Por romper una lanza a favor del director de la DGT, Pere Navarro, no ha sido idea suya. Ha sido un fiscal el que insiste en que es necesario que se multipliquen los controles en carretera, que se pongan muchos más radares móviles para controlar la velocidad y quien ahora ha pedido a los conductores «de bien» que se chiven de aquellos infractores que vayan demasiado rápido o que pongan en riesgo la seguridad vial. Esta idea ha sorprendido a muchos, pero que con los smartphones parece ser viable. La idea es que se graben las infracciones para que haya pruebas fehacientes del delito y que la Dirección General de Tráfico pueda poner multas con tan solo subirse a las redes sociales. Lo que no se aclara es si la DGT se plantea un hashtag para sumar a los vídeos.
El artífice de esta idea de convertir en una especie de agentes de tráfico a todos los conductores es el fiscal general para la Seguridad Vial, Bartolomé Vargas. La Guardia Civil ha utilizado ya en más de una ocasión vídeos grabados por conductores particulares como prueba para denunciar a aquellos infractores que ponen en riesgo la seguridad vial. El problema es que si la DGT trata de convertir a todos los conductores en pequeños agentes de tráfico cuya arma es su smartphone, puede que cualquier excusa sea buena para denunciar. Si un conductor graba a otro circulando a 140 kilómetros por hora, ¿será suficiente para que la Guardia Civil le multe? Evidentemente, siempre que se pueda demostrar. O eso esperamos.
teme que este verano pueda ser más dramático de lo normal
La «genial» idea de Bartolomé ha ido a parar a la DGT. Este fiscal, un temeroso de las infracciones viales, teme que este verano pueda ser más dramático de lo normal y quiere que los conductores delaten a otros. Conductas como el acercarse mucho a un coche para presionarle para que se aparte, correr a velocidades por encima del límite establecido o saltarse un semáforo porque se lleva prisa ya no solo serán vigiladas por la Guardia Civil. La DGT espera tener una buena «red de chivatos» que denuncie actitudes que no comulguen con el código vial para que poco después los agentes de la Guardia Civil puedan multarles basándose en el vídeo del móvil.
La idea del fiscal es que los smartphones valgan para ayudar a poner multas. Si ves a un conductor conduciendo a lo loco y le grabas, puedes enviar el vídeo a la DGT o subirlo directamente a las redes sociales para que la multa le llegue a su cuenta. Desde luego, esto es mucho más cómodo que contratar nuevos agentes de la Guardia Civil de Tráfico o directamente refinar nuevos radares para multar de forma más precisa, por no mencionar al famoso Pegaso y las formas de poner multas desde el aire con tan solo una cámara de vídeo con mucho zoom.
Pere Navarro tiene fama entre todos los conductores. Probablemente sea el único director general de Tráfico al que los españoles ponen cara por ser el artífice de una serie de medidas impopulares que han contribuido a bajar la siniestralidad en las carreteras. El carnet por puntos, el rebajar (momentáneamente) la velocidad máxima de 120 kilómetros por hora a 110 o cualquier medida que implique ir mucho más despacio son cosa suya. Pero ahora, esta petición del fiscal temeroso del tráfico parece una obra maestra para quienes quieren hacer de las carreteras un lugar más seguro a la par que se recauda una buena cantidad de dinero para las arcas del Estado.
Los datos de siniestralidad en las carreteras han dejado nada menos que 870 víctimas mortales a pesar del descenso de desplazamientos con motivo del confinamiento y de las restricciones por la pandemia. También hay 3.463 personas heridas por siniestros y el número de accidentes en carreteras secundarias ha aumentado hasta un 2% respecto a 2019. «Por primera vez se baja de los 1.000 fallecimientos y hay 59 días con CERO muertes por siniestro vial en #carretera pero, ha asegurado el ministro, Grande-Marlaska, es una consecuencia de la #pandemia, no caben triunfalismos», aseguraron en un comunicado oficial desde la Dirección General de Tráfico.
Durante el año anterior se produjeron en total, según las cifras oficiales de la DGT, 797 accidentes en vías interurbanas, en los cuales perdieron la vida hasta 870 personas, como hemos mencionado anteriormente. Ni siquiera el descenso de hasta un 25 % en los desplazamientos de largo recorrido ha impedido que la cifra se aleje mucho de las 1.101 personas que fallecieron en 2019. Estos son los datos con los que trabaja el el fiscal general para la Seguridad Vial, Bartolomé Vargas.
La idea de Vargas es que los conductores que acostumbran a infringir las normas de forma cotidiana se sientan vigilados por todos y sobretodo que no pongan en peligro a los demás conductores. Que un conductor vaya a 200 kilómetros por hora por su cuenta en una carretera en solitario es una infracción grave, pero si está solo no pone en riesgo la vida de los demás. Si la Guardia Civil le localiza, le multará, pero si este mismo conductor lo hace entre varios coches poniendo en riesgo la vida de otras personas, éstas tendrán la total capacidad para grabarle y mandárselo a la DGT para que actúe y le ponga la correspondiente sanción. La idea es que los conductores se sientan vigilados constantemente y que los coches de los particulares ejerzan también el mismo efecto que cuando se ven los colores verde, blanco y azul por la carretera.