Inés Arrimadas se resiste a hacer autocrítica tras su segundo revés electoral en menos de tres meses. El perder 30 escaños en Cataluña no fue suficiente y buscó la excusa de la «abstención» para mantenerse pegada a la silla, ahora fuera de la Asamblea de Madrid, y dejarse 26 escaños y casi un millón de euros en subvenciones, tampoco es condición suficiente para admitir la nefasta gestión, realizar autocrítica y dejar los cargos, aunque sea por dignidad y limpieza políticas.
La líder naranja no sólo se ha hecho de nuevo la sueca tras la debacle en Madrid, sino que además toma por inmaduros a sus votantes para ascender a Edmundo Bal, a quien dejó solo para dar la cara por los pésimos resultados y ser el candidato extraparlamentario con mayor número de votos (129.216). La formación insiste en ocupar el «centro» del tablero político tras perder 500.724 papeletas en tan sólo dos años, todo un logro ya que ha supuesto una caída del doble respecto al PSOE.
Se dicen pronto las cifras. Cero escaños en el Hemiciclo madrileño, pero sin un sólo culpable de esta histórica derrota de un partido que empezó su andadura en 2003, con un desnudo Albert Rivera. Y en bolas se ha quedado el partido en Madrid, pero con los mismos dirigentes. Exseñorías, el rey está desnudo y sin nadie al mando.
UNA DEBACLE SIN PRECEDENTES, PERO ARRIMADAS SE AFERRA AL ASIENTO
No era un inesperado resultado el obtenido por Bal y su séquito. Todas las encuestas, a excepción de dos, apuntaban a la hecatombe, a un hundimiento de un barco sin rumbo, con sus capitanes huidos y sin nadie al timón. Pero ahí sigue Arrimadas, empeñada en enderezar la quilla con un cubo de agua, y con ésta al cuello. Como en Cataluña, los naranjas han pasado a la absoluta irrelevancia en Madrid, con cero escaños de 136 posibles.
Con un panorama desolador en Madrid, Arrimadas ha tenido los bemoles de ascender a Bal, un claro mensaje en contra de la meritocracia que destilaba Ciudadanos. Ahora tendrá una vicesecretaria general, junto con el actual secretario de Comunicación, Daniel Pérez, por «su compromiso y capacidad demostrada durante este periodo.
Arrimadas se mantiene erre que erre con su discurso y proyecto, el mismo que ni ha convencido en Cataluña ni tampoco en Madrid, donde se ha visto superado por las principales fuerzas conservadoras y de la izquierda, de la que proviene la formación.
UNAS ELECCIONES PROPICIADAS POR LA TRAICIÓN DE AGUADO Y ARRIMADAS
Su intención es que «el debate político se vuelva a centrar en los programas, en las propuestas y en las soluciones reales», mientras que esas políticas se vieron traicionadas por sus propios miembros, con una moción de censura en Murcia y un pacto con el PSOE en 2016, para después salvar a Mariano Rajoy y retirarle el apoyo más tarde.
A su juicio, la polarización actual está «muy alejada de las preocupaciones que quitan el sueño a los ciudadanos, se acerque a lo que realmente importa». Es decir, un mix entre la campaña realizada por Más Madrid y el PP.
De Ciudadanos ya no quedan ni los rastrojos en una sede que tendrá que vaciarse en cinco años si no lo remedia un milagro y una buena limpieza en la cúpula de la formación. Un nuevo capitán y un nuevo equipo podrían aún reflotar y devolver la ilusión a unos votantes que han depositado su confianza en el Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso. Y es que, en ese inmueble va a sobrar espacio a partir de ahora si se mantiene esta tendencia en las regiones y Comunidades Autónomas que osen adelantar elecciones. Tiemblan ahora los de Andalucía, cuyas urnas podrían salir este mismo otoño.
La escabechina en Madrid es injustificable por el lado de la abstención, más cuando el PP ha recogido con su proyecto no sólo los votos de los ‘naranjas’ sino también del PSOE y de quienes se quedaron en casa en 2019. Asimismo, los ‘populares’, antaño objetivo de los de Rivera, han cosechado con Vox el segundo mejor resultado en su historia, tan sólo superado por UPyD en 2011.
ARRIMADAS EMULA A SÁNCHEZ Y SE VA DE GIRA
Arrimadas se ha quedado ahora sin excusas, pero ha salido por la tangente para evitar dejar su asiento en la Ejecutiva del partido. De hecho, tanto saldrá que se ha propuesto hacer una gira por toda España, quizá para pasear a un cadáver andante. Eso sí, previo examen de la militancia, que, a su juicio, aprueba la gestión.
Tras dar a conocer esta decisión, Arrimadas irá de gira por España, ya no sólo para visitar alguno de los 8.138 municipios de España, sino para ir por Comunidades Autónomas, en concreto 17. Todo ello para «emprender un proceso participativo de la militancia» en el marco de su cumbre política en julio próximo.
No es la primera vez que se lleva a cabo una idea similar en España. Pedro Sánchez se recorrió España antes de lanzarse a la candidatura en las primarias del PSOE en 2016. Antes, el ahora presidente del Gobierno abandonó tras su intento de convocar las primarias y un Congreso tras dos años como secretario general.
Sánchez fue derrotado por 132 votos en contra y 107 a favor en una noche muy amarga, un mal trago del que se recompuso, pero que hizo prácticamente solo. Por contra Arrimadas, espera la reelección como jefa suprema de Ciudadanos, imponiendo su orden y ley ante los críticos, que se preparan para exigir su Asamblea Extraordinaria.