Posponer la jubilación protege contra el deterioro cognitivo. El efecto beneficioso está relacionado con una ralentización del deterioro cognitivo, más que con un aumento de la función cognitiva, según un estudio del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica de Rostock (Alemania).
Según sus hallazgos, publicados en la revista ‘SSM Population Health’, participar en el mercado laboral hasta los 67 años ralentiza el deterioro cognitivo y protege contra el deterioro cognitivo, como el causado por el Alzheimer. Este efecto protector parece mantenerse independientemente del sexo y del nivel educativo o profesional.
Con el envejecimiento de la población crece la preocupación por el aumento de la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer. Como no hay cura para el Alzheimer, es importante entender las influencias sobre la función cognitiva a lo largo de la vida, prestando especial atención a los factores de riesgo modificables.
El equipo de investigadores afiliados al utilizó datos del Estudio de Salud y Jubilación sobre más de 20.000 estadounidenses de entre 55 y 75 años que participaron en el mercado laboral en algún momento entre 1996 y 2014.
«En este estudio, abordamos la jubilación y la función cognitiva desde la perspectiva de que ambas se acercan al final de una larga trayectoria vital. Comienza con los orígenes sociales de uno en cuanto a etnia, género y estatus social y económico en los primeros años de vida, sigue con los logros educativos y laborales y los comportamientos de salud, y llega hasta factores más próximos como el estado de pareja y la salud mental y física. Todos estos tipos de factores se acumulan e interactúan a lo largo de la vida para afectar tanto a la función cognitiva como a la edad de jubilación», dice el líder del estudio, Angelo Lorenti.
En muchos países los gobiernos han promulgado políticas para aumentar la edad legal de jubilación. Por eso es importante saber si jubilarse a edades más avanzadas puede tener consecuencias para la salud, en particular para la función cognitiva. «Nuestro estudio sugiere que puede haber una consecuencia fortuita no deseada del aplazamiento de la jubilación», remacha Lorenti.