La portavoz de Adelante Andalucía y parlamentaria autonómica no adscrita, Teresa Rodríguez, ha sostenido que «lo de Vox con el PP», en relación a su posible ruptura de relaciones, «ya no se lo cree nadie», y ha señalado que es «como una canción muy cortita de Pimpinela».
En declaraciones, la también referente de Anticapitalistas en Andalucía se ha referido así al anuncio de esta semana de Vox a nivel nacional de dar por rotas sus relaciones con el PP por la abstención de los representantes de dicho partido en la Asamblea de Ceuta en la votación para declarar ‘persona non grata’ al líder de la formación, Santiago Abascal.
Teresa Rodríguez ha comentado que en Andalucía cree que ya «es la tercera o cuarta vez que dicen que van a romper relaciones, y les dura muy poco el ‘show'» a ambos partidos. «Es como una canción muy cortita de Pimpinela», ha añadido.
De igual modo, ha apuntado que el PP que lidera Juanma Moreno «está mirando con un ojo a su trabajo político, sobre todo el comunicativo, y con el otro ojo a las encuestas», y cree que los ‘populares’ «están esperando a la encuesta que les dé mayoría suficiente para decidir adelantar elecciones, cosa que es absolutamente lamentable», según ha opinado.
«Que exista este debate mismo de adelanto electoral en unos momentos en los que la ciudadanía está pasándola canutas es un insulto», y «un uso fraudulento» de la «capacidad» de Andalucía de «convocar elecciones como una autonomía de primera» según el marco constitucional, ha argumentado Teresa Rodríguez en esa línea.
Así, ha incidido en que «no puede ser» que dicha potestad «sirva al gobierno de turno para convocar elecciones en el momento preciso en el que mejor le van las cosas en las encuestas».
Frente a eso, Teresa Rodríguez ha añadido que desde Adelante Andalucía «queremos un gobierno, y vamos a construir un gobierno, que esté pendiente no de las encuestas, sino de la resolución de problemas«, y ha aseverado para concluir que la comunidad autónoma tiene «ahora mismo muchos problemas como para que su presidente esté pensando más en cuándo aprieta el botón de las elecciones que en cómo resolverlos», algo que es «gravísimo», según ha zanjado.