Hay dirigentes en el PSOE que no entienden el cúmulo de decisiones que está tomando su partido desde el Gobierno. Las encuestas van en contra. De hecho, algunas ya dan a Pablo Casado como ganador de unas hipotéticas elecciones. El problema es que en este contexto, Pedro Sánchez ha decidido lanzarse a la piscina con un paquete de proyectos que no están del todo bien vistos por el grueso de los españoles. Hablamos del impuesto al diésel, el peaje en todas las carreteras y, ahora, el indulto a los líderes del procés. Esto último es algo que Sánchez pretende tramitar cuanto antes para garantizarse el apoyo de ERC en lo que queda de legislatura. Sin embargo, el coste electoral puede ser mayor del esperado, tal y como se percibe en los comentarios de muchos socialistas.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha sido el encargado de abrir este lunes el melón. No se le ha ocurrido nada mejor que decir este lunes en un desayuno informativo que lo mejor para todos es vivir con «naturalidad» el indulto a los líderes independentistas del procés. Estas palabras se han interpretado en clave política como un primer paso para preparar a todos para lo inevitable: que Oriol Junqueras y compañía salgan de prisión por un indulto del Gobierno de Sánchez.
Las cuentas son las que son. Si el PSOE quiere tener una mayoría suficiente como para tener margen legislativo de maniobra durante los próximos dos años no solo necesita a Unidas Podemos, sino que también dependen en gran medida de ERC. Para contentar a los independentistas catalanes todos sabemos cuáles son sus reivindicaciones, algo que desde el Gobierno han asumido con cierta naturalidad (la misma que Campo pide para el resto de los españoles) pero que muchos líderes del partido no tienen tan asumida. Y menos en un contexto en el que el PSOE se hunde por segundos en las encuestas; por no hablar de la batería de medidas impopulares que los socialistas han presentado en esta mitad de año.
A Campo siempre le tocan los papeles más ingratos. Al menos es lo que su entorno considera. Pero aún así, el socialista no tiene ni el más mínimo problema en mancharse las manos si el partido se lo pide con cariño. «Los indultos son instrumentos que están previstos en la ley y, por tanto, hay que verlos con naturalidad, sea favorable o desfavorable, total o parcial», ha afirmado Campo en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum (NEF). Su idea seguro que sonaba mucho mejor dentro de su cabeza. El concepto era que a todos los españoles les quedara claro que un indulto no es el fin del mundo y que siempre se tramita sea quien sea el condenado en cuestión. Pero lo cierto es que muchos socialistas (barones incluidos) consideran que no era ni el momento ni el lugar para afirmar tal cosa. ¿Qué pasaría si Tezanos hiciera (bien) una encuesta ahora?
Lo mismo te habla de que te va a subir diez céntimos el diésel, como que te dice que pagarás por usar cualquier carretera española
Nadie entiende del todo bien por qué el PSOE ha elegido este periodo de tiempo para anunciar sus medidas más impopulares. Lo mismo te habla de que te va a subir diez céntimos el diésel, como que te dice que pagarás por usar cualquier carretera española como que se viene arriba y asegura que en 2050 los españoles tendremos que comer menos carne. Todo en uno. Pero por si fuera poco (y con dos o tres encuestas importantes detrás que auguran que el PSOE va a la baja con muchas ganas), a Campo le ha parecido oportuno sacar el tema de los indultos para avisar de lo que se nos viene encima.
Lo más curioso para los díscolos socialistas es que ellos entienden que dichos indultos no tendrán lugar. Para conceder esta tarjeta del Monopoly que te libra de la cárcel hay que pedir una serie de informes, especialmente uno al tribunal sentenciador, que en este caso es el Supremo representado por el juez Marchena. Que el magistrado vaya a hacer un informe dando el visto bueno al indulto es más que improbable. Y desde el PSOE dudan que Sánchez tenga el descaro de saltarse el protocolo y sacar de la cárcel a sus socios de Gobierno en contra del criterio del Tribunal Supremo. Pero todo es posible.
El resumen que dan algunos dirigentes (y exmandatarios) del PSOE es que no todo vale, una afirmación que Sánchez se ha saltado a la torera desde que entró en la Moncloa; hasta el punto de que se ha convertido en parte de su seña de identidad. La otra parte del argumentario es que los errores de Sánchez están elevando a Pablo Casado sin que el líder del Partido Popular tenga que hacer nada. Es como meterse los goles en propia meta ante un jugador que, a priori, poco tiene que hacer contra el presidente. En cualquier caso, Campo y el PSOE van hacia adelante. Ha pedido a los ciudadanos y a la oposición «serenidad» ante la decisión y ha destacado que en el Consejo de Ministros se valorarán (los indultos) «una por una las distintas circunstancias».