Que el PSOE opine sobre qué candidato o candidata debe liderar según qué partido parece extraño. Sin embargo, sí que preocupa en Ferraz quién ocupará la cabeza de la lista de la formación morada en 2023, dado que los socialistas no tienen ni una opción de gobernar si no es de la mano de Unidas Podemos. El PSOE tiene absolutamente claro que la llamada a ser candidata y la elegida por Pablo Iglesias debe ser la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El partido de Pedro Sánchez tiene buena relación con Díaz y entienden que será más fácil llegar a un pacto de Gobierno con esta dirigente que con las alternativas que suenan dentro de Podemos. Tener como socia en el Ejecutivo a la flamante secretaria general del partido morado, Ione Belarra, o a la ministra de Igualdad, Irene Montero, sería un verdadero problema que haría de la coalición un infierno.
Que el CIS de José Félix Tezanos considere a Yolanda Díaz la ministra mejor valorada no es baladí. Tampoco lo es que los dirigentes del PSOE tengan claro y afirmen en privado que Yolanda Díaz debería ser la candidata de Unidas Podemos para las próximas elecciones generales. Los socialistas quieren a Yolanda porque es fácil hablar con ella, llegar a acuerdos con ella y sobretodo «tiene sentido común» para abordar acuerdos de Estado que no sean auténticos disparates, algo que deslizan señalando sin nombrar del todo a la titular de Igualdad y a medidas tan polémicas como la ley trans o la ley del sí es sí. La experiencia de Gobierno ha dejado claro con quién se puede hablar y con quién no.
Los socialistas han tenido suficiente con esta experiencia de Gobierno y no quieren repetirla sin hacer antes las cosas bien. Desde el PSOE reconocen que prefieren a Díaz porque tiene una capacidad de diálogo y de sentido común superior a la de otras interlocutoras como Montero o Ione. El PSOE teme que si Belarra toma el control de Podemos, como testaferro de la ministra de Igualdad, imponga líneas rojas en materias que poco preocupan a nivel de Estado para formar el acuerdo. Una de esas líneas inquebrantables para Unidas Podemos fue, a la salida de Iglesias del Gobierno, la polémica ley trans, una norma con la que casi ningún magistrado está de acuerdo y que a nivel técnico es una chapuza, según los informes del CGPJ.
Hay personas dentro de Podemos, como Juanma del Olmo, que han iniciado una guerra sucia para acabar con la posible candidatura de Díaz
Los socialistas han iniciado todos los movimientos internos en el Gobierno para conseguir que Díaz tenga los apoyos necesarios para contener a las voces críticas. No hablamos solo de Belarra y de Montero, quienes quieren condicionar el rumbo político del partido sin tener un puesto en primera línea. Hablamos de que hay personas dentro de Podemos, como es el caso del que fue jefe de gabinete de Pablo Iglesias, Juanma del Olmo, que han iniciado una guerra sucia para acabar con la posible candidatura de Díaz. Que el exvicepresidente del Gobierno apostara por ella antes de dejar la política no parece haber sido suficiente para que la titular de Trabajo se haya garantizado un puesto en la cabeza de lista en las elecciones de 2023.
En Podemos no gustó que Yolanda Díaz fuera la elegida para encabezarles. Y menos que Iglesias designara a su sucesor (por muchas primarias de por medio que pueda haber). Desde que Iglesias dejó la política, hay muchos movimientos dentro de Podemos que buscan establecer una nueva dinastía en el partido. Y la mayoría de esos movimientos bajo la manta buscan, primero, derrocar a Yolanda Díaz. Es aquí donde el PSOE quiere intervenir en el proceso desde fuera para intentar reforzar la figura de la vicepresidenta.
La estrategia de los socialistas pasa por dar más visibilidad a Díaz. No porque el CIS deslice que es la ministra mejor valorada, sino dándole juego a medidas estrella como subir el salario mínimo o el extender los ERTE para contener los despidos. Si Yolanda es el activo más respetado y visible de Podemos en el Gobierno, el PSOE podrá pactar tras las elecciones (en caso de que tengan opciones de gobernar) con una candidata con más mano izquierda, con más «sentido común», tal y como deslizan las fuentes, y con una visión más moderada y compatible con el PSOE. Alguno incluso se llega a preguntar para sus adentros qué pinta Yolanda en Podemos y no en el PSOE o en Más Madrid.
Los socialistas quieren a Díaz y quieren, por contra, anular la imagen de Ione y Montero. Es cierto que las dos se anulan solas con sus comentarios, con el «todos, todas, todes» y con las medidas que elaboran ellas solas en su casa, sin asesoramiento adecuado. Pero en cualquier caso, es cierto que ambas han sido capaces de hacerse con el control de la formación morada tras la salida de Iglesias y ahora la única persona que amenaza su posición es Yolanda Díaz.
Si el plan de Juanma del Olmo no sale adelante, todo parece indicar que Yolanda e Irene mantendrán a la vicepresidenta en su puesto. Pero si el plan del PSOE sale bien, lo cierto es que Yolanda será la única dirigente política de Podemos que se habrá beneficiado de algunas de las medidas estrella que saque adelante el Ejecutivo. Entre ellas, la segunda subida del salario mínimo, prevista para esta legislatura sí o sí.