La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) ha advertido de que en la nueva ola de COVID-19 de este verano cada vez hay más adolescentes y jóvenes que necesitan rehabilitación debido a que ahora, en mayor proporción, este grupo de edad, al no estar inmunizados, son quiénes más se contagian y el hecho de ser jóvenes no les excluye de tener complicaciones derivadas de la enfermedad.
De hecho, aseguran que los servicios de Rehabilitación de los hospitales de España están atendiendo cada vez más casos de adolescentes y jóvenes que, tras el alta hospitalaria, precisan de la valoración por parte de especialistas en Medicina Física y Rehabilitación y de la consiguiente indicación de un tratamiento específico, dirigido a curar o minimizar las secuelas producidas tras la infección por el Sars-CoV 2.
En este contexto, desde la SERMEF han recordado que los médicos rehabilitadores son «los médicos especialistas encargados de coordinar el tratamiento que necesitan estos pacientes, realizado por un equipo interdisciplinar que incluye fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas».
«Conocemos bien esta realidad –aseguran–. Tras superar la COVID-19, en un elevado porcentaje de pacientes persisten daños discapacitantes, que habitualmente afectan al sistema respiratorio, nervioso y músculo-esquelético. Unos daños que también pueden producirse en todas las edades, incluida la población joven, si bien es cierto que en estos casos es menor el porcentaje de complicaciones», advierten.
Desde la sociedad científica explican que las intervenciones realizadas desde la Rehabilitación «permiten abordar las distintas secuelas que puede presentar un enfermo que ha sufrido COVID grave: desde limitaciones físicas hasta trastornos de la deglución, limitaciones por la insuficiencia respiratoria o déficits cognitivos y conductuales, que algunos casos se pueden prologarse en el tiempo y producir un COVID persistente».
Asimismo, desde la SERMEF han recordado la existencia del «síndrome post-UCI, que produce secuelas por la afectación multiorgánica (daño en los diferentes aparatos: respiratorio, endocrino, sistema nervioso, etc.) y la inmovilidad durante la estancia hospitalaria que puede llegar a ser muy prolongada».
«En algunos casos estas secuelas pueden persistir hasta meses después del alta hospitalaria –prosiguen–. Es frecuente que los pacientes que han sufrido COVID presenten astenia y fatigabilidad, déficit muscular o falta de fuerza, así como problemas neurológicos (dolor, dificultad de concentración, etc.)».
Por todo ello, nuevamente, los médicos rehabilitadores de España llaman «a la responsabilidad colectiva para que la ciudadanía sea prudente y siga las normas de seguridad frente a la COVID-19 (distancia de seguridad, limitar los contactos sociales, uso de mascarilla, lavado de manos, etc.). Se trata de evitar, de esta forma, más propagación del coronavirus y sus consecuencias».
«La ciudadanía, y por supuesto los sanitarios, estamos todos agotados por esta situación, pero es importante recordar que sabemos cómo prevenir los contagios. Siguiendo las normas de seguridad frente a la COVID-19 es posible y necesario conjugar el disfrute del tiempo de ocio del verano con la salud», concluye la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física.