El gasto del sistema sanitario español ascendió en 2019 a un total de 115.458 millones de euros, lo que representa un 9,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y un incremento de un 5,4 por ciento respecto al año 2018, según se desprende del informe de resultados del Sistema de Cuentas de Salud (SCS) 2019, elaborado por el Ministerio de Sanidad, a través de la Subdirección General de Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y Fondos de Compensación de la Dirección General de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad.
Además, de los 115.458 de euros del gasto sanitario español, 81.590 millones fueron financiados por el sector público, un 5,4 por ciento más que 2018, lo que representa el «mayor incremento» del gasto sanitario público de los últimos 5 años, además de suponer el 6,6 del PIB.
Por otro lado, y en relación a la población, Sanidad ha informado de que el gasto sanitario total ascendió a 2.451 euros por habitante en 2019, lo que supone un incremento de un 4,1 por ciento respecto al 2018 y de un 14,1 por ciento respecto a 2015.
En cuanto a la participación de las distintas administraciones en la financiación del gasto sanitario público, las autonómicas, con una participación del 92,3 por ciento, fueron el agente que soportó una mayor carga en la financiación sanitaria pública. Los hogares, con una contribución del 73,2 por ciento, fueron el agente con mayor peso en la financiación sanitaria privada.
Asimismo, el SCS también ha puesto de relieve que, según la función de atención de la salud, más de la mitad del gasto sanitario total se destinó a servicios de asistencia curativa y de rehabilitación y según el proveedor de atención de la salud, el gasto de los hospitales supuso el mayor porcentaje del gasto sanitario total, con un 44,7 por ciento, seguido del gasto de los proveedores de atención ambulatoria, con un 23,2 por ciento.
Por último, el informe de resultados del Sistema de Cuentas de Salud revela que un 52,6 por ciento de los «gastos de bolsillo» de los hogares en sanidad se destinó a productos médicos dispensados a pacientes ambulatorios, principalmente dispositivos terapéuticos y otros productos médicos no perecederos, entre los que se incluyen gafas, lentes de contacto o audífonos.