La intención de Iglesias de acabar con la ley de perros peligrosos desata una oleada de apoyo

  • La fundación FAADA ha recogido alrededor de 70.000 firmas de gente que apoya cambiar la ley.
  • La fundación IADCRO también ha pedido al director de Derechos de los Animales que modifique la ley.
  • Sergio García Torres está de acuerdo con cambiar este marco legal que estigmatiza a algunas razas.
  • «No somos peligrosos», con este mensaje ya son más de 70.000 las personas que han firmado una iniciativa de la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) para acabar con una ley que consideran injusta: la de perros potencialmente peligrosos. La noticia publicada por MONCLOA.COM en la que se anunciaba la intención del director general de Derechos de los Animales, Sergio García Torres, de revisar esta ley ha reactivado un debate que parecía perdido. Ahora, desde algunas asociaciones esperan que la presión social no lleve a García Torres a echarse atrás ante lo que muchos consideran una ley injusta que ha estigmatizado a algunas razas de perros por su aspecto.

    La fundación Faada lleva tiempo intentando acabar con lo que considera una ley profundamente injusta. Por ello inició una recogida de firmas que ha obtenido un gran respaldo. Sin embargo, no son los únicos. Desde la Asociación Internacional de Defensa Canina y sus Dueños Responsables (IADCRO) también han trasladado al brazo animalista de Pablo Iglesias su deseo por revisar una ley que demoniza a algunas razas de perros solo por sus características visibles, no por su carácter.

    Sergio García Torres considera injusta la ley actual

    Se puede decir con todas las letras, tal y como se ha desprendido de las reuniones, que Sergio García Torres considera injusta la ley actual y que tiene total disposición a buscar una alternativa que no estigmatice a las razas que discrimina la actual ley.

    La idea de su departamento es buscar una alternativa que evite los cientos de titulares tendenciosos que aseguren que, a partir de ese momento, se dispararán los ataques de perros hacia las personas. Esa alternativa pasaría por centrarse en los dueños, quienes son realmente responsables no solo de los actos de su perro, sino del carácter que desarrolle el animal cuando sea adulto. En definitiva, una ley que se centre en educar y enseñar a los dueños qué clase de perro tienen entre manos y cómo deben educarlo. Ahora, los gobiernos autonómicos y municipales se lavan las manos al entregar una licencia que obliga y limita al animal, no al dueño.

    La ley contempla a las razas como potencialmente peligrosas exclusivamente por sus extraordinarias capacidades físicas, algo que ha llevado a algunas personas, por llamarlas de algún modo, a utilizar estos animales para peleas.

    Lo que hay ahora es un marco legal genérico que señala a ocho razas: el pit bull terrier, el staffordshire bull terrier, el american staffodshire terrier, el rottweiler, el dogo argentino, el fila brasileiro, el tosa inu y el akita inu. Luego las comunidades autónomas pueden añadir a esta lista a la raza que consideren oportuna. Galicia es la comunidad más agresiva con este asunto, considerando como peligrosas hasta 15 razas.

    PERROS O DUEÑOS PELIGROSOS

    Los que avalan la ley y se escandalizan ante cualquier mensaje que sugiera derogarla se aferran a los ataques de perros ya documentados y sobredimensionados por la prensa. Pero lo cierto es que lo que son muchos los testimonios de los expertos en conducta animal que aseguran que la raza no determina el carácter de un animal y, por lo tanto, no puede determinar la peligrosidad. La ley se basa en las características físicas del perro, y lo que propone revisar García Torres es precisamente ese aspecto. En ningún caso contempla acabar con el control de quienes adquieren estas razas, solo propone cambiar el foco a quienes son potencialmente peligrosos: los dueños.

    El director General de Derechos de Animales se ha mostrado abierto ya en más de una ocasión a lo largo de sus encuentros a revisar esta ley para cambiarla por una más justa, una actitud respaldada y aplaudida por mucha gente y más de una asociación. El miedo que se respira en el departamento de García Torres es la reacción social que tendrá anunciar un cambio que será entendido por muchos como vía libre para que los pitbull y los rottweiler paseen por la calle sin restricciones.

    El actual marco se basa en una norma establecida en 2002 que nació a raíz de un ataque de un dogo argentino. Y este miedo social a este tipo de razas que se expandió más rápido que el coronavirus, razón por la que hoy en día muchos se escandalizan al oír la posibilidad de levantar restricciones que obligan a este tipo de razas a pasear siempre con correa corta y bozal.