Todos sin excepción. Desde Génova aseguran a MONCLOA.com que no hay un solo asesor en materia judicial que no recomiende a Pablo Casado renovar el Consejo General del Poder Judicial cuanto antes. Nadie en el PP se explica cómo Casado ha tenido el valor de enrocarse en este supuesto y romper la tradición democrática y constitucional de acordar el cambio de vocales en el CGPJ. Incluso Enrique López, consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, tiene claro que Casado debe ceder ante Sánchez y buscar un buen acuerdo para cambiar al presidente del Tribunal Supremo. El único que dice «no» y que no cede ni un milímetro es Casado. Son pocos los que le recomiendan «aguantar» hasta las próximas elecciones, pero desde Génova quieren renovar el CGPJ cuanto antes y no comparten la actitud de su presidente de partido.
Que Enrique López, uno de los asesores en materia de justicia más a la derecha de todo el PP, no comparta la estrategia de Casado es muy ilustrativo de lo que se vive en la formación. Si Casado no ha cedido en la renovación es porque él ha tomado esa decisión de forma unilateral. Él y su secretario general, Teodoro García Egea; quien también ve con buenos ojos el enrocarse hasta que se celebren las próximas elecciones y así conseguir un acuerdo mejor para el PP. Todos los demás, es decir, aquellos que mantienen conversaciones con el PSOE para llegar a un acuerdo sobre la renovación del CGPJ, están en contra del criterio de Casado e incluso algunos hablan de una «actitud inconstitucional» del presidente popular por negarse a renovar el Consejo.
Casado no mantiene conversaciones directas con el PSOE en esta materia. Lo hacen sus asesores. Uno de ellos es Enrique López, un polémico magistrado que se ha encargado de negociar las condiciones de la renovación con la elección de los vocales. Lo curioso es que este consejero de la Comunidad de Madrid, que pertenece al ala más dura del PP, no está de acuerdo con que Casado no quiera renovar el CGPJ. Es tan evidente (e «infantil», para algunos) lo que pretende el presidente popular que hay más de un peso pesado en Génova que ven con vergüenza la actitud de Casado.
El presidente del PP quiere aguantar hasta las elecciones porque tiene las encuestas de cara. Ahora, con los peores resultados del partido sobre la mesa, Casado saldría perdiendo en la elección de vocales y el PSOE podría «controlar» al presidente o presidenta del Tribunal Supremo dada su mayoría. El presidente del PP entiende que la pandemia ha jugado a su favor y que «para lo que queda» no sería inteligente renovar el Consejo. Si aguanta tan solo un par de años en la misma tesitura, puede que consiga que se celebren las elecciones y que afronte la renovación del CGPJ con más peso en el Congreso. El problema es que esta estrategia no la comparte absolutamente ningún asesor en materia de justicia de Casado y algunos la consideran incluso «infantil» e «inconstitucional».
Casado tiene la sartén por el mango porque no hay ningún tipo de consecuencia
Casado se ha bunkerizado. Esto hace difícil que la influencia de estos asesores le llegue. Aún así, las quejas de quienes sí quieren en Génova renovar el CGPJ también se enfocan a Europa. Es verdad que la Comisión Europea ha dado algún que otro toque de atención a Casado, pero dentro del refugio del presidente popular no llegan los mensajes con claridad. Los críticos con el líder del PP consideran que Casado tiene la sartén por el mango porque no hay ningún tipo de consecuencia por mantenerse en el «no» aunque se trate de una cuestión constitucional. Nunca antes ningún partido se había atrevido a frenar durante tanto tiempo la renovación del Consejo y nunca antes ningún dirigente había considerado que faltar a lo que dice la Constitución era una posibilidad. Casado, sí. Y Teodoro, también.
La postura de Enrique López no es ajena al PP. Este consejero ha sido el enlace de los populares en materia de justicia durante mucho tiempo. Sin embargo, la tensión latente entre el PP de Casado y el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hace aún más difícil el hecho de que el líder del PP vaya a tener en cuenta las opiniones de López. Teodoro García Egea y Pablo Casado han montado su propia estructura de poder interna que ignora a los «perros viejos» y que consideran que romper las reglas establecidas cual adolescente es lo que hay que hacer. El líder popular se excusa en el argumento de que Sánchez quiere influenciar a nivel político en la justicia. Casado quiere una reforma que haga que sean los jueces los que decidan quién gestione su poder, y no los políticos. El problema es que esta queja llega por parte de Casado cuando le toca renovar el Consejo con poca presencia parlamentaria.
López lidera un grupo de asesores del PP en materia de justicia que presionan a Casado para que renueve el Consejo General del Poder Judicial. Hay más. Y de hecho, lo que cuentan las fuentes de Génova es que absolutamente nadie quiere mantener esta situación que avergüenza a la mayoría. Sin embargo, llegar a Casado es difícil y el único que se mantiene firme es él. La estrategia del líder popular, cargada de altos niveles de «infantilismo», según aseguran los críticos con el presidente del partido, es aguantar dos años más. Total, el saber que nadie le dirá nada y que no habrá consecuencias por saltarse lo que dicta la Constitución refuerza su plan: esperar a las próximas elecciones para conseguir mayor presencia parlamentaria y así conseguir incluso que el próximo presidente del Tribunal Supremo sea elegido por él.