Miguel Barroso ha cumplido la primera parte del trato. El miembro del consejo de administración del Grupo PRISA y exmarido de la entonces ministra de Defensa Carme Chacón ha dado el pistoletazo de salida a su purga en el grupo para hacer de la SER y de El País medios «amables» y «del gusto» del Gobierno. Desde que el presidente socialista Pedro Sánchez entendió que no podía gobernar estos dos años sin un gran medio de su lado, todo ha cambiado. La periodista de la Cadena SER Pepa Bueno es la nueva directora de El País, un primer paso hacia la purga definitiva urdida desde Moncloa que prevé dejar la línea editorial de los medios de PRISA inclinada hacia el PSOE. A los accionistas solo les importan los números y parece que el nombramiento de Bueno ayudará a ello. Pero lo más destacado de estos cambios de los que solo hemos visto la punta del iceberg es que el partido en el Gobierno está «satisfecho». «El PSOE nunca ha gobernado sin el apoyo de El País», detallan fuentes del partido.
No hay nada que irrite más a Barroso que un director que vaya por libre. Esa independencia es la que ha dejado a Javier Moreno en la cuneta del diario a la espera de que le den un papel relevante. No es nada nuevo, sin embargo, que Moreno haya sido sustituido. Era un secreto a voces que Barroso no contempla opciones cuando se trata de mantener o echar a un periodista con criterio independiente. Pese a que el anterior director del diario seguirá ligado a él, lo cierto es que la criba del consejo de administración no prevé darle un papel de relevancia. Al menos no uno en el que pueda atacar al Gobierno, con quien tienen la «orden» de ser amables. Pepa Bueno, sin embargo, sí parece contar con el beneplácito del todopoderoso hombre del PSOE en el consejo de administración de PRISA.
Hay otros periodistas que tienen el puntero láser de Barroso apuntándoles al pecho. Es el caso de Ángels Barceló u otros que podrían amenazar la línea editorial que El País y la Cadena SER «deben» seguir durante al menos estos próximos dos años. No es un secreto que la relación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Grupo PRISA era mala. ¿Quién no recuerda esa entrevista que le concedió un defenestrado líder socialista a Jordi Évole en la que confirmaba que había «recibido presiones» de El País? Sin embargo, lo que relatan las fuentes del PSOE es que Sánchez se planteó este año un cambio profundo en su estrategia al ver que el partido que controle el Ejecutivo no puede gobernar sin el apoyo de un gran grupo mediático. Y fue entonces cuando el exjefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, y el propio líder del PSOE vieron la luz al mirar a los ojos a Miguel Barroso.
El nombramiento de Pepa Bueno no se ha demorado lo más mínimo porque el PSOE tiene prisa
El nombramiento de Pepa Bueno no se ha demorado lo más mínimo porque el PSOE tiene prisa (nunca mejor dicho). El Gobierno tiene que iniciar una campaña electoral soterrada de urgencia porque las encuestas están en su contra y moldear la opinión pública del electorado socialista es fundamental. El partido en el Ejecutivo da por hecho y comenta una obviedad a nivel interno: que los lectores de El País en su gran mayoría son potenciales votantes del PSOE y esto convierte al medio en una herramienta básica para el presidente. El problema es que al no haber tiempo que perder, Barroso se ha apresurado para premiar a Bueno lo antes posible para que la maquinaria del grupo empiece a funcionar.
La idea que sopesan desde el PSOE, según las fuentes, es que de poco sirve llevar a cabo medidas de efecto si no tienes un megáfono para anunciarles a tus potenciales votantes todo lo que haces. Se trata de una estrategia básica que el partido de Sánchez nunca había tenido que plantearse más de la cuenta porque el status quo entre el Gobierno y el grupo nunca se había alterado hasta la llegada de Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE. Y ahora el presidente socialista quiere enmendar ese error y volver a la situación previa.
Miguel Barroso acaba de empezar. Pero desde que se filtró por parte del Gobierno que Sánchez quería a Bueno en el poder, no ha tardado ni un mes en cumplir los rumores. Desde MONCLOA.com ya dejamos ver que esta era la intención del exmarido de Carme Chacón y de momento se ha cumplido. Faltan algunos pronósticos, pero lo cierto es que Barroso está cumpliendo la hoja de ruta «pactada» con el PSOE a pies juntillas y no ha perdido ni medio minuto.
BARROSO, EL OTRO REDONDO
Quienes han conocido a Barroso no hablan necesariamente bien de él. MONCLOA.com se ha puesto en contacto con viejos conocidos del miembro del consejo de administración y aseguran que tiene un estilo muy parecido al de Iván Redondo. El marketing, las cortinas de humo y sobretodo el crear personajes al más puro estilo de agencia de publicidad es su estilo más consumado. Esta estrategia es del gusto de Barroso porque busca convertir al PSOE en el partido más votado desde otro ángulo. Vamos, que el nuevo trabajo del dirigente de PRISA es aplicar todo su marketing a hacer del PSOE el partido más votado, de nuevo.
La elección de Barroso fue difícil, pero Redondo tuvo mucho que ver. Ambos vienen del mundo del marketing y de la publicidad y ambos entienden que la estrategia a seguir para salvar al PSOE de la debacle electoral que se les puede venir encima es cambiar la forma, no el fondo. Se trata de una campaña de imagen donde El País y la SER tendrán mucho que decir al potencial electorado socialista. De ellos depende que la pandemia no le pase factura al partido y de ellos depende que la imagen de Sánchez llegue limpia a las elecciones, aunque no las tiene todas consigo de momento.