La investigación que sigue la fiscalía suiza sobre un presunto cobro de comisiones ilegales referente a las obras del AVE en Arabia Saudita ha llevado hasta el descubrimiento de una donación de 65 millones de euros que presuntamente habría realizado el rey Juan Carlos a su amiga Corinna Sayn Wittgenstein y su hijo Alexander. Se trata de la última revelación sobre lo que durante años estaba envuelto en el misterio: cuál es la fortuna personal del rey emérito. Los intentos para que los datos fueran públicos han sido infructuosos.
El último capítulo fue la decisión del Tribunal Constitucional de rechazar el pasado mes de febrero el recurso del partido Compromís para que los miembros de la familia real tuvieran que realizar una declaración de bienes, como lo hacen los políticos. La Mesa del Congreso de los Diputados no había admitido previamente tramitar una proposición de ley en ese sentido, lo que les llevó a presentar el citado recurso.
En todo caso, el motivo que abortó este intento fue que esta proposición de ley fue presentada por el grupo parlamentario mixto, en el que se encontraba integrado Compromís. Por lo tanto, el recurso ante el Tribunal Constitucional debía ser presentado por este grupo parlamentario y no solo por los diputados de Compromís.
Ahora, con las noticias relacionadas con los millones donados a Corinna Sayn Wittgenstein, Compromís y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) han pedido la creación de una comisión de investigación en el Congreso. La misma iniciativa ha sido tomada por Unidas Podemos. En anteriores ocasiones este tipo de iniciativas han fracasado con el argumento de que el Parlamento no puede controlar la actividad del rey.
Antes de eso, cuando estalló el caso Urdangarin, la Casa Real dio algunos pasos para dar transparencia a sus finanzas. Así, por ejemplo, hizo públicos por primera vez los sueldos de los reyes y los miembros de su familia. Durante años, estos datos concretos no se conocían, porque estaban diluidos en la cifra global del Presupuesto de la Casa Real.
Como la Constitución establece que el rey dispone libremente de esta partida, durante años no se ofreció información desagregada que permitiera saber el sueldo de los reyes, por ejemplo. Sólo había habido una rara excepción en los presupuestos generales del Estado para 1979, donde aparecía especificada que la dotación o el sueldo del rey era de diez millones de las pesetas de entonces, incluidos los gastos de representación.
En 1979 se estableció un sueldo de diez millones de pesetas anuales para el rey, pero la retribución quedó oculta luego durante 32 años
Esta fecha es importante, porque fue a partir de ahí desde donde se fue actualizando este sueldo, generalmente en la misma proporción que lo hacían los de los altos cargos de la Administración Pública. La apertura que se produjo con la publicación por primera vez del sueldo de los reyes treinta y dos años después, en 2011, no fue en los Presupuestos del Estado, sino una decisión tomada por la voluntad del rey.
En aquel año, la Casa Real hizo público que el rey Juan Carlos cobraba una dotación de 140.000 euros mas 152.000 de gastos de representación. Es decir, 292.000 euros anuales. A este sueldo había que sumar los que cobraban el entonces príncipe de Asturias, la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina. Hoy, el rey Felipe cobra un total anual de 242.000 euros, mientras que el rey Juan Carlos recibe una cantidad de 194.000 euros, según los últimos datos publicados por la Casa Real.
EL ORIGEN DE LA FORTUNA DEL REY JUAN CARLOS
Posteriormente se produjeron otros pasos en transparencia, como la información que se ofrece sobre los regalos que reciben los reyes. Pero hasta el momento nunca llegó ningún compromiso sobre la información de los bienes o inversiones. Ya hubo un primer incidente al respecto con el descubrimiento de la herencia del rey Alfonso XIII, que se encontraba fuera de España, pero este hecho no se tradujo en ningún cambio.
El asunto de los regalos trajo cola, porque llevó desde la subasta de coches de alta gama, incluido algún Ferrari, o a la desafectación del yate Fortuna. Por el camino se produjeron otros cambios, como la introducción de la figura de un interventor en la Casa Real.
Por lo demás, la apertura informativa también se aceleró con la crisis provocada por el accidente que sufrió el rey Juan Carlos en su cacería de Botsuana, donde iba acompañado de Corinna. En aquellos momentos se anunció por parte de la Casa Real que también se haría pública la agenda privada de los reyes, pero nunca llegó a ocurrir.
La publicación de grabaciones del comisario Villarejo con conversaciones con Corinna Sayn Wittgenstein publicada por Okdiario sacó a la luz el cobro de presuntas comisiones por operaciones empresariales españolas en el extranjero. En España, las pesquisas a raíz de las grabaciones quedaron archivadas al considerar la inviolabilidad de la figura del rey establecida por la Constitución. Sin embargo, un fiscal suizo puso en marcha una investigación sobre la presunta donación millonaria que realizó el rey Juan Carlos a Corinna. Según publicó El País, el dinero llegó desde una fundación con un patrimonio de 100 millones de dólares que a su vez provenía de la casa real saudí.
Del rey Juan Carlos se han descubierto otros asuntos. Uno de los más misteriosos es una cuenta en el Banco de España que estaba a disposición de Francisco Franco y que al poco tiempo de morir el dictador pasó a ponerse a nombre del rey. La cuenta era una de las que tuvo los donativos recaudados para la Guerra Civil que estaban a disposición del dictador. El traspaso se realizó cuando quedaba una cantidad ínfima de dinero. Esas cuentas a disposición de Franco llegaron a sumar unos saldos de 34 millones de pesetas en 1940, al finalizar la Guerra, equivalente a unos 388 millones de euros actuales.