Ya están fuera. Los presos catalanes independentistas han salido de la prisión y lo primero que han hecho ha sido directamente poner un escenario y exhibir su falta de arrepentimiento y su voluntad de seguir luchando por la república catalana. Esto ha sido visto por parte del PSOE como un reto y una provocación de los separatistas para generar discordia interna y ruptura en el partido y en el Gobierno. El equipo estrecho del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ya se ha puesto manos a la obra para mostrar su perfil más duro y moderado para evitar la sangría de votos a la que se han arriesgado con la concesión de los indultos en contra del criterio del tribunal sentenciador y evitar que los independentistas logren su objetivo y generen aún más discordia en el Ejecutivo. Y es aquí donde Sánchez pretende dar más protagonismo ante los medios a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y al de Transportes, José Luis Ábalos.
“Que ninguno se equivoque, la represión no nos ha vencido y no nos vencerá”, ha comentado Jordi Sánchez nada más salir de la prisión. «No se ha acabado nada», ha asegurado Dolors Bassa. «La prisión no nos asusta, sino que refuerza nuestras ideas», ha explicado el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras. «No tenemos miedo, que Madrid tome nota», ha asegurado el separatista Jordi Cuixart. «Hoy no se acaba nada. Salimos a trabajar por la libertad, la amnistía, la autodeterminación y la república. Si creen que cerrándonos en las cárceles acabarán con nuestras ganas es que se han equivocado de pueblo y de época», ha comentado Raul Romeva.
Estas palabras no han gustado en el PSOE, pero sabían y contaban con que la salida de prisión de los líderes del procés supondría una exhibición de falta de arrepentimiento y de voluntad de reincidir porque el objetivo que mantienen los políticos independentistas es el de desestabilizar al Gobierno y a todos los aparatos institucionales. Ahora mismo, que Sánchez tiene a toda la oposición en contra suya y a parte de su propio partido escéptico con la decisión de indultar a los líderes separatistas, es objetivo de los independentistas ahondar en esas diferencias para desestabilizar al Gobierno de España. El equipo del presidente cuenta con ello pero tampoco sabe si serán capaces con su discurso de contener la rabia y la ira de quienes no entienden el indulto o de quienes apuestan porque Sánchez ha dado la libertad a estos «delincuentes» porque necesita el apoyo de los partidos nacionalistas para seguir al frente del Ejecutivo lo que resta de legislatura.
Margarita Robles y Ábalos serán los encargados de responder a todas las preguntas relacionadas con los independentistas
La idea que tiene el Ejecutivo es dar más protagonismo en los medios de comunicación a los ministros más contundentes del Ejecutivo de Sánchez. Margarita Robles y Ábalos serán los encargados de responder a todas las preguntas relacionadas con los independentistas para que dejen claro el papel del Estado. La idea de Sánchez es vender que se conceden los indultos por la convivencia pero que esto no muestra, tal y como aseguró Junqueras, ninguna «debilidad» del Estado, sino fortaleza por perdonar los delitos de estos independentistas catalanes. A preguntas de si se concederá la independencia, el Gobierno dirá con total contundencia que no. Y a preguntas de si negociará un referéndum por la autodeterminación, el Ejecutivo se negará de plano pese a que el ministro de Política Territorial dejara caer que sí se plantearán uno sobre un estatuto de independencia.
Lo que deslizan desde el equipo de Sánchez es que lo que toca ahora es contener los ataques de los separatistas. Desde el Ejecutivo dan por sentado que todos los independentistas a excepción de ERC tendrán una agenda revolucionaria más que alborotada durante los próximos meses porque entienden que el Gobierno está en una tesitura complicada y débil. Creen que atacar al Estado después de que les hayan concedido los indultos es rematar a un Ejecutivo completamente tocado por la falta de poder parlamentario y por la división política. Y ahí es donde atacarán frente a un gabinete de Sánchez que solo busca resistir.
El Gobierno confía en que podrán aguantar porque ahora ya ha pasado lo peor de la tormenta independentista. Los fondos europeos, el avance de la vacunación y la vuelta a la vieja normalidad tendrán que jugar un papel importante y fundamental ahora que los indultos se han concedido para tapar la gestión del Ejecutivo y sobretodo para evitar la sangría de votos con la que ya cuenta el núcleo de Sánchez. El pago ha sido alto, pero lo que han comprado es, a juicio de los más optimistas seguidores de Sánchez, es una legislatura de cuatro años más. Vamos, la pervivencia del Ejecutivo y de Sánchez en la Moncloa. “Los indultos son un triunfo. Demuestran la debilidad del Estado”, comentó entonces el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras. “Los indultos serán el preludio de la derrota que sufrirá España”. “Ho tornarem a fer”, ha asegurado Cuixart.