Willy Toledo, que compareció este lunes ante el titular del Juzgado de los Penal número 26 de Madrid por unos comentarios que realizó en el 2017 en Facebook en los que insultaba a Dios y a la Virgen, le ha salido un defensor con el que, seguramente, no contaba debido a las diferencias existentes entre ambos. El escritor y periodista, Arturo Pérez-Reverte, por sorpresa, ha salido en defensa del actor y de la libertad de expresión aunque a pesar de su apoyo no ha dudado en tacharle de miserable.
«Este individuo siempre me pareció un miserable pero defiendo su derecho a insultar a Dios (a cualquier dios) y a ciscarse en reyes, caballos, sotas o lo que estime oportuno. Quien nunca haya blasfemado, que tire la primera piedra«, ha afirmado en twitter Reverte.
Las palabras del actor fueron denunciadas por la Asociación Española de Abogados Cristianos a pesar de que la Fiscalía pide la absolución de Toledo. «Yo me cago en Dios y me sobra mierda para cagarme en el dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María», publicaba en julio de 2017, aunque estas palabras no fueron las únicas y es que también compartió el siguiente mensaje: «Me cago en la Virgen del Pilar y me cago en todo lo que se menea».
Toledo escribió estas publicaciones después de que una jueza de Sevilla abriese juicio oral contra tres mujeres que llevaban en la capital andaluza una reproducción de plástico de una vagina de casi dos metros, imitando los pasos de las cofradías de la Semana Santa. A este ‘paso’ se le denominó como «la procesión del coño insumiso». Los delitos por los que se acusa al actor se dividen en un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos y otro de obstrucción a la Justicia, por negarse a comparecer ante el juez de instrucción. Por ello, piden 22 meses de multa para él.
Por el contrario, la Fiscalía reconoce que el contenido puede ser considerado de «dudoso gusto, desabrido y, sin duda, irrespetuoso con los sentimientos de los que profesan la religión católica, aunque no puede mantenerse que constituyan un delito«. Por ello, el ministerio público solicitó el sobreseimiento de la causa en diciembre de 2018, pese a que dos meses antes pidió ampliar la causa contra Toledo e investigar otros mensajes que también había publicado.
DETENIDO POR NO PRESENTARSE ANTE EL INSTRUCTOR
El 13 de septiembre de 2018, en torno a las tres de la tarde, Toledo era detenido en su domicilio, ocho días después de que el juez de instrucción número 11 de Madrid dictase una orden de detención contra él para tratar de garantizar que el actor se presentase en los juzgados. Esta acción supuso que varios políticos, entre los que se encontraba el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, le mandasen su apoyo a través de las redes sociales.
«Detenido Willy Toledo. No puede ser que en nuestro país sea más fácil acabar detenido por ofender a Dios que por corrupto. En estos tiempos, defender la libertad de expresión se convierte en obligación para cualquier demócrata», aseguraba Pablo Iglesias.
También el que era, por aquel entonces, portavoz del partido independentistas ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà, le mandaba un abrazo “fraternal” y “solidario” y le mostraba su predisposición a contar con su partido. «Willy, ¡cuenta con nosotros! Un abrazo fraternal y solidario. El “a por ellos” fascistón no entiende de territorrios. #FreeWillyToledo».
Asimismo, desde la plataforma cultural independentista Ómnium Cultural también mostraban su disconformidad con la detención de Toledo, lo que representaba “un golpe más” de la «falta» de derechos fundamentales de la justicia española. «Un golpe más, la justicia española pone de manifiesto la falta de derechos fundamentales, como el de la libertad de expresión, que demuestra la regresión democrática del Estado. La defensa de las libertades nos afecta a todos. ¡Movilízate!», publicaba la plataforma catalana.
“EL COÑO INSUMISO”, ABSUELTO
Las tres activistas procesadas por participar en la “procesión del coño insumiso” en 2014 en Sevilla, fueron absueltas por delito de atentar contra los sentimientos religiosos, por el que la Fiscalía solicitaba una multa de 3.000 euros para cada una de ellas, y de delito de odio, que también pedía la acusación particular, ejercida por la misma asociación que denunció a Willy Toledo, Abogados Cristianos.
El juez considera que la finalidad de las mujeres al participar en esa procesión no era la de «ofender los sentimientos religiosos». En el caso del delito de odio, la sentencia estableció que ninguna de las tres mujeres profirieron durante la marcha “arengas o proclamas” que incitaran “directa o indirectamente” a ese sentimiento. «Se ha hecho justicia, y es la primera condición para permitir el avance democrático y que las mujeres podamos hacer crítica a la administración«, explicaba una de las acusadas, Antonia Ávalos.