El velero Quartet, con cuatro tripulantes a bordo, ha precisado en la mañana de este martes la asistencia de Salvamento Marítimo tras sufrir una interacción con orcas al zur de la zona de exclusión decretada en Barbate (Cádiz) por el Ministerio de Transportes para reducir los sucesos de este tipo.
Según ha informado Salvamento Marítimo, a las 11,50 horas se recibió una alerta detallando que el velero había tenido un encontronazo con orcas entre Barbate y Punta Paloma.
Así, tras informar los tripulantes de la embarcación que habían sufrido la pérdida del timón y que no podía maniobrar, la Salvamar Enif se desplazó hasta el lugar y Salvamento ofreció las indicaciones correspondientes para evitar daños mayores.
Sin embargo, en el velero informaron de que iban a tratar de llegar a Barbate por sus propios medios, siendo acompañado en todo momento por la Enif, que tuvo que remolcar la embarcación para poder entrar en el puerto de la localidad.
Se trata del primer incidente con orcas registrado en aguas de la provincia de Cádiz desde el pasado 13 de agosto, cuando el velero Gardian, con dos tripulantes a bordo, precisó remolque tras sufrir la acometida de los cetáceos en Tarifa y perder el timón.
Cabe recordar que Circe (Conservación, Información y Estudio sobre cetáceos) ha elaborado un estudio, cuyos resultados han sido presentados al Ministerio para la Transición Ecológica y el Ministerio de Transportes a través de los buzones institucionales oficiales, sobre las interacciones con orcas que se llevan observando a lo largo de los últimos tres años en las costas de la península ibérica, y que en los últimos meses se han repetido con una frecuencia mayor en aguas cercanas a la provincia de Cádiz.
Al principio, según Circe, simplemente jugaban sin producir daños, con las palas, pero debido al crecimiento lógico de estos individuos y el aumento de fuerza se ha llegado en ocasiones a partirlas, sobre todo si las palas no estaban en buen estado de conservación.
Por todo esto, Circe propone la «creación de un plan de acción en tres fases, buscando como objetivo la modificación del comportamiento». Para ello, «lo fundamental es proveer alternativas que permitan la modificación de la motivación que lleva a las orcas a acercarse a las embarcaciones».
En una primera fase se buscará eliminar cualquier tipo de reacción por parte de cualquier embarcación, teniendo como objetivo ignorar a las orcas. Para ello, Circe ha indicado que «se debería de prohibir taxativamente el acercamiento de cualquier tipo de embarcación».
En caso de que las orcas fuesen, como ocurre en muchos casos, las que se acercaran el barco, Circe ha explicado que no debería de cambiar de comportamiento en ningún momento, siguiendo su ruta inicial y, sobre todo, no ofreciendo elementos móviles o acústicos a las orcas. Esta fase debería de extenderse cuanto antes hasta los meses de marzo, fecha en las que las orcas volverán al Estrecho.
La segunda fase, en cambio, se iría preparando a través de las autoridades competentes poniendo en marcha el comité científico que incluye el Plan de Conservación de las orcas Ibéricas, que, a pesar de haber sido aprobado en 2017, no ha empezado aún a desarrollarse, según ha explicado Circe, y que se llevaría a cabo entre marzo y junio. En la tercera fase, por último, Circe estudiaría la posibilidad de aplicar refuerzos positivos o, si hiciese falta, negativos para erradicar el comportamiento.