Ingenieros forestales alertan del «alto riesgo» de grandes incendios en toda España

El Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural ha alertado del «alto riesgo de grandes incendios forestales» que hay actualmente en toda España.

En un comunicado, ha explicado que los factores que han originado la situación de riesgo actual en el ámbito mediterráneo son conocidos y relativos al contexto socioeconómico, al estado del medio natural y al cambio climático.

Así, ha añadido que el abandono de la actividad agrícola extensiva por falta de rentabilidad y de otros usos tradicionales del monte como la recogida de leña y el pastoreo extensivo «han condicionado de forma manifiesta la realidad actual de las áreas rurales, sometidas a la falta de los cuidados necesarios».

Los cambios en la distribución de la población y su relación con el territorio y el paisaje es, a su juicio, otro factor determinante, así como una ordenación territorial que no considera el riesgo de incendios.

Para los expertos, esa «falta de gestión forestal» está motivando un aumento de la superficie forestal de una «forma caótica» lo que supone una acumulación de combustible perversa que unida a la climatología adversa que se va a sufrir provoca que cualquier ignición «pueda acabar en un drama ecológico, económico y social».

La fuerte subida de las temperaturas provocará que los mapas de riesgo de incendios forestales estén en rojo intenso durante toda la semana. Cierto es que la Península Ibérica ha estado teniendo, hasta la fecha, un verano con una meteorología relativamente favorable que ha supuesto que en los primeros siete meses de este año hayan ardido algo más de 40.000 hectáreas de superficie forestal a 1 de agosto.

Este dato está un 20% por debajo de la media del último decenio en superficie afectada. No obstante, los ingenieros forestales advierten del gran peligro que existe en lo queda de mes de agosto, pudiendo suceder algo similar a lo ocurrido en países de la región mediterránea como Turquía y Grecia.

En lo que va de año se han registrado 14 grandes incendios de más de 500 hectáreas, el último de ellos el ocurrido en El Tiemblo (Ávila). El mayor en cuanto a superficie quemada ha sido el de Arico (Santa Cruz de Tenerife), declarado el 20 de mayo y que quemó unas 3.000 hectáreas.

«Pero la meteorología no deja de ser un factor que se escapa de nuestro poder de actuación y llegada la primera ola de calor del año hay que estar en constante alerta porque hemos hecho muy poco en materia preventiva», advierten los expertos.

Los ingenieros apuntan que atacar pronto un fuego es fundamental para que no alcance grandes proporciones y se convierta en una catástrofe medioambiental. Por eso, consideran que la mejor manera de combatir los incendios forestales a estas alturas del año «es evitar que se produzcan mediante la prevención y vigilancia», por lo que destacan que «es responsabilidad de todos evitar actuaciones negligentes o peligrosas que puedan provocar incendios forestales».

En caso de emergencia hay que avisar al 112 inmediatamente y en caso de verse sorprendido por incendio aconsejan no penetrar en el monte e ir siempre por zonas de gran visibilidad y libres de combustible.

40.213,80 HECTÁREAS DE SUPERFICIE QUEMADAS HASTA 1 DE AGOSTO

El fuego ha quemado un total de 40.213,80 hectáreas de superficie forestal entre el 1 de enero y el 1 de agosto de 2021, frente a las 24.923,76 del mismo periodo de 2020 marcado por la pandemia y las 60.498,67 del año 2019, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.

En cuanto al número de siniestros, el avance estadístico del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico indica que en el citado periodo se han contabilizado un total de 5.497 fuegos. De ellos, 3.477 fueron conatos, en los que la superficie afectada no alcanzó 1 hectárea y 2.020 fueron incendios que sí superaron ese área y de los cuales trece pasaron de 500 hectáreas quemadas, lo que los hace engrosar la categoría de Grandes Incendios Forestales (GIF).

En total, durante los siete primeros meses del año los fuegos llegaron al 0,145 por ciento de la superficie nacional. Por tipo de vegetación, la mayoría de la superficie quemada llegó a 23.507,55 hectáreas de superficie matorral y monte abierto, frente a las 12.927,99 hectáreas quemadas de superficie arbolada. Además, se quemaron 3.778,26 hectáreas de pastos y dehesas.

Por su distribución, el noroeste acogió al 41,1 por ciento de los siniestros y en ellos se quemó el 29,7 por ciento de la superficie arbolada y el 49,9 por ciento de la superficie forestal.

Mientras, en las comunidades interiores tuvo lugar el 37,6 por ciento de los fuegos y en ellos se quemó el 29,5 por ciento de la superficie arbolada y el 27,3 por ciento de la superficie forestal.

Por su parte, en el Mediterráneo, con el 20,7 por ciento de los siniestros, ardió el 20,5 por ciento de la superficie arbolada y el 14,9 por ciento de la forestal.

Finalmente, en Canarias, donde se contabiliza apenas el 0,45 por ciento de los siniestros, se han registrado el 20,1 por ciento del total nacional de superficie arbolada quemada y el 7,7 por ciento de la superficie forestal.