 euros.