Un estudio clínico realizado en seis países con más de 1.100 pacientes hospitalizados por COVID-19 que requerían oxigeno sugiere que el posicionamiento en decúbito prono (girar a los pacientes con problemas respiratorios graves para que estén boca abajo) poco después del ingreso puede reducir significativamente la necesidad de ventilación mecánica.
Aunque los especialistas en cuidados críticos llevan años rotando sobre el estómago a los pacientes intubados con síndrome de dificultad respiratoria aguda, este estudio aporta las pruebas clínicas necesarias para respaldar el uso de la posición prona en los pacientes con COVID-19 que requieren oxigenación con cánula nasal de alto flujo.
Los resultados, publicados en la revista ‘The Lancet Respiratory Medicine’, proceden de un metaensayo realizado en centros médicos de Estados Unidos, México, Francia, Canadá, Irlanda y España en pacientes gravemente enfermos con COVD-19 entre abril de 2020 y enero de 2021.
«Respirar en posición prona ayuda a los pulmones a trabajar de forma más eficiente. Cuando las personas con problemas graves de oxigenación se tumban boca abajo, se consigue una mejor adaptación del flujo sanguíneo y la ventilación en los pulmones, lo que mejora los niveles de oxígeno en sangre», explica el autor principal del estudio, el doctor Jie Li, profesor asociado y terapeuta respiratorio del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago (Illinois, Estados Unidos).
Existen varias intervenciones para mejorar la oxigenación en pacientes críticos. Sin embargo, hay pocas pruebas clínicas centradas en los resultados que demuestren que la colocación en decúbito prono antes de la ventilación mecánica sea beneficiosa.
En este innovador ensayo, los autores plantearon la hipótesis de que la posición en decúbito prono reducía eficazmente la necesidad de ventilación mecánica en los pacientes en estado crítico con COVID-19. Los pacientes adultos con COVID-19 que necesitaban asistencia respiratoria con una cánula nasal de alto flujo, y que aceptaron participar en este ensayo clínico, fueron asignados aleatoriamente a los grupos de posición supina o prona.
Se les pidió que permanecieran en esa posición durante el tiempo que pudieran tolerar. Tanto el grupo de posición supina como el de posición prona recibieron oxigenoterapia de alto flujo y tratamiento médico estándar.
Los pacientes fueron monitorizados continuamente para determinar si era necesaria la ventilación mecánica. Los datos de este estudio mostraron que el grupo de posicionamiento prono tenía una probabilidad significativamente menor de requerir ventilación mecánica (33% en el grupo de posicionamiento prono despierto frente al 40% en el grupo supino).
«Nuestros hallazgos apoyan la implementación rutinaria de la posición prona despierta en pacientes críticos con COVID-19 que requieren terapia de oxígeno con cánula nasal de alto flujo. Parece importante que los clínicos mejoren la comodidad del paciente durante el posicionamiento en posición prona, para que el paciente pueda permanecer en la posición durante al menos 8 horas al día», argumenta Stephan Ehrmann, otro de los responsables de la investigación.