La polémica alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse, se ha dejado ver en un acto público, pero a medias. La regidora socialista suspendida de militancia ha acudido este lunes al nombramiento del líder del PSM, José Manuel Franco, como delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid; el mismo que hasta hace unos días pedía su cabeza por haber «enchufado» a familiares y amigos en su gabinete. Sin embargo, la alcaldesa de Móstoles ha optado por la discreción. Se ha situado tras una puerta desde donde no podía ni siquiera ver el acto y nada más acabar se ha marchado sin cruzar palabra con Franco ni ningún otro diputado socialista.
Muchos dentro del PSOE se han sorprendido con la presencia de Posse en el acto. Pese a que la alcaldesa ha llegado a estar directamente enfrentada con Franco, ha decidido presentarse en su nombramiento como Delegado del Gobierno en Madrid ante la sorpresa de muchos. Algunos dudaban incluso si Posse seguía siendo socialista. Otros directamente ni la reconocieron. Pero los que sí, pudieron ver cómo la regidora se escondía sola tras una puerta para no llamar demasiado la atención ante sus compañeros de partido.
Franco pidió la dimisión de Posse tras conocerse que había contratado al poco de llegar al poder desde el Ayuntamiento a su hermana (al frente de las redes sociales del Consistorio), a su tío (como director técnico de deportes), a su expareja y a un amigo íntimo (como gerente del Instituto Municipal de Suelo). De hecho, el PSM inició una investigación sobre el tema para determinar qué hacer con Posse. Además de haberla suspendido de militancia.
La Comisión de Ética del PSOE de Madrid inició una investigación contra Posse tras todas las polémicas. Incluida también la de un aumento de sueldo que la convirtió en una de las regidoras que más dinero cobraban del país. Pero todo ha quedado en el aire a pesar de que Franco aseguró que se conocería el resultado de la resolución en cuestión de «días».
Posse desobedeció las sugerencias de Franco que le mostraban la puerta de salida. Esa forma de socavar la autoridad del actual delegado del Gobierno de la Comunidad de Madrid puso a Franco en una posición delicada. Tanto que, tal y como cuentan fuentes del PSM, algunos retiraron su apoyo al secretario general del PSOE de Madrid.
Sobre el por qué Posse se negaba a abandonar el partido y por qué otros miembros del partido como el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitaban posicionarse en la polémica que inundaba Móstoles, fuentes del partido indican que todo tenía que ver con el gabinete del propio Sánchez. La relación de Posse con un miembro cercano al presidente del Gobierno fue clave, según estas fuentes, para que pudiera desobedecer las sugerencias de Franco sin consecuencias.
Ahora, con la investigación abierta, Posse se siente respaldada. Tanto por los alcaldes socialistas de otros municipios madrileños como por varios miembros del partido. Y eso la ha llevado a que, a pesar de que muchos dudan sobre si sigue siendo socialista o no, se pueda presentar en actos públicos del PSOE sin mayores consecuencias. Eso sí, sin relacionarse de forma abierta con ninguno de los diputados, concejales y otros miembros del partido.
Los alcaldes socialistas de Leganés, Getafe, Alcorcón y Fuenlabrada sí que han mostrado su apoyo abierto a Posse. Este movimiento que reptaba bajo los pies de Franco le había puesto una diana en la frente al Delegado del Gobierno. Tanto, que algunos dentro de la formación consideran que Sánchez le ofreció el puesto para salvarle de una quema casi segura.
UN DELEGADO FEMINISTA
José Manuel Franco se ha preocupado más en su discurso por el lenguaje inclusivo que por el contenido. El «todos y todas» y el «ellos y ellas» ha dominado su discurso. Tanto, que en algún caso se le ha olvidado, como a la hora de mencionar solo a los «eurodiputados». Aún así, Franco se ha mostrado contundente contra la violencia de género, una «pandemia» que ha dado su palabra que «erradicará».
También ha dedicado unas palabras a la lucha contra el cambio climático y, en definitiva, todas las líneas generales del discurso del partido. No sin antes realizar las manidas menciones a pensadores ilustrados como Rousseau o a algún mítico escritor español como Benito Pérez Galdós. Tras el acto, todos han acudido al «besamanos» particular del flamante delegado. Todos excepto uno (o una): Noelia Posse.