La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha defendido este miércoles, en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados, que «no hay una sola definición de España ni una sola interpretación de la Constitución».
Así lo ha afirmado en su intervención en la Cámara Baja para presentar los objetivos del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática que preside. Allí, ha llamado a las formaciones políticas a hacer «autocrítica» respecto de lo que ha representado la política hacia Cataluña de los últimos 10 años.
En su opinión, ésta debe ser la Legislatura en la que tendrán que «hablar todos y de todo» y ha reivindicado que «no hay más que una manera» de solucionar el conflicto con el independentismo catalán y ésta pasa por «encontrar caminos acordados, seguros en lo jurídico y legítimos en lo político, no hay más».
LOS INDEPENDENTISTAS SON COMPATRIOTAS
Calvo ha defendido el diálogo que se dispone a entablar sobre el «conflicto político» el Ejecutivo español con el Govern catalán porque se trata de hablar «con otros compatriotas», muchos de los cuales, ha indicado, «votan proyectos independentistas».
En el turno de portavoces, el diputado de ERC Gabriel Rufián ha respaldado esa mesa de diálogo pactada con el PSOE en su acuerdo de investidura y ha advertido a los que «aún dudan» de su utilidad –en alusión a los independentistas de Junts per Catalunya, con quienes ERC pugna por la hegemonía del espacio soberanista– de que la alternativa al diálogo con el Gobierno socialista es «nefasta», en referencia a un Ejecutivo de derechas en La Moncloa.
«Hablar de todo, todos con todos, debe ser la base de todo», ha defendido Rufián, parafraseando a la vicepresidenta. Rufián ha reconocido la imposibilidad de levantar una república independiente catalana «con el 50 por ciento de la población en contra», pero tampoco con ese porcentaje se puede «imponer una autonomía», ha advertido antes de señalar que en ERC también están preparados «para lo peor», en alusión a que finalmente el PSOE les decepcione.
MUCHO QUE HACER FRENTE A LA MONARQUÍA
Y si ha saludado el giro que percibe en los socialistas en su posición sobre Cataluña y apoyado la intención del Gobierno de mejorar la ley de memoria histórica, Rufián ha considerado que queda mucho camino por recorrer en torno a la Monarquía.
En concreto, ha defendido «luchar contra la opacidad que rodea a una institución» que consideran «obsoleta» y en la reducción de sus «privilegios, inviolabilidad, opacidad económica» y en el ámbito de la despenalización de las injurias contra la Familia Real.
A Rufián, Calvo le ha replicado que en democracia se puede hablar de todo, pero son las leyes las que dicen lo que se puede hacer y lo que no. Y ha evitado entrar en el debate acerca de la Monarquía.
EL PP NO DESEA SUERTE AL GOBIERNO
En una línea muy distinta a la de Rufián, la diputada del PP Edurne Uriarte ha sentenciado que el PP no puede desearle a la vicepresidenta «suerte en su proyecto». Es más, le ha pedido que una «rectificación profunda» de sus planes y, en particular, los «objetivos que han fijado con los independentistas que no respetan» el Estado de Derecho y cuyos líderes están «condenados» por el Tribunal Supremo.
Uriarte ha acusado a Calvo de pretender «encubrir» que están pactando con quienes se han saltado la Constitución reivindicando ese «diálogo con el diferente». «Cuando ustedes proponen lo que llaman una agenda para el reencuentro y una mesa de negociación con quienes no respetan el Estado de Derecho ni la Constitución, ustedes han elegido situarse fuera del bloque constitucional», ha sostenido.
La diputada ‘popular’ ha afeado al PSOE que hable de progreso cuando el «verdadero progreso se sustenta en primer término en un estado de derecho donde los españoles» sean «iguales ante la ley», un principio que no se cumpliría si el Gobierno materializa la revisión a la baja del delito de sedición para «acelerar la salida de la cárcel» de los líderes del ‘procés’.
En su turno de réplica, Calvo ha respondido a Uriarte lo extraño que le resulta que, desde el «minuto uno» de su intervención, su grupo pida una «rectificación profunda» de todo el proyecto del Gobierno de coalición que nace de la decisión salida de las urnas.
También le ha invitado a hacer un análisis «más fino» en relación con Cataluña, donde el PP obtuvo en las generales del 10 de noviembre sólo dos diputados, lo que significa, en opinión de Calvo, que la sociedad catalana no independentista les está diciendo que cambien de estrategia.
REPROCHE A LA GESTIÓN DEL PP EN CATALUÑA
Calvo ha reprochado al PP su «desmemoria» con respecto a cómo el PSOE les asistió en Cataluña cuando hubo que aplicar el artículo 155 cuando el Gobierno de Mariano Rajoy estaba «con el agua al cuello». «¿Cómo no supieron de aquellos referéndum ilegales, cómo ocurrieron? ¡Qué desmemoria, qué despropósito», ha considerado Calvo, sacando pecho de que bajo el Ejecutivo del PSOE los independentistas no han vulnerado la ley.
Y frente a las críticas que la oposición le ha dirigido por tener de socios a los independentistas de ERC y los nacionalistas del PNV, Calvo se ha defendido reivindicado que estas dos formaciones, junto con el PSOE, son los «tres grandes partidos históricos» españoles.
El representante de Vox, José María Sánchez, ha reprochado al Gobierno socialista «practicar el discurso del odio» del que dicen huir y se ha referido a Calvo como «señora vicepresidente», lo que ha llevado a cabo a plantearse si evitaba responderle por no sentirse aludida.
Por Ciudadanos, Edmundo Vall ha cuestionado la estrategia de «desjudicialización» que el Ejecutivo quiere llevar a cabo en relación con la gestión del conflicto catalán.
El representante del PNV, Mikel Legarda, ha concedido una tregua al Gobierno, que lleva apenas un mes en marcha, y ha expresado que esperará a juzgar por las acciones que emprenda porque «una cosa es hablar y otra, hacer».
Por Más País, Íñigo Errejón ha alertado de un proceso de «recentralización» en España a partir de determinadas sentencias del Tribunal Constitucional.