El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha calificado este miércoles la concesión de los posibles indultos a los presos independentistas como un «parche» que aligerarían su situación personal y familiar pero que no solucionan el conflicto catalán.
«Los indultos son un parche que ayuda a que la bicicleta siga funcionando porque la rueda estaba pinchada, pero son un parche. No son la solución buena», ha destacado en una entrevista en Catalunya Ràdio.
Sobre si se fía del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado que apoyó la aplicación del artículo 155 en Cataluña pero también el impulso de la mesa de diálogo, y ha pedido no convertirlo en el centro de las críticas por estar dispuesto a dar un paso «necesario y obligado».
Sin embargo, ha reiterado que la solución para todos los afectados por el proceso independentista sería la amnistía, y con ello se pondría «el contador a cero», pero cree que tampoco resolvería el conflicto catalán porque lo único que podría hacerlo es la celebración de un referéndum vinculante.
También ve probable que la concesión de los indultos pasará factura al PSOE «porque España es así y hay muchos intereses políticos», y ha comparado la recogida de firmas que impulsa el PP contra esta medida con la que hizo contra el Estatut de 2006.
El expresidente catalán ha advertido, además, del riesgo potencial de que los indultos se recurran ante instancias judiciales y puedan revocarlos, pero cree que no tendría ningún sentido que pasara tras el «desgaste político» que supone esta medida para Sánchez.
REORDENACIÓN DEL INDEPENDENTISMO
Sobre el movimiento independentista, Mas ha defendido que es obligatorio que reordene su estrategia, fuerzas y liderazgos, para preparar el futuro tras no haber logrado hasta ahora sus objetivos.
Y es que, a su juicio, el gran obstáculo actual del independentismo es no tener una estrategia común y un rumbo compartido, y considera que tras la consulta del 9N de 2014 y el referéndum del 1-O de 2017, el movimiento «no ha sabido administrar bien el resultado de los éxitos».
Pese a todo, ha dado un voto de confianza a los partidos independentistas aunque ha rechazado fijar plazos: «Los plazos son mantras que nos llevan a la inoperancia y hasta al fracaso».
Para Mas, la independencia de Cataluña es posible pero «no en este momento tal y como está la situación, y nada hace prever que, en los próximos años, haya un cosa muy especial» que lleve a conseguirla.
JUNTS-PDeCAT
Después de que el PDeCAT quedara fuera del Parlament tras las elecciones catalanas, Mas –que es asociado del partido–, ha defendido que Junts estaría gobernando la Generalitat si ambas formaciones se hubieran presentado conjuntamente.
«Cuando hay una división interna no sale bien para nadie. Sin esta división, probablemente hoy Junts, dentro del mundo soberanista, hubiera quedado primero y la presidencia de la Generalitat sería para este mundo de Junts, que incluiría el PDeCAT», ha sostenido.
En su opinión, la responsabilidad de ello es de las dos formaciones, y no de alguien en concreto, y ha reiterado su deseo de que haya una reconciliación entre Junts y PDeCAT de cara a las municipales de 2023.
«Tienen una oportunidad de cara a las municipales de una reconciliación, que no significa una reintegración de todos. Seguramente se ha llegado tan lejos que es difícil que se reintegre en el corto plazo. Entre una reintegración y una fusión total, y un entendimiento de cara a unas elecciones importantes, seguramente hay un punto intermedio que las direcciones de Junts y PDeCAT pueden abordar», ha zanjado.