WWF y ANSE han reclamado al Gobierno de Murcia que «sancione, elimine y restaure las más de 8 500 hectáreas de cultivos de regadío intensivo e ilegal del Campo de Cartagena».
Hasta el momento, advierte en un comunicado, «la contaminación del Mar Menor por nitratos y fosfatos, procedentes de la agricultura intensiva e ilegal, ha provocado la recogida de más de 8 000 kilos de peces y crustáceos muertos en las orillas del Mar Menor».
Lo que constituye, a su juicio, «el episodio de mortalidad más grave de la historia de la laguna salada». Ante esta situación, WWF lanza la campaña ‘No más veneno al Mar Menor’, para informar a la sociedad sobre las causas de este problema y anima a la ciudadanía que se sume a ella para pedir a las administraciones que «salven la mayor laguna salada de Europa de la contaminación procedente del regadío intensivo e ilegal».
La crisis del Mar Menor «es la historia de una tragedia anunciada». Las organizaciones ecologistas recuerdan que llevan años denunciando «la pasividad de las administraciones que han permitido multiplicar casi por diez la superficie de cultivos regados en los últimos 40 años, hasta casi 50.000 hectáreas, como denunciaron las organizaciones en el informe La burbuja del regadío».
Este hecho ha provocado «el crecimiento incontrolado de la agricultura intensiva y la proliferación de un regadío ilegal que vierten cada día cinco toneladas de nitratos y fosfatos a la laguna».
Esta contaminación «se ha visto agravada con el funcionamiento de más de 1.000 desaladoras ilegales, según estimaciones, que arrojan sus vertidos contaminantes a través de salmueroductos y drenajes favorecieron también la llegada superficial de elevadas cantidades de nitratos y fosfatos al Mar Menor».
Por ello, consideran Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, que «es inadmisible la impunidad y complicidad que ha gozado hasta ahora la agricultura intensiva a pesar del enorme daño que está causando».
«Si de verdad queremos salvar al Menor Menor, las administraciones deben actuar sobre las causas que originan esta crisis, eliminando con urgencia los regadíos ilegales, e iniciando una reconversión profunda de la agricultura intensiva a través de una reducción de las dotaciones de agua por finca y de la superficie regada, promoción de la agricultura ecológica y un control estricto del uso de fertilizantes en la superficie regada del Campo de Cartagena que vierten estos contaminantes a la laguna», añade.
Asimismo, las organizaciones reclaman a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que «refuerce los mecanismos de inspección y sanción y ponga en marcha las medidas basadas en la naturaleza necesarias para detener la llegada de agua contaminada al Mar Menor».