viernes, 13 diciembre 2024

El 47,4% de los jóvenes valora más el tiempo de desconexión de Internet y RRSS

Un 47,4% de los jóvenes españoles valora más que antes de la pandemia de la Covid-19 el tiempo de desconexión de Internet y redes sociales y un 37,1% aprovecha mejor su tiempo en la red desde la llegada de la crisis sanitaria.

Así se desprende del ‘Barómetro Jóvenes y Tecnología 2021. Trabajo, estudios y prácticas en la incertidumbre pandémica’ del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, financiada por Google, y realizado a través de 1.200 entrevistas a jóvenes entre 15 y 29 años.

La investigación, presentada este jueves por la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura, y por el investigador del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Daniel Calderón, pone de relieve que el 57,1% de la juventud cree que la tecnología contribuye claramente a mejorar la calidad de vida de las personas, 7,4 puntos más que en 2020.

Asimismo, el estudio apunta que el 71% de los encuestados cree que tiene competencias digitales elevadas y el 88,2% actúa como mediador experto para apoyar a su entorno social en el uso de Internet y Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs).

En este sentido, la percepción general de la tecnología es positiva, destacando aspectos que tienen que ver con la innovación (45,8%), el futuro (44,5%) y el progreso (44,4%). También un 57,1% dice que la tecnología «mejora la calidad de vida de las personas» y un 50,6% que «permite participar social y políticamente», visiones que han crecido más de un 7%.

Respecto a las formas de uso, más del 60% de jóvenes escucha música, ve películas, series o sigue a creadores de contenido de manera frecuente, y más de la mitad de los encuestados también utiliza las TIC para la búsqueda de información, actividades prácticas, administrativas y comerciales.

PERFILES TECNOLÓGICOS JUVENILES

Los investigadores han definido varios perfiles tecnológicos juveniles, siendo el más numeroso el de los jóvenes ‘sociales/audiovisuales’ (24,8%), que utilizan sobre todo sus dispositivos para estar conectados en redes y para el ocio audiovisual. En este grupo el 81,3% son mujeres.

Por detrás de estos se hallan los ‘Gamers’ (22,2%), jóvenes con un alto grado de competencia digital y que, mucho más que el móvil, usan equipos fijos (PC de sobremesa, videoconsolas), fundamentalmente, para jugar a videojuegos pero también para comunicarse o disfrutar de ocio audiovisual. Este grupo está muy masculinizado (74% son hombres).

Según el estudio, el tercer grupo, ‘Minoritarios’, está formado por jóvenes con competencias digitales muy básicas, con acceso reducido a dispositivos –aunque predomina el acceso a través de móvil–, que utilizan para usos minoritarios como apuestas online o apps para encontrar pareja, fundamentalmente. Formado por un 19,9% de la muestra, predominan –sobre todo en el uso de apps de apuestas y juego– jóvenes con carencias materiales severas y más riesgo de exclusión social.

Un 18,1% son los denominados ‘Prácticos’, que se caracterizan por hacer un uso muy variado de Internet y las TIC. Su competencia digital es muy alta y destacan por gestionar online gran parte de sus actividades personales, administrativas y comerciales (compras online).

Los jóvenes ‘Múltiples’ (15,2%) se caracterizan por una competencia digital elevada, así como un acceso muy diversificado a las TIC a través de todo tipo de dispositivos. El uso que hacen de estos dispositivos se centra mucho en la ofimática y en usos minoritarios (apuestas, encontrar pareja).

FORMACIÓN ONLINE Y TELETRABAJO

Por otro lado, el estudio revela que el 52,2% de los encuestados valora positivamente la formación online que ha recibido desde el inicio de la pandemia, aunque también destacan sensaciones negativas como el agobio (39,5%), la saturación (27,6%) y la frustración (26,6%). Además, un 58% afirma distraerse con más facilidad con esta formación.

En este sentido, un 56,4% de jóvenes asegura que ha contado con todos los recursos tecnológicos necesarios para seguir las clases online, pero en los perfiles de mayor carencia material este porcentaje cae al 35,5%.

Como carencias de la formación ‘online’ apuntan la preparación del profesorado (27,9%), los problemas prácticos para realizar tareas (21,9%), seguir las clases desde casa (20,5%) o los problemas de tipo anímico y de falta de concentración (21,9%). En cuanto a las ventajas, se destaca la evitación de desplazamientos innecesarios (46,4%) y la mayor autonomía a la hora de organizar el propio tiempo (39,8%). Prefieren la formación presencial, frente a uno de cada diez que opta por un modelo exclusivamente online.

Sobre el teletrabajo, un 15,9% tenía experiencia antes de la pandemia, si bien durante el confinamiento este porcentaje se situó en el 28,8%. Entre quienes continuaron trabajando, el porcentaje de teletrabajo ha alcanzado el 57,9%.

Un 61,8% valora positivamente el teletrabajo, pero de las cuatro sensaciones más mencionadas, dos son positivas (comodidad, 31,3%; satisfacción, 20,7%) y dos negativas (agobio, 25,9%; saturación, 23,6%).

En cuanto a los inconvenientes, destacan la dificultad para trasladar partes del trabajo al hogar (23,9%) o la falta de preparación del centro de trabajo (16,7%), mientras que entre las ventajas señalan la evitación de desplazamientos (42,5%), la comodidad (36,8%) y la autonomía (26,4%).

En este aspecto, un 36,2% de los jóvenes prefiere modelos mixtos en el trabajo a partes iguales, un 22,1% prefería exclusivamente trabajo online y un 18,4% daría más peso a lo online, pero combinado con actividad presencial.

Con respecto al futuro, tres de cada cinco jóvenes se decanta por opciones mixtas, tanto de formación como de trabajo, en las que lo presencial y lo online se distribuyan a partes iguales o donde lo presencial tenga mayor peso.

Sobre cómo afectarán las tecnologías al futuro de la educación y el trabajo, piensan que los centros de trabajo y de estudios deberán responsabilizarse de la formación de sus trabajadores y de su alumnado en nuevas tecnologías (58% en el caso de los estudios y 59,8% en el caso del trabajo).

En el caso de los aspectos positivos, un 47,5% considera que la tecnología hará más sencillo formarse en el futuro y un 44,7% que será más fácil encontrar trabajo. A pesar de esto, la mitad cree que se requerían para ello habilidades tecnológicas que no se aprenden en la educación formal.

En cuanto a los aspectos negativos, el 43,9% afirma que será más difícil evaluar el rendimiento académico con la formación online y el 42,1% que la tecnología provocará mayores diferencias educativas. Dos de cada cinco creen que se perderán más puestos de trabajo de los que se ganen y que se precarizarán las condiciones laborales con la tecnología.

USOS, COMPETENCIAS Y ALFABETIZACIÓN

Los jóvenes acceden a la tecnología a través del smartphone (94%) y el ordenador portátil (88,9%), que también son los que más se utilizan con frecuencia o constantemente (82,4% y 60,2% respectivamente). Las mujeres utilizan con más frecuencia el smartphone y el ordenador portátil y los hombres la videoconsola y el PC de sobremesa.

Escuchar música (75,6%), utilización de aplicaciones de mensajería instantánea (75,3%), visionado de películas o series (68%) o el seguimiento de creadores/as de contenido (62,8%) son las actividades más frecuentes.

Finalmente, un 71,4% de los jóvenes se percibe más habilidoso que sus progenitores, un 83,7% que sus profesores, un 55,9% que sus amistades (55,9%) y un 37,3% que gente de su edad. Tanto la percepción de las competencias como la comparación con el entorno ha mejorado con respecto a 2020.