Tímida, activista, de izquierdas y muy fiel a Irene Montero. Así es Ione Belarra, la ‘cienmileurista‘ y futura líder de Podemos, que tendrá en la sombra a la esposa de Pablo Iglesias, exlíder de la formación que ha dejado la política tras la debacle en Madrid.
Belarra (Navarra, 1987) y Montero se conocen desde antes del nacimiento del 15-M. Ambas se conocieron en la facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, donde se licenciaron y emprendieron juntas un doctorado que abandonaron después para iniciar su meteórica ascensión dentro del partido y el Gobierno. De los pasillos de la facultad a sentarse en la mesa del Consejo de Ministros en sólo seis años.
La guerra por el poder en Podemos se ha gestado en los últimos meses y se ha recrudecido tras la salida de Iglesias de la vicepresidencia del Ejecutivo. Su puesto lo ha ocupado Ione Belarra, pero el ascenso también ha sido para la favorita del ahora defenestrado Iglesias, Yolanda Díaz. La actual ministra de Trabajo no tiene posibilidad alguna de armar una candidatura para disputar el puesto en Podemos. Y es que, ni es militante ni tampoco tiene tiempo para hacer frente a una práctica desconocida de la militancia.
Tras el 10-N, Ione Belarra recogió de nuevo su acta de diputada. Con su ascenso al Gobierno, su remuneración fue de 118.250 euros brutos anuales por estar menos de un año.
IONE BELARRA, EN SINTONÍA CON DÍAZ
Si bien, Ione Belarra sí tiene buena sintonía con quienes realmente disputan el liderazgo de una formación venida a menos elección tras elección. Tiene confianza con Díaz, pero es íntima amiga de Montero, a quien le debe absolutamente todo. Tanto Belarra como la marquesa de Galapagar veraneaban juntas en un pueblecito de Soria, junto a Rita Maestre, concejal en el Ayuntamiento de Madrid.
Los estrechos lazos unen a Belarra y Montero, quienes han compartido acampadas, protestas y liderazgo en la presión social en la Facultad de Psicología de la UAM. Ambas han compartido numerosos cafés en el bar, pero también estudios y ese doctorado que se ha quedado a medias. La navarra ha ocupado cargos de relevancia dentro de esta organización, extinta en algunas comunidades autónomas y en riesgo de desaparecer en otras, como casi lo hace en Madrid, al situarse como última fuerza con representación en la Asamblea.
La afinidad de las dos compañeras de estudios es tal que a finales de 2014 obtuvieron una beca predoctoral de Formación del Profesorado Universitario (FPI). Ambas la disfrutaron pese a no acabar estos estudios, dos plazas así desperdiciadas y que hubieran valido para otros candidatos. Renunciaron a las becas por su condición de diputadas en el Congreso.
Sin embargo, las dos mujeres más relevantes ahora en Podemos estaban inmersas en la carrera política desde 2014, cuando la formación inicia su andadura para presentarse a las europeas de aquel año con una papeleta sin logo y el rostro de Pablo Iglesias como reclamo.
METEÓRICO ASCENSO DE BELARRA CON LA AYUDA DE MONTERO
En 2017, Belarra fue designada como portavoz adjunta del partido en el Congreso, a la sombra de Montero. Sin embargo, en esa legislatura tomó conciencia del papel de su «portavoza«, a quien sustituyó por su baja maternal. El 10-N volvió a ser elegida como diputada, aunque con un papel más relevante. En aquellos tiempos, se gestaba el primer Gobierno de coalición de la democracia.
La mano derecha de Montero participó de forma muy activa en aquellas negociaciones con el PSOE, trasladando a Adriana Lastra las peticiones de su jefa. Y es que, a pesar de su timidez, Belarra cuenta con dotes de negociación y diálogo, como le pasa también a Díaz, aplaudida por empresarios y sindicatos tras alcanzar acuerdos en momentos muy complicados, como ha ocurrido en esta pandemia. Este es el perfil que busca ahora Podemos, para salir de la actual crisis de liderazgo en el partido.
Así las cosas, esta confianza y lealtad cotizan al alza en la política española. Se ha visto en el PSOE de Madrid, donde Pedro Sánchez ha iniciado una purga sin precedentes. Las peleas internas en Podemos se saldaron con una cruenta batalla en 2018, con la ruptura entre Íñigo Errejón e Iglesias. Los afines se debaten ahora entre la confrontación o el diálogo para tratar de atraer a otras fuerzas políticas, como ya se hizo con IU y En Marea.
De hecho, para las elecciones madrileñas Podemos intentó la alianza con Más Madrid, pero los de Mónica García y Errejón lo rechazaron por las notables discrepancias a la hora de trasladar el mismo mensaje.
EL CAMBIO DE IGLESIAS: DE ELEGIR A MONTERO A SEÑALAR A DÍAZ
Pablo Iglesias señaló a su esposa, Irene Montero, para liderar Podemos, siendo así la primera mujer de la formación en aspirar a la Presidencia del Gobierno. Sin embargo, con el tiempo, el exlíder de Podemos ha abandonado sus cargos y ha pronunciado el nombre de Yolanda Díaz para sucederle.
Díaz no es militante de Podemos, por lo que no puede presentarse a unas primarias. Además, es más cercana a las tesis del Partido Comunista y de IU que a la ideología de Podemos. Sin embargo, Díaz no ha rechazado este envite, aunque tampoco lo ha aceptado públicamente. Hasta ahora, se la conoce por un gran talante dialogante, pero en un partido con cada vez menos apoyo.
Para evitar un enfrentamiento directo, la ministra de Derechos Sociales será la cabeza visible en unas primarias que se realizarán este verano, años antes de lo previsto, para enfilar un nuevo Vistalegre. Belarra fue quien sustituyó a Iglesias tras lanzarse éste a la arena de Madrid.