Médicos Sin Fronteras (MSF) ha celebrado la decisión del Gobierno de Estados Unidos de apoyar la renuncia a la protección de la propiedad intelectual de las vacunas contra la Covid-19 para ayudar a poner fin a la pandemia.
Y es que, muchos de los países de bajos ingresos en los que trabaja MSF solo han recibido el 0,3 por ciento del suministro mundial de vacunas contra el coronavirus, mientras que Estados Unidos ha conseguido suficientes dosis para proteger a toda su población «y aún le quedan más de 500 millones de vacunas sobrantes».
Además, la organización ha recordado que la escasez de diagnósticos, tratamientos y otras herramientas médicas que salvan vidas sigue añadiendo presión a países como India y Brasil, donde el aumento de casos ha llevado a los sistemas sanitarios «al borde del colapso».
«La decisión adoptada hoy por el gobierno estadounidense es un paso importante hacia el apoyo mundial a una exención en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en materia de propiedad intelectual. Esto podría proporcionar a los países nuevas opciones para hacer frente a las limitaciones de las normas de propiedad intelectual actuales y eliminar las incertidumbres y las barreras legales que pueden impedir la producción y el suministro de productos médicos COVID-19 con antelación», ha señalado la organización.
De hecho, MSF ha solicitado a lo largo de estos más de siete meses de negociaciones en la OMC, la suspensión de las patentes para todos los productos COVID-19, incluidas vacunas, tratamientos y diagnósticos. «MSF aplaude la valiente decisión del Gobierno estadounidense de apoyar la exención de la propiedad intelectual de las vacunas contra la COVID-19 en este momento sin precedentes de necesidad global. Resulta crucial que esta exención no solo se aplique a las vacunas preventivas, sino que también cubra otras herramientas médicas para la Covid-19, incluidos los tratamientos para las personas que caen enfermas y los diagnósticos para ayudar a frenar la propagación, como se propuso originalmente hace siete meses», ha enfatizado la directora de MSF Estados Unidos, Avril Benoît.
Finalmente, ha avisado de que si Estados Unidos quiera acabar con esta pandemia también debe compartir sus dosis de vacunas excedentes con el mecanismo Covax y llenar el «vacío de acceso» hasta que otros fabricantes estén en disposición de aumentar la producción. Además, prosigue, debe exigir que las empresas farmacéuticas, que recibieron importantes cantidades de fondos de los contribuyentes estadounidenses para investigador y desarrollar estas vacunas, compartan la tecnología y los conocimientos técnicos con otros fabricantes en disposición de proteger a más personas en todo el mundo.