Atrás, muy atrás, han quedado aquellos tiempos en los que la única ayuda que recibía un ciclista sobre la bici era la que proporcionaba un bidón de agua. En la actualidad, son muchos los accesorios que asisten en ruta. Y como puedes imaginar, muchos de ellos son dispositivos tecnológicos. En las siguientes líneas mostramos algunos de ellos, analizando su utilidad. Esta es la lista:
- Ciclocomputadores
- Relojes deportivos
- Luces inteligentes
- Electroestimuladores musculares
- Cámaras de acción
- Drones
Dispositivos para monitorizar y asistir al ciclista
Décadas atrás, los ciclistas más adelantados a su tiempo instalaron cuentakilómetros para calcular la distancia y la velocidad de la marcha… y poco más. Nada que ver con los sofisticados ciclocomputadores que existen en la actualidad, que actúan como auténticos asistentes de viaje. Su función más conocida es la de la navegación por GPS en tiempo real, en algunos casos con rutas preinstaladas. Pero los más avanzados cuentan con otras muchas funcionalidades, sobre todo cuando se emparejan con un smartphone. Por ejemplo, la posibilidad de enviar mensajes de ‘jinete a jinete’ o las alertas de accidentes y meteorología.
En una lista con los principales accesorios de ciclismo también hay que mencionar los relojes deportivos. En realidad, estos dispositivos inteligentes son válidos para muchas disciplinas deportivas, desde el running a la natación. Pero, sin duda, los ciclistas están entre sus usuarios más fieles. Muchas de sus funciones por GPS son equiparables a las de un ciclocomputador, pero en este caso tienen la ventaja de medir con mayor precisión los valores biométricos del ciclista. De esta manera, es posible conocer sobre la marcha algunas informaciones de interés como el ritmo cardíaco, la saturación del oxígeno en sangre o la frecuencia respiratoria.
Otra solución para los ciclistas más avanzados y tecnológicos son las luces inteligentes. Este sistema de iluminación está compuesto por una luz delantera y otra trasera que suele conectarse a otro dispositivo que actúa como ‘cerebro’, especialmente un ciclocomputador o un reloj deportivo. De esta manera, adapta su funcionamiento según las condiciones de la marcha. Por ejemplo, a medida que aumenta la velocidad, también lo hace la distancia de iluminación. O cuando se detectan giros a la izquierda o a la derecha, la luz trasera lo anunciará a modo de intermitente. Así, es una solución que permite ver y hacerse ver con mayor facilidad en condiciones de baja visibilidad, algo fundamental especialmente durante la noche, como recuerda la Real Federación Española de Ciclismo.
Mención especial merecen los electroestimuladores musculares. Se trata de un sistema con almohadillas de electrodos y cables para su conexión entre sí y con un smartphone, cuyo objetivo es ofrecer diferentes ayudas físicas al ciclista. En concreto, acelerar la recuperación muscular, aliviar el dolor, liberar tensiones o calentar los músculos para prevenir lesiones, entre otros. Aunque este sistema no es exclusivo de este deporte, sí es muy utilizado por los ciclistas aficionados durante sus salidas más exigentes.
Dispositivos de grabación para el ciclista
Por último, no podíamos olvidarnos de los dispositivos de grabación. Su principal función no es la de asistir al ciclista durante la marcha ni monitorizar la información de la ruta, sino la de captar imágenes espectaculares en forma de vídeo o fotografía. Su atractivo es tan grande que cada vez son más populares entre los ciclistas de cualquier nivel. El más importante es la cámara de acción, que se puede montar en el manillar de la bicicleta o en el casco del ciclista. Los modelos más avanzados cuentan con estabilizadores de varios ejes y consiguen tomas de lo más fluido y suave. No obstante, las cámaras de acción también ofrecen otra utilidad: grabar la marcha en vídeo para utilizar esas imágenes a modo de prueba ante accidentes. Es decir, lo que se suele conocer como dashcam, tan popular a bordo de los vehículos en otros países.
Y, por último, también podemos incluir en este listado a los drones, puesto que los más avanzados cuentan con sensores de seguimiento. Es decir, este dispositivo volador es capaz de reconocer una figura, en este caso, el ciclista sobre su bicicleta, para seguirle desde lo alto y grabar así su recorrido a vista de pájaro. Algo que ya utiliza, por cierto, la DGT con un objetivo muy distinto: multar a los infractores.
En resumen: el mundo del ciclismo ha ido incorporando dispositivos tecnológicos capaces de registrar y ofrecer información sobre la marcha, analizar los valores biométricos del ciclista, facilitar su conducción o grabar imágenes profesionales. Y solo los ciclistas más experimentados sabrán sacarle el máximo rendimiento a cada uno de ellos.