Los Mossos d’Esquadra han desalojado en Barcelona un prostíbulo que permanecía abierto a pesar del estado de alarma que obliga al confinamiento de la población por coronavirus. La actividad de este tipo de negocios no está considerado un sector esencial, por lo que debería encontrarse cerrado.
Los hechos tuvieron lugar este miércoles, cuando una patrulla de paisano de los Mossos d’Esquadra realizaba sus funciones de control sobre la población. Al igual que en el resto de España, la Policía transita por las calles para velar por el cumplimiento del aislamiento. En el momento en el que pasaron por delante del club Nederland, situado en el municipio de Orís (Barcelona), sospecharon que había actividad en su interior.
En el aparcamiento del local, que es visible desde la carretera, los agentes se percataron de la existencia de dos vehículos aparcados. Por ello decidieron detener su coche y llamar a la puerta del club nocturno. Tras abrir el mismo pudieron encontrar en su interior a dos chicas junto a dos clientes.
La Policía autonómica procedió entonces a denunciar a los responsables del negocio por tenerlo abierto a pesar de existir la prohibición de mantener la actividad por el COVID-19. De igual forma se procedió a la denuncia de los dos hombres, de entre 40 y 50 años de edad. A estos últimos se les multa por no encontrarse en su casa y haberse saltado, sin justificación, el confinamiento.
MULTAS DE HASTA 30.000 EUROS PARA EL PROSTÍBULO
La apertura del local en pleno estado de alarma puede suponer para los propietarios del local una sanción económica que pueden llegar a alcanzar los 30.000 euros. Los Mossos d’Esquadra, tras denunciarles, obligó a desalojar el local y a cerrar sus puertas.
Esta actuación forma parte del dispositivo Orís. Este se centra en controlar que los ciudadanos de este municipio del norte de la comarca de Osona cumplen con las medidas de aislamiento por coronavirus establecidas por el Gobierno.
FIESTA EN UN PROSTÍBULO DE MADRID
El caso del local de Barcelona no es el único de este tipo que ha permanecido abierto en las últimas semanas. De hecho, la Policía Municipal de Madrid denunció a seis personas que llevaban más de una semana de fiesta en un prostíbulo del distrito de Tetúan.
Los hechos se descubrieron el sábado 24 de marzo, una semana después de que entrase en vigor la normativa decretada por el estado de alarma por coronavirus. La Policía Municipal de la capital recibió el aviso de varios vecinos. Estos se quejaban de que en un inmueble de la zona se escuchaba música muy alta y había gente entrando y saliendo del mismo continuamente.
Al acudir al local, los agentes pudieron encontrar luces de tipo discoteca en funcionamiento. Además había una gran cantidad de bebidas alcohólicas, restos de tabaco y un ambiente muy cargado. Al realizar la inspección del piso encontraron a dos hombres y tres mujeres totalmente desnudos en varias habitaciones. Ninguno de ellos residía en la vivienda.
La Policía manejó las hipótesis de que se tratase de una vivienda utilizada como prostíbulo o que estuvieran haciendo una orgía. Por este motivo procedieron a denunciar a la arrendataria del piso por contaminación acústica. Además, se hizo lo propio con las otras cinco personas, en su caso por incumplir el estado de alarma.
PROSTITUCIÓN Y TRATA EN LA CRISIS SANITARIA
La prostitución y la trata también se ven afectadas por coronavirus. Esta situación de alerta por la crisis sanitaria deja a muchas mujeres aún más vulnerables, ya que ninguna de las medidas adoptadas hasta el momento les ayuda a aliviar su situación. Esta es incluso peor a la habitual al decretarse las medidas de confinamiento.
Muchas mujeres se ven obligadas a ejercer la prostitución para obtener dinero que, en muchos casos, remiten a su familia, habitualmente en otros países. El confinamiento ha hecho que dejen de tener clientes, lo que hace que se encuentren en una situación de gran vulnerabilidad.
Ninguna de las medidas que hasta el momento ha puesto en funcionamiento el Gobierno sirven para aliviar a aquellas que se encuentran en una situación de trata y prostitución. Este colectivo ha quedado excluido de las medidas que están pensadas para aliviar la situación de quienes no pueden trabajar. Entre estas últimas se encuentran la prohibición de cortar los suministros de agua, luz o gas mientras dure la crisis sanitaria.
Además, por la situación en la que se encuentran, la mayor parte de estas mujeres no tienen acceso al Sistema de Salud público. Todo ello contribuye a que quienes ejercen la prostitución se encuentren afrontando un estado crítico. De hecho, esta situación, lejos de alejarlas de este mundo, hará que se vean empujadas a continuar ejerciendo esta profesión.
CIERRE DE PROSTÍBULOS
Desde varias ONGs reclaman la necesidad de que se les brinde un apoyo psico-social de forma urgente para poder subsistir a la crisis actual. Estas mujeres no pueden demostrar en muchos casos sus ingresos ni solicitar ayudas para el alquiler. Esto hace que a causa del coronavirus tengan riesgo de acabar en la calle. Además, con motivo de ello, hay algunas prostitutas que están aceptando a clientes habituales a pesar del confinamiento por coronavirus.
Lo hacen para poder comer o enviar dinero a su familia, encontrándose en la tesitura de elegir entre la posibilidad de contagiarse o quedarse sin ningún tipo de ingreso.
Aunque a priori los pisos y clubes deben mantenerse cerrados, se pueden encontrar casos como el prostíbulo desalojado en Orís (Barcelona) o el piso de Tetúan (Madrid), en los que seguían recibiendo clientes. Esto hace que sea muy posible que en todo el territorio español se continúe con esta actividad. No obstante, sufriendo de la caída de clientes por las medidas de aislamiento, pero poniendo en riesgo la salud de quienes acuden, de las propias mujeres y del resto de la población.
VÍCTIMAS DE TRATA
En el caso de las víctimas de trata la situación actual es aún más grave. Esto se debe a que tienen deudas con sus explotadores, por lo que estas pueden crecer por el confinamiento.
La mayoría de ellas viven en inmuebles que gestionan los proxenetas o en los clubes, lo que supone un gasto para estos. En el caso de que se siga alargando el confinamiento de la población verán como su deuda se incrementa, y esto deriva en una mayor dependencia con sus explotadores.