La concejal de Madrid Rita Maestre se ha cansado de su irrelevancia y de hundir poco a poco su partido en las encuestas. Al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, no hay quien le coma la tostada y la líder de la oposición ha dado la orden interna de hacer ruido «a toda costa». Cualquier excusa es buena para lanzar un mensaje a su electorado y criticar a los populares. Quizás por eso se queja de todo, incluido del hecho de que el Ayuntamiento de Madrid haya colocado la bandera LGTBIQ+ en Cibeles no izada, sino en horizontal. El trasfondo de este ridículo no es que a Más Madrid le indigne cómo se coloquen las banderas, sino que han saltado las alarmas dentro del partido porque la irrelevancia de la formación y de Rita Maestre va in crescendo ante el rodillo electoral de Almeida.
Los mensajes de Rita Maestre son un cajón desastre de quejas para ver si alguna cuela y se hace viral, pero parece que los medios de comunicación y el electorado no asume los mensajes de la candidata de Más Madrid como suyos. Lo mismo te critica que la bandera LGTBIQ+ no está como a ella le gusta que lo trufa con una queja por el chiringuito de Toni Cantó en la Comunidad de Madrid o de la vacunación en El Corte Inglés. No es que Rita haya enganchado las redes sociales y los canutazos con ganas, sino que han saltado las alarmas por la irrelevancia exagerada que Más Madrid consigue por segundos. Los mensajes internos son preocupantes porque ven que el partido no tiene una estrategia clara ni una líder contrastada ni con carisma. Se hunden y no tienen un plan de rescate.
Ha habido intentos de reformar Más Madrid. De meterle mano y cambiar su estructura. Pero la «chupidictadura» de Rita hace imposible que se aborden cambios de calado en la formación que ahora lidera Íñigo Errejón. Lo que cuentan las fuentes del partido de Maestre es que ya están a la desesperada. Quieren chupar cámara y «hacer ruido» como sea. El problema es que cuantos más mensajes lanza Maestre, menos caso le hacen. De hecho, el discurso de Rita se ha convertido en una amalgama de quejas y loas que nadie entiende. De la bandera en Cibeles pasa a criticar BiciMad y de las bicicletas eléctricas de la capital lanza otro mensaje en cuestión de horas a llamar «homófobo» al alcalde porque no tiñe el palacio del color de la bandera arcoiris. «Almeida rebobina Madrid», decía Maestre.
A nadie de las bases parece importarle demasiado que no vayan a optar a arrebatar la alcaldía a Almeida
El gran problema de Más Madrid es que está completamente descabezado y plagado de nombres que solo quieren vivir de un sueldo público. No hay una estrategia detrás definida pese a que Almeida arrasa en las encuestas y pese a que tan solo quedan dos años para que se celebren las próximas elecciones municipales. A nadie de las bases parece importarle demasiado que no vayan a optar a arrebatar la alcaldía a Almeida y a nadie del partido le preocupa lo más mínimo que el tirón de Rita, según se refleja en los sondeos, vaya a la baja día tras día. Tampoco tenemos claro que ayude el hecho de que Maestre lance mensajes de queja sobre cómo hay que colocar la bandera LGTBI.
Hacer ruido, sin embargo, no parece suficiente. Hay una facción pequeña de Más Madrid que está harta de la «chupidictadura» de Rita y los suyos y de las «lacras» como Jorge García Castaño que llevan años afincados en la vida pública sin aportar demasiado. La pregunta que se hacen estas voces díscolas es si mantener en las listas a personajes como García Castaño (exdelegado del área de gobierno municipal de Economía y Hacienda entre 2017 y 2019) supone contener votos de la izquierda o es irrelevante. La mayoría tiene clara la respuesta, pero nadie se atreve a purgar Más Madrid porque hay un grupo de afines a Rita que ejerce una presión intensa para no salir del partido.
Tampoco es que haya presiones desde arriba. Errejón solo está preocupado por acudir a los set de maquillaje para prepararse para una aparición «estelar» de las suyas y ganarse los titulares y el aplauso de las redes sociales durante unas horas. A nadie parece preocuparle hacia dónde va Más Madrid y qué proyecto debe asumir porque hacerlo supondría echar un vistazo a los candidatos y a los nombres de las listas y analizar lo que aportan o dejan de aportar. Y claro, el resultado será que la cola del paro se engrosaría significativamente.
Por todo esto, el resultado es que hay un silencio incómodo en Más Madrid que solo se llena con la voz de Rita cuando da una orden como la de «hacer ruido» como sea para ver si así ganamos un par de titulares. Ni siquiera hablamos de pan para hoy, pues la aspiración de Maestre y la de su grupo de fieles es la de obtener un número «x» de concejales que les permitan seguir estando al pie del cañón de la administración pública. Ruido, pero sin ninguna estrategia definida. Aunque de vez en cuando dan una palmada a Podemos para intentar lanzar un guiño a su electorado. «Por fin se ha aprobado el Anteproyecto de Ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI. Ya estamos más cerca de que sea ley. Que sirva de verdad para que las vidas trans importen», comentaba la concejal y líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid.
Mientras que nadie levante la voz, Más Madrid seguirá jugando el mismo juego. Rita se quejará enérgicamente de todo. Jorge retuiteará lo que considere entre carrera y carrera de caballos y el resto estará simplemente a verlas venir.