El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tomado una decisión desde hace meses y por primera vez en mucho tiempo parece que tiene claro que uno de sus ministros debe abandonar la casa. El señalado es Juan Carlos Campo, ministro de Justicia que no ha sido capaz de establecer el nexo necesario entre el poder ejecutivo y el judicial. Que saldrá Campo en cuestión de meses es una afirmación que muchos dan por hecho en Ferraz, pero hay otras preguntas que aún están por responder. Sánchez sopesa mover ministros de un ministerio a otro. En un principio, su principal candidato a ocupar Justicia es su secretario de Estado, Félix Bolaños, quien actualmente está volcado en ver cómo renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Sin embargo, el PSOE ha rescatado un viejo rumor de 2019 en el que se hablaba del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, como ministro de Justicia. Este traspaso que en su momento se vio frustrado por nuevas elecciones retoma vida en Ferraz y cada vez suena con más fuerza.
Bolaños desde luego tiene el encargo personal del presidente del Gobierno de acercar al poder ejecutivo al judicial. Por el momento, quien lleva estos asuntos es el secretario de Estado de Presidencia de Gobierno. El problema es que hay quien asegura que Sánchez no se quiere permitir el lujo de perder en Moncloa a su núcleo de confianza, lo que truncaría el sueño de Bolaños de tener su propio ministerio. En su lugar, dentro de este movimiento de fichas que sopesa el Gobierno, Marlaska ha aparecido como un fantasma para recordar lo que ya se habló cada día en el verano de 2019, tras las elecciones de abril: que Marlaska iría a Justicia y abandonaría el Ministerio del Interior.
El presidente del Ejecutivo no parece sentirse cómodo con Marlaska en Interior
El presidente del Ejecutivo no parece sentirse excesivamente cómodo con Marlaska en Interior. El constante pulso con Margarita Robles en Defensa por el control de la Guardia Civil y los exabruptos y problemas que han surgido por las purgas internas que ha protagonizado Marlaska en Interior han llevado al presidente a considerar a su ministro una piedra en el zapato más que un apoyo con el que llevar un ministerio fundamental. Todo esto ha hecho que Sánchez recupere la idea de sacar a Marlaska de Interior y llevarle a otro lado. Por supuesto, hay quien asegura que cabe la posibilidad de que le echen del Ejecutivo, pero los que más conocen el partido entienden que si le saca es para mandarle a Justicia, algo que ya pretendió hacer el presidente del Gobierno en verano de 2019.
No se habla de prescindir de Marlaska en el Consejo de Ministros, sino de cambiarle de lugar de trabajo para evitar los roces con Margarita y solucionar un problema que ha generado Juan Carlos Campo en otro ministerio clave (y más con la renovación del CGPJ todavía pendiente).
La salida de Campo implica un cambio de sillas que no solo se queda con la llegada de Fernando Grande Marlaska a su entorno laboral, sino que llegan nuevos cambios. La salida del ministro de Sánchez conllevaría la entrada de otro u otra cara conocida en Interior. El PSOE sopesa mandar a Margarita Robles a ese ministerio que tanto ansía y colocar en Defensa a su vez al secretario de Organización del partido y ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Un cambio radical que solo viene motivado por la intención del presidente de echar a Campo con elegancia para abordar la necesaria renovación del CGPJ cuanto antes (pues si el presidente popular, Pablo Casado, se sale completamente con la suya, el PP ganará peso parlamentario antes de que se renueve el Consejo General del Poder Judicial y podrá incluso elegir presidente del Tribunal Supremo.
Para Sánchez, es fundamental conseguir la renovación del CGPJ antes de que se celebren los próximos comicios porque la elección de el o la próximo presidente/a del Tribunal Supremo está en juego. Con los números tal y como están ahora en el Congreso y en el Senado, el PSOE se asegura tener la presidencia, algo importante. Pero su Casado mantiene su pulso y bloquea la renovación hasta 2023, el PP podría ganar peso de nuevo y cambiar completamente las tornas. En este contexto, Sánchez considera fundamental tener a alguien en Justicia capaz de establecer buenos contactos con el Consejo General del Poder Judicial al tiempo que sea capaz de mantener conversaciones con el PP para abordar la negociación estancada desde que se indultó a los líders del procés.
En un principio, y tal y como aseguran fuentes cercanas al partido, Bolaños mantendrá un papel activo en este supuesto porque el presidente le ha encargado a inicios de primavera que inicie los contactos con miembros de la judicatura para hacerse una idea de cómo están las cosas en el Consejo respecto a la renovación. El quid de la cuestión es si prescindirá de él como secretario de Estado de Presidencia del Gobierno o no. Que Bolaños será el último responsable en asuntos de Justicia también está claro, o eso aseguran las fuentes a MONCLOA.com. Otra cosa es que la salida de Marlaska de Interior se «premie» con la entrega de Justicia. Aunque de ser así, Marlaska rendirá cuentas ante Bolaños casi con total seguridad. «El presidente le ha encargado a Bolaños que lleve estos temas», aseguran.