Desde que dejase de ser presidenta en Andalucía, Susana Díaz se ha mantenido en la sombra de la oposición. Sin manifestarse de forma destacada acerca del nuevo gobierno de los populares, la líder socialista comenzó un intensivo rearme defensivo frente a las presiones de Ferraz.
En este amargo trago que sufre Pedro Sánchez tras convocar elecciones generales anticipadas, Díaz destacó que el presidente hacía lo correcto. Pero sólo dos meses le han bastado a la dirigente socialista para ir conformando un equipo en el que apoyarse de cara a las elecciones generales y municipales que tiene por delante. La decisión de mantenerse discretamente al margen de la oposición al Partido Popular, tras el varapalo que obtuvo en las andaluzas del pasado 2 de diciembre, favoreció ese trabajo.
Díaz también permaneció ausente en la polémica propuesta de Sánchez hace unos días de establecer la figura del relator para hacer de moderador con el Govern catalán. Esta postura al margen hizo saltar las alarmas, pues la expresidenta siempre había mantenido distancias con el líder socialista.
Finalmente, el viernes Pedro Sánchez tomó la decisión de convocar elecciones generales el próximo 28 de abril. La decisión no fue recibida con asombro por Susana Díaz, quien comentó que el presidente “ha hecho lo que tenía que hacer”. Además, subrayó que todavía no había hablado con él puesto que se verían las caras en el “primer acto de precampaña” del fin de semana.
Este silencio fue llamativo, ya que Sánchez fue quién puso en tela de juicio el futuro de la dirigente socialista en Andalucía después de los resultados en esta comunidad. Asimismo, desde el PSOE se especuló con tres nombres posibles para sustituirla al frente del PSOE andaluz: las ministras María Jesús Montero o Carmen Calvo y la ‘número dos’ de la expresidenta, Verónica Pérez.
Estos últimos movimientos no habrían dejado a la líder socialista muy tranquila. De esta manera, y viendo que la cúpula socialista podría arrebatarle su cargo, tejió una red de contactos para preparar para una “vendetta” contra Pedro Sánchez.
EL EQUIPO DE DÍAZ
“El PSOE-A da todo su apoyo y colaboración al presidente Pedro Sánchez tras convocar elecciones ante el bloqueo de los PGE de PP, Cs y el independentismo. Necesitamos una gran movilización para frenar lo ocurrido en #Andalucía con la suma de derechas y ultraderecha”, publicó, no obstante, la expresidenta en Twitter.
Susana Díaz “no ha dejado de hablar con los suyos” para hacer un análisis sobre la actual crisis interna en la que se sume su partido. Desde su entorno, se destacó que Díaz seguía teniendo a “tres o cuatro personas” de confianza a su lado.
ASESORADA POR EL VIEJO PSOE
Felipe González, Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba y Manuel Chaves, son algunos de los antiguos miembros socialistas con los que conversó la dirigente andaluza. Además de haber establecido una red de contactos con los ocho secretarios provinciales andaluces y algunos alcaldes socialistas.
“Yo me siento orgullosa de ser socialista y feminista. Cuando hay que decir las cosas que hace mi partido que no me gustan, no me tiemblan las piernas”
Sin duda, la dirigente socialista, apartada del foco mediático estos meses posteriores a las elecciones autonómicas andaluzas, ha trabajado desde San Vicente (sede del PSOE andaluz) para corregir los errores cometidos durante su última etapa como presidenta.
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP en esta región, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el vicepresidente de Ciudadanos, Juan Marín, también han reclamado a Díaz atención respecto a la crisis catalana o al “relator” de Sánchez.
“Me ha hecho referencia a los acuerdos de Pedro Sánchez, pero no mire a lo ajeno lo que tiene que ver en casa. Yo me siento orgullosa de ser socialista y feminista, pero por encima de todo me siento demócrata. Cuando hay que decir las cosas que hace mi partido que no me gustan, no me tiemblan las piernas”, reprochó Díaz al actual presidente de la Junta.
Ahora, la líder socialista andaluza pretende movilizar al electorado de izquierda que ha perdido su partido en el caso de que Sánchez se estrellase. Por ello, Díaz se mantiene en un segundo plano gracias al consejo de los barones del PSOE. De esta forma, el objetivo primordial de ésta sería centrarse primero en las municipales y después en la confrontación con Moreno Bonilla.
Después de su encuentro con Pedro Sánchez, la dirigente andaluza tendrá tiempo para preparar las elecciones generales junto con su formación. Díaz subrayó hace unos días que los votantes que no acudieron a votar el 2-D “ahora sí” tendrán la oportunidad de hacer posible un cambio.
Según hizo hincapié Díaz, son muchos los que le han transmitido que se arrepienten de no haber votado tras “el pacto de las dos derechas y la ultraderecha”. Por este motivo, la líder andaluza consideró que “la gente ha tomado nota» de este pacto y del recorrido que puedan tener promesas electorales como la creación de 600.000 puestos de trabajo.