El Ministerio de Sanidad ha adquirido un importante protagonismo con la crisis del coronavirus. Todos los días, millones de personas están pendientes de la actualización de los datos sobre el número de infectados por este virus que ha confinado a todo el mundo en sus casas. Sin embargo, pese a que debemos fiarnos de unos datos que se sabe son insuficientes (ya que hay un número de infectados infinitamente mayor del que se publica, según detallan los expertos), esta cartera ha olvidado actualizar su propia página web oficial y su propio organigrama, ya que según el sitio, la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo sigue siendo la máxima representante de esta cartera. El actual ministro, Salvador Illa, no aparece.
Puede parecer un error inocente. Pero dos meses después de que se formara el Gobierno, aún Carcedo aparece como ministra y, por tanto, todo su equipo de trabajo, ese que ya ha sido sustituido por el equipo de Illa. Puede ser dejadez o simplemente que se han visto desbordados por la crisis del coronavirus, pero aún así, han tenido unas cuantas semanas antes de que estallara. Y ahora, este mismo ministerio que no ha sido capaz ni de actualizar su página web es el mismo que ofrece unos datos actualizados sobre el número de infectados en España.
Por el momento, el número de infectados en el país supera ya los 50.000. Eso los probados, ya que cualquier virólogo, epidemiólogo o incluso experto matemático considera que los contagios son muy superiores a esa cifra. Algunos estiman que se ha llegado incluso a superar el millón de infectados. No hay tests suficientes y eso se nota. Solo se realiza la prueba a quien presenta síntomas claros y a quien acude a un hospital o a un ambulatorio.
La gestión de la crisis por parte del Ministerio de Sanidad no ha sido impecable. Aún se viven las consecuencias de que permitiera a principios de marzo que se celebraran cientos de eventos multitudinarios que supusieron una gran cantidad de contagios de un patógeno que crece de forma exponencial. Esta actuación le ha supuesto muchos problemas al Gobierno, algunos incluso de índole judicial, ya que aún se investiga si se cometió un delito al dejar que se celebrara la manifestación del 8 de marzo, a la que el propio Ministerio de Sanidad dijo que si se quería ir, se podía sin problemas.
Quién no recuerda las palabras del director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, en las que afirmó que en España solo habría uno o dos casos aislados de coronavirus. Una afirmación que ahora se ha vuelto en contra de ese ministerio que se ha visto desbordado. Tanto que ni siquiera ha sido capaz de actualizar en su página web quién es el nuevo ministro.
Ahora desde Sanidad están convencidos de que estamos en el pico de la famosa curva. Y de no ser así, estamos muy cerca. Por lo que ese mismo ministerio que decía que solo habría uno o dos casos aislados ahora dice que a finales de esta semana comenzaremos el descenso de contagios para llegar a 0 dentro de unos cuantos días.
Pero lo cierto es que desde que un virus naciera en una región de China, meses después España se ha convertido en el epicentro del contagio en Europa. Y el ministerio que se encarga de gestionar este tipo de crisis se ha visto desbordado en semanas por una actuación que incluso los jueces investigan si puede tener consecuencias legales.
El otro problema que afronta el Ministerio de Sanidad es la falta de material que tienen aquellos profesionales que están en la primera línea. Todos los trabajadores, médicos, enfermeros, celadores y demás que se han quejado de forma notable por la falta de material para protegerse del coronavirus. Tal es el caos, que el Gobierno, de la mano de ese ministro de Sanidad que aún no figura en la web oficial del ministerio como tal, ha afirmado comprar material sanitario por un precio de más de 432 millones de euros.
Ese material viene de China, el país donde surgió la epidemia, que parece estar apoyando a España a cambio de unos cuantos millones. Sin embargo, ese material de protección que urge y que el hecho de que no lo tengan los profesionales ya ha costado que haya más de 5.000 trabajadores de la salud infectados llegará en un plazo de dos semanas. Sí, dos semanas.
