Estudiantes, sí, pero relacionados con un partido comunista que ha hecho de la organización, los desfiles y los campamentos militares un modo de vida. Los que protestaron el pasado miércoles en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid contra el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias tienen lazos con el conocido como Partido Marxista-Leninista (antes llamado Reconstrucción Comunista). Una formación que ha saltado a los titulares por causas como que su líder, Carlos Vaquero Arribas, fue condenado a prisión por luchar contra el ISIS junto a los kurdos o por organizar campamentos militares.
Vaquero ya no suele aparecer en actos públicos como este. Pero algunos de sus seguidores sí que se han lanzado a boicotear charlas de algunos dirigentes políticos relevantes. Primero le tocó en febrero de 2019 en el barrio de Hortaleza al líder de Más País, Íñigo Errejón, cuando todavía pertenecía a Podemos. Y ahora le ha tocado sufrir estas protestas a Iglesias. A Errejón le llamaron «traidor», mientras que al vicepresidente le han llamado «vendeobreros». Pero tras estos gritos no hay ni espontaneidad ni azar, sino que están previstos por una formación que acostumbra a desfilar junto a la hoz y el martillo cada 14 de abril.
El toque paramilitar de su organización es innegable. Los campamentos que celebran desde el Partido Marxista-Leninista tienen talleres de boxeo y otro tipo de artes marciales para aprender a defenderte. Pero lo más curioso es que su líder haya estado en prisión por apoyar la lucha contra el ISIS junto a los kurdos. Lejos de la realidad, este partido comunista ha financiado con los pocos recursos que tienen los viajes de algunos españoles a lo que conocen como Kurdistán para apoyar la causa, razón por la que la Justicia encausó a algunos militantes de la formación. De hecho, muchos de los integrantes de este grupo político visten con indumentarias propias de los skinheads, un grupo que sigue muy activo en el país.
Iglesias dice haber vivido con total normalidad el escrache que sufrió el pasado miércoles. Incluso intentó ridiculizar a los estudiantes que le llamaban «vendeobreros» bajo una máscara de comprensión al pedir que les dieran el micrófono para que expusieran sus argumentos. Sin embargo, para el vicepresidente esto no es nuevo, ya que él se ha sumado a escraches similares, como el que hicieron a la líder de UPyD, Rosa Díez, en 2010.
«Yo soy obrero de verdad. Y Pablo Iglesias, un vendido», acostumbraba a decir Vaquero Arribas
Este grupo siempre consigue su dosis de protagonismo cuando un político quiere dar sus argumentos a los estudiantes de una universidad. De hecho, tuvieron un gran profesor, pues el líder del partido comunista fue alumno de Pablo Iglesias. «Yo soy obrero de verdad. Y Pablo Iglesias, un vendido», acostumbraba a decir Vaquero Arribas. Un perfil que choca aún más si se conoce que es hijo de un policía.
La trayectoria de Vaquero Arribas es muy ilustrativa sobre lo que defiende el partido. A finales de 2018, la Audiencia Nacional condenó a penas de entre seis meses y tres años y medio de prisión a cinco miembros del partido por colaborar con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada como terrorista por la Unión Europea (UE).
El Partido Marxista-Leninista es la estructura principal que conforma el conocido como Frente Obrero, el grupo que tantos dolores de cabeza ha dado a los políticos que trataron de dar un discurso en la universidad. «Sois iguales que Errejón y que Carmena; no vais a cambiar nada», afirmó uno de los que protestaban ante Iglesias.
Desde Unidas Podemos se han mostrado tranquilos tras este escrache que algunos interpretan como una de las consecuencias de haberse convertido en casta. «Creo que cuando un responsable político va a una facultad y le interpelan tiene que dar la cara y responder. Y creo modestamente que lo hemos hecho», ha declarado el líder de la formación tras los hechos.
Iglesias acudió a la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense porque protagonizaba el debate ‘Reaccionarismo y fascismo en el siglo XXI’. Al debate acudió también el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera. Este encuentro tuvo lugar justo donde Iglesias ejercía de profesor antes de saltar en 2014 a la política de la mano de Podemos.
Lo más curioso es que el escrache a Iglesias ha tenido lugar exactamente en el mismo escenario en el que él mismo se manifestó contra Rosa Díez: el salón de actos de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. En su momento, el grito pedía que los políticos «fascistas» se fueran de la Universidad. Ahora, directamente le han llamado «vendeobreros» al que ha hecho de la lucha obrera su causa personal y laboral.