La igualdad no parece haberse impuesto en la crisis del coronavirus. Y la ministra de este concepto es la primera que ha disfrutado de una serie de privilegios de cara a la pandemia que los más necesitados no han visto ni en pintura. Incluso algún que otro médico ha levantado la voz ante el trato que ha recibido la pareja del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, tras dar positivo en la prueba del coronavirus. Le han hecho al menos dos tests: uno para confirmar su positivo, y otro para ver si ya es negativo y puede volver al circo mediático al que nos tiene acostumbrados. Cuando los pacientes de a pie tienen suerte si les hacen uno solo.
«Hola, Irene Montero. Cómo se solicita un segundo test cuando ya hay uno previo positivo? Es que me preguntan los pacientes cuándo se van de alta del hospital que si no les hago otro para ver si es negativo. No lo veo en los protocolos». Estas palabras contra Montero no son ni de un paciente ni de la oposición. Son de un médico del Hospital Puerta de Hierro llamado Jesús Sanz, quien lidia a diario con cientos de pacientes infectados por el coronavirus.
Irene Montero, la ministra de Igualdad, ha vuelto a dar positivo en un test de coronavirus, lo que la obliga a permanecer encerrada en el chalet de Galapagar por una semana más. Ya llevaba dos de cuarentena, desde que se celebrara esa manifestación del 8 de marzo por el día de la mujer. Pero ahora la cosa ha cambiado y tendrá que permanecer en Galapagar al menos una semana más. Pero no es el único privilegio del que disfruta la ministra de Igualdad. Hay más. Y uno de los más escandalosos es el de la siguiente página.
1SIN SILLITA PARA EL BEBÉ EN EL COCHE OFICIAL
Muchos conocen en qué se ha convertido ese ministerio que han creado exclusivamente para la flamante ministra. Fiestas de cumpleaños, muchos vídeos en las redes sociales y algún que otro día en el que se permiten el lujo de llevar a su bebé al trabajo. Pero ese mismo día, fue captada por las cámaras saliendo del coche oficial con su hijo en brazos. Montero debió pensar que ya había suficiente seguridad en torno a su hijo, incluidos los escoltas. Pero el caso es que las críticas no tardaron en llegar. Fuera en la silla homologada o no, la foto desató una gran polémica que a día de hoy sigue sin aclararse.