La Federación de Mujeres Rurales, FEMUR ha pedido al Gobierno los recursos necesarios para ayudar a las mujeres afganas. Para su presidenta, Juana Borrego, «es el momento de que España se posicione de una manera determinante» ante esta situación.
A su juicio, es necesario que el país tome «un papel relevante dentro de los estados miembro, de organizaciones internacionales queintermedien y pongan en marcha acciones concretas en Afganistán» ya que la situación allí es «de extrema urgencia para las mujeres y niñas afganas».
Borrego ha recordado que son «el grupo de población más vulnerable» en el país asiático y que la victoria de los talibanes «las coloca en una difícil posición».
FEMUR recuerda que, en los últimos años, España ha llevado a cabo labores que han repercutido de manera muy positiva en la vida de estas mujeres, poniendo en marcha «infraestructuras clave para el desarrollo femenino», como escuelas o clínicas. Es por eso que, a su juicio, es el momento de que España siga «estando al lado» de ellas.
CORREDORES HUMANITARIOS
La presidenta de la Federación cree que sería oportuno que España tomase vías legales y seguras para que las mujeres afganas puedan salir de su país, viajar a Europa y pedir protección y asilo. Es decir, «ofrecerles un mejor futuro».
Además, cree que habría que poner en marcha corredores humanitarios porque, a su juicio, «sin estas medidas», las mujeres y niñas «no podrán salir de su país» y, en muchos casos, «se verán obligadas a hacerlo a través de rutas migratorias inseguras en las que pueden sufrir todo tipo de abusos y violencia».
Borrego recuerda que, durante el anterior gobierno talibán– entre 1996 y el 2001–, los talibanes privaron a las mujeres de casi todoslos derechos. «Se les prohibió trabajar, las niñas fueron sacadas de las escuelas y las mujeres tenían que usar burkas para salir a la calle, algo que solo podían hacerlo cuando iban acompañadas de un pariente masculino», advierte la presienta de FEMUR.
«Por desgracia aquellas que infringían las reglas sufrieron humillaciones y palizas públicas por parte de la policía religiosa, y no estamos dispuestas a que esta parte de la historia vuelva a repetirse», ha denunciado, antes de señalar que estas mujeres «merecen vivir de forma segura y con dignidad.