Ciudadanos, el partido que fue la gran esperanza de centro española, vive días de ruido y furia. A los problemas de haber dilapidado su capital centrista por querer ser más «pepero» que el PP, la subsiguiente dimisión de su líder primigenio Albert Rivera, ya en la vida privada ejerciendo de abogado, se une ahora la división en dos almas: por un lado la línea continuista de Inés Arrimadas y, por otro, la línea centro izquierdista del vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea.
Ambas partes se necesitan, pero el caos en que se ha sumido la formación naranja no les deja ver lo beneficiosa que sería la unión de las dos candidaturas en una sola y recuperar el espíritu original de la formación con esa defensa cerrada del centro político. «Inés tiene imagen, liderazgo y discurso formal. Es la candidata perfecta para cualquier partido, pero da la sensación de no ser capaz de «matar al padre» (utilizando la terminología del psicoanálisis del Sigmund Freud) y liberarse del discurso de Albert», comentan expertos consultados en comunicación política que señalan que, «por el contrario, Igea no tiene imagen ni tirón, pero tiene un discurso que podría ilusionar a ese votante de centro político que ha abandonado el partido naranja por sus querencias a copiar el discurso del PP«.
Sin embargo, lejos de que esa fusión vaya a producirse, lo que se otea en el horizonte es el triunfo de Inés Arrimadas y la reducción del sector de Igea a algo anecdótico dentro del partido. Sin embargo, el argumentario del sector minoritario contra la nueva líder de los naranjas ha calado no solo dentro del partido sino a ojos de los votantes y ciudadanos y eso es un problema grave para la formación: Arrimadas se ha convertido para la opinión publica en una terminal del Partido Popular y así se antoja harto complicado que el partido naranja pueda resurgir de sus cenizas, sino que lo más probable es que acabe engullido por los populares.
Cs PUEDE SER LA NUEVA UPyD
Independientemente de que esta imagen de sumisión al PP sea real o imaginaria de puertas hacia dentro, lo cierto es que así se presenta el asunto a ojos de la opinión pública y de la «opinión publicada» —como llamaba el ex presidente Felipe González a los medios de comunicación— por lo que Arrimadas debería hacer una reflexión muy seria de cuál es el discurso político que va a hacer para no acabar fagocitada por el PP y convertir a Ciudadanos en la nueva UPyD de la política española, con la jerezana haciendo el papel principal de la Rosa Díez de la formación naranja.
De momento, Arrimadas cree tener domesticado al PP, se muestra complaciente entrando en las fauces del león, como quien está acostumbrada a ese tipo de números circenses que la política depara», comenta un experto en comunicación política que prefiere no aparecer en la información. «Pero no debería confiarse, el PP aunque sea un león viejo y con las fauces y las garras muy deterioradas, detenta la capacidad suficiente para acabar con el partido naranja en las próximas citas electorales», indica. Señala que tendría que ser la propia Arrimadas quien marcara la agenda al PP como lo hace Vox, en este caso por el centro izquierda.
Esa estrategia le funcionó en su día Ciudadanos, pero ahora los naranjas parecen abducidos por el PP después de haber llegado al poder en varios Ayuntamientos y Comunidades de la mano del partido de Pablo Casado. Es como si un virus se hubiera apoderado de la formación de centro y no reaccionara. «Pareciera que Ciudadanos es victima del «Genovavirus» se han convertido de la mano de Inés en una extensión más de la estrategia del PP a nivel nacional donde las preguntas de un grupo y otro en el Congreso de los Diputados resultan ser las mismas y a nivel autonómico donde hasta el momento iban de la mano en todo, menos en una cosa: apoyarse, al menos de manera formal, en Vox.
«Nos obligan a abrazar el discurso de Vox vía Iturgaiz y encima se quitan a Alfonso Alonso de en medio. La verdad es que la jugada al PP les ha salido de cine»
El plan del PP para absorber a Ciudadanos ya está encima de la mesa. Algunos medios próximos al PP como son el diario El Mundo, hablan de una estrategia para absorber a Ciudadanos en «tres años». Esa estrategia ofrece aprovecharse de Cs allí donde le sea útil como en Madrid y Andalucía y desdeñarlo allí donde sea inútil como es el caso de Galicia, donde el partido naranja suma cero en eficacia a la hora de consolidar a Nuñez Feijóo en el Gobierno de la Xunta. La actuación del PP es todavía mas enrevesada en el Pais Vasco: «Nos ofrecen un pacto en un sitio donde no tenemos oportunidad alguna de subir en escaños ni sumando votos, nos obligan a abrazar el discurso de Vox vía Iturgaiz y encima se quitan a Alfonso Alonso de en medio. La verdad es que la jugada al PP les ha salido de cine», comentan fuentes del sector de Igea en Cs.
Cs, CON ITURGAIZ Y VOX EN EL PAÍS VASCO
Lo que mas sorprende al sector crítico de Ciudadanos es que Inés Arrimadas se haya entregado con fruición a cerrar un pacto con el PP en el que no hay nada que ganar (más allá de que el PP premie a Arrimadas en un futuro con algún cargo de relevancia) y que hace saltar por los aires, en el caso de el País Vasco, la ultima seña de identidad que le quedaba al partido frente al PP: El rechazo a Vox.«Iturgaiz ha sido el primero en decir que entendía a los votantes de Vox y que se iba a dirigir a ellos. Si vamos con Iturgaiz en el País Vasco, estamos validando su acercamiento a Vox y quedamos relegados a la más pura irrelevancia política», comentan fuentes del sector critico que al tiempo señalan que «esta muy bien lo de sacrificarse por la Nación, pero el PP es el primero que ha preferido no apoyar un pacto de Estado con Pedro Sánchez primando el calculo electoral antes que sacrificarse por España, así que lecciones de patriotismo político por parte del PP, ninguna».
Ante tanto «entreguismo» de Arrimadas y sus huestes, los militantes de a pie del partido naranja esperan acontecimientos: «O hay un plan secreto que Inés esconde y que espera poder poner en marcha cuando sea elegida como presidenta, o mucho nos tenemos lo peor: Que Inés quiere entregarle las llaves del partido a Pablo Casado, a cambio de un puesto relevante en el PP y el último que cierre y apague la luz», se temen. En cuestión de semanas, veremos si el «Genovavirus» acaba con Ciudadanos, o el partido naranja encuentra la vacuna para evitar ser la nueva Unión Progreso y Democracia de la política española.