Ciudadanos va a intentar apurar sus opciones de supervivencia con una estrategia tutelada por Inés Arrimadas que implica la apuesta del partido por mantener su marca en solitario en las próximas citas electorales a pesar de la debacle de las últimas elecciones catalanas y madrileñas y las pésimas previsiones demoscópicas que sufre en Andalucía.
Es cierto que Arrimadas aceptó el pasado año un pacto con el PP en Euskadi que ahora no se reeditará en otros territorios por la tranquilidad que disfruta Pablo Casado, que respira tras tres años muy complicados al verse virtualmente en La Moncloa en varios sondeos.
Los ‘populares’ han ganado aire a costa de la implosión de Ciudadanos y el ligero desgaste de Vox. Este hecho ha dejado sin práctica capacidad negociadora a Arrimadas, que apoyó la fallida moción de censura en la Región de Murcia que acabó de dinamitar sus relaciones con Casado.
EL ENFADO DE ARRIMADAS
Algunos sectores de Ciudadanos creen que el partido debería volver a ofrecer pactos al PP, especialmente en Andalucía. Ante las próximas elecciones autonómicas Juan Marín deslizó la posibilidad de integrarse en unas listas lideradas por el presidente Juanma Moreno.
Pero Arrimadas desecho la opción y esta situación convierte a Marín en la penúltima tabla de salvación del partido gracias al peso estratégico que puede lograr Cs, todavía vivo en el sur según la mayoría de las encuestas.
En la cúpula naranja confían en Marín y recelan de la estrategia agresiva del PP, que está ‘opando’ a distintos cargos de Cs mediante una estrategia liderada por Fran Hervías, hoy integrado en el equipo de Teodoro García Egea, y aceptada por Albert Rivera, convertido en asesor legal de Casado ante la lluvia de recursos políticos del PP respecto a algunas leyes a nivel catalán y estatal.
Enmarcada en esta estrategia del PP podría encontrarse el nuevo proyecto liderado por Marcos de Quinto, que está impulsando una nueva televisión de centro-derecha que podría ocupar un dial en la TDT.
«DEFENDER EL ESPACIO LIBERAL»
Arrimadas asegura que el propósito de Ciudadanos es «defender el espacio liberal» y apostar por el centrismo ya que, según ella, «España no necesita ir a un enfrentamiento entre izquierdas o derechas porque ahí es donde Sánchez está cómodo».
La diputada está intentando marcar distancias con el PSOE, después de haberse acercado a Sánchez en la crisis sanitaria y la moción murciana. Arrimadas dice que «hay que luchar cada uno desde su espacio contra un Gobierno que está cometiendo infamias todos los días. No quiero estar dos años pidiendo elecciones. Yo quiero pedir reformas. A mí no me gusta el Gobierno de Sánchez, no quiero que repita, pero no me voy a pasar dos años pidiendo elecciones. Voy a pedir reformas».
Y también se distancia del PP por las dificultades de Casado para apostar por la regeneración: «Cuando hay corrupción hay que denunciarla. Somos muy buenos socios pero muy malos cómplices. No me verá usted repartirme TVE con Sánchez como ha hecho el Partido Popular. Lo que no vamos a hacer es regalarle a Sánchez el control de los fondos europeos ni repartirnos la tele«.
Ciudadanos prosigue con sus críticas hacia Vox. Pero este hecho no ha sido óbice para que Arrimadas se haya solidarizado con Santiago Abascal después de que la Asamblea de Ceuta le haya reprobado por, según varias formaciones, intentar sacar rédito electoral de una crisis política y migratoria entre España y Marruecos.
Es cierto que esta apuesta centrista ha despertado recelos en algunos sectores del partido, que creen que Arrimadas será la ‘enterradora de Ciudadanos’ por haber copiado al milímetro la estrategia de Rosa Díez en UPyD antes de la implosión de la extinta formación magenta.