Corría el año 2009 cuando el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decidió cesar a uno de los ministros estrella de su Ejecutivo: César Antonio Molina. Este político estaba al frente del departamento de Cultura y una llamada bastó para comunicarle que sería destituido del cargo. La excusa de Zapatero fue clara «quiero una persona con más glamour» y días más tarde se anunció el nombramiento como ministra de Cultura de la guionista y directora de cine Ángeles González-Sinde.
Molina recibió la noticia con gran asombro. Cuando recibió la llamada se encontraba promocionando en Egipto el Instituto Cervantes, organización que presidió durante tres años. En dicha conversación telefónica, el entonces jefe del Ejecutivo le anunció su cese y le informó de que le enviaría un avión privado para realizar su regreso a España el cual fue rechazado por el ya exministro.
César Molina fue uno de los políticos que cayeron tras la profunda remodelación del Gobierno del 7 de abril de 2009, una estrategia política que Pedro Sánchez ha ejecutado hace tan solo unas semanas. El gallego perdió su cargo y tras desencantarse con la política pocos meses después dejó su escaño de diputado para volver a incorporarse a la Universidad Complutense. En la institución educativa madrileña, Molina ha encontrado su sitio y allí permanece ligado a la cultura indivisiblemente a la vez que continúa su labor como célebre escritor. Una vida dedicada a la cultura que no fue del todo valorada por José Luis Rodríguez Zapatero que decidió llevarse por el «glamour» para cesarle de sus funciones.
Una vida dedicada a la cultura que no fue del todo valorada por José Luis Rodríguez Zapatero
LA MINISTRA MÁS «GLAMUROSA»
El expresidente del Gobierno de España pareció ver este atractivo o encanto especial y llamativo que posee una persona o una cosa en Ángeles González-Sinde. Ángeles es una guionista y directora de cine española que fue presidenta de la Academia de Cine y que es la actual directora del Real Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Sin duda, el «glamour» que Zapatero estaba buscando y que no encontraba en su predecesor.
Durante su estancia al frente del Ministerio de Cultura, González-Sinde fue una de las precursoras entre polémicas de la ley Sinde. Este texto se encargaba de regular algunas webs de Internet para proteger la propiedad intelectual. Ángeles se posicionó en contra de las descargas gratuitas de archivos, afirmando que ponían en peligro la supervivencia del cine español y grupos de internautas llegaron incluso a emprender acciones legales contra la «glamourosa» ministra.
Tras dos años al frente de Cultura, el día 17 de septiembre de 2011, la ministra decidió abandonar su carrera política para volver a sus orígenes: el cine. Así, Ángeles González-Sinde decidió dejar el erario público para dedicarse al séptimo arte, demasiado «glamour» para permanecer en el Gobierno de España.