El pasado 4 de agosto Pedro Sánchez iniciaba sus vacaciones estivales y ponía rumbo a La Mareta, acompañado de su mujer Begoña y de sus dos hijas. Este lujoso palacio parece ser uno de los destinos preferidos de la familia, pues se había previsto que mitad de agosto se desplazasen a Las Marismillas, en Doñana, pero finalmente el presidente optó por prolongar unos días más su estancia en este bello enclave de la isla de Lanzarote. Concretamente hasta el pasado viernes 20, que regresaba a la Moncloa tras numerosas críticas y luciendo un impecable bronceado.
La caída de Kabul a manos de los talibán el domingo 15 de agosto iniciaba una crisis internacional que no consiguió interrumpir las vacaciones del presidente del Gobierno en la isla, que se mantuvo en su retiro vacacional durante unos días más. Tras la toma del país y el colapso de su democracia, se iniciaron rápidamente procedimientos de evacuación del personal español destinado en la embajada de Kabul, sin embargo, no hubo comparecencia ni del propio Sánchez, ni de los ministros de Exteriores y de Defensa, Margarita Robles y José Manuel Albares. Se limitaron a hacer acto de presencia virtual a través de algunos tuits.
Dos días después, el martes, Fernando Grande-Marlaska, titular de Interior, señalba que el Gobierno estaba trabajado para traer de vuelta a los 25 españoles que se encontraban todavía en Kabul, esperando a ser evacuados en las instalaciones del aeropuerto, custodiado todavía por militares estadounidenses. El avance de los talibán ha sido rápido y ha pillado por sorpresa a la mayoría de los diregentes, muchos de los cuales se encontraban en sus descansos de verano. Sin embargo sus reacciones han sido inmediatas. Emmanuel Macron, Angela Merkel, Mario Draghi, Boris Johnson, Joe Biden, o el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, comparecieron públicamente a las pocas horas para expresar unas palabras sobre esta crisis internacional y explicar brevemente algunos detalles sobre las operaciones de evacuación que cada país estaba llevando a cabo. Mientras tanto Sánchez permaneció refugiado en La Mareta, resolviendo la situación con un sencillo tuit: “la repatriación de los españoles y el personal de la Embajada en Afganistán está en curso. El Gobierno de España está coordinando todos los trámites para garantizar su seguridad».
LA INDIGNACIÓN DE LA OPOSICIÓN
Esta situación ha indiganodo profundamente a la oposición, aunque el ministro Albares se puso en contacto con los representantes de Partido Popular, Vox y Ciudadanos para explicarles personalmente qué medidas se estaban llevando a cabo en Afganistan. A pesar de todo, los tres partidos consideraron que las explicaciones debían proceder del propio presidente y en sede parlamentaria. Finalmente, Pedro Sánchez se reincorporó a sus funciones el 20 de agosto, cinco días después del inicio de la crisis, y lo hizo con un llamativo bronceado, que algunos han considerado inapropiado. No es la primera vez que el moreno del presidente es objeto de comentarios, el año pasado las redes también fue señalado por reaparecer con un color que evidenciaba que había disfrutado de unos días de relax en la playa. Este año, algunos usuarios han llegado a percibir un retoque en las imágenes del presidente para restarle un poco de color a su tez y evitar las críticas.
El líder del Ejecutivo y su familia repiten vacaciones en el palacio de La Mareta, que fue un regalo del rey Hussein I de Jordania a Juan Carlos I en 1989. Está ubicado al borde del mar, y está rodeado por impresionantes jardines con oscura arena volcánica. El viaje del presidente a Lanzarote parece haber sido un reclamo para otros turistas. Según las fuentes del sector turístico la isla canaria ha superado este verano todas las previsiones, logrando hasta un 70% de ocupación, y con flotas de taxis y coches de alquiler totalmente desbordados.