El líder del PP, Pablo Casado, cree que en España hace falta un «gobierno de salvación nacional» que integre a personas de distintas orientaciones políticas como el que dirige actualmente Mario Draghi en Italia y apuesta por comandarlo en solitario, sin el apoyo de Vox.
«Cuando lleguemos al poder, necesitaremos un gobierno… prácticamente de salvación nacional», ha señalado Casado en una entrevista concedida al ‘Financial Times’, en la que sostiene que el PP podría volver pronto al poder, si bien no habla de plazos concretos, toda vez que la legislatura no termina hasta 2023.
«Necesitamos a personas con mucha experiencia, incluido a nivel internacional y con diferentes orientaciones políticas», ha subrayado el líder del PP, puntualizando que dicho gobierno debería contar «no solo con conservadores, sino liberales y cristiano-demócratas así como antiguos social-demócratas».
Sería, ha precisado, «un Gobierno como el de Italia, pero elegido democráticamente», en referencia al hecho de que Draghi comanda actualmente un gabinete de coalición con el respaldo de los principales partidos políticos y resultado de un acuerdo entre estos para poder hacer frente a los estragos de la crisis provocada por la pandemia.
«Mi intención es gobernar en solitario», ha puntualizado Casado, defendiendo que «el PP no forma parte de un bloque con Vox» sino que «puede gobernar si tiene solo un escaño más» que el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y evitando pronunciarse sobre si los de Santiago Abascal son un partido democrático.
En su opinión, «las crisis fortalecen a los gobiernos, incluso si gestionan mal las cosas» pero las consecuencias «les debilitan, incluso si gestionan las cosas bien», lo que avalaría su tesis de que el PP está viendo reforzadas sus opciones de gobernar, como apuntan también los sondeos.
GESTIÓN AL FRENTE DEL PP
Por otra parte, ha sacado pecho de su gestión al frente del PP, reconociendo que se planteó dejar la política en 2018 e incluso hizo una entrevista para un puesto en una multinacional en París. Sin embargo, finalmente se presentó a las primarias, imponiéndose a Soraya Sáenz de Santamaría.
«Tenía un partido muerto, estaba tercero en todas las encuestas», ha recordado Casado, subrayando que el PP «estaba desapareciendo». Así pues, su prioridad inicial fue evitar que Ciudadanos siguiera arrebatando votos al PP, algo que logró en las elecciones de 2019, y luego reunificar a la derecha, ha explicado.
«Incluso en mi propio partido decían: ‘Casado está obsesionado, debería dejar de intentar de unir al centro-derecha e ir a por Sánchez», ha rememorado, asegurando que él tenía «claro» que con tres partidos en la derecha «era imposible ganar».
Esa situación ha cambiado, pero Casado refuta que la posición del PP como primera fuerza en la actualidad se deba al resultado logrado por Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, argumentando que eso «no fue la causa sino la consecuencia» de la mejora de la posición de los populares.
CAMBIO DE CICLO POLÍTICO
«Hay un cambio real en el ciclo político en España y estamos listos para gobernar», ha recalcado Casado. «No sé si será en los próximos doce meses pero creo que será pronto», ha añadido, reconociendo que llegados a ese punto lo que el PP tendrá que hacer será «aprobar todas las reformas en tres meses».
Entre sus planes, según el ‘Financial Times’, ha citado la reducción del impuesto de la renta, la abolición del impuesto sobre sucesiones, la reforma de la indemnización por despido para mejorar la flexibilidad del mercado laboral y ajustar el sistema de gobierno regional.
Por otra parte, en lo que se refiere a los escándalos por corrupción que han salpicado al PP, Casado ha esgrimido que si el partido le eligió como líder «fue para romper con el pasado». En este sentido, ha evitado pronunciarse sobre si el expresidente Mariano Rajoy conocía la contabilidad b de Luis Bárcenas: «Hemos decidido no hablar más de este asunto» que está en los tribunales.