El presidente de Venezuela reconocido como tal por más de 50 países, Juan Guaidó, confirmó en la noche de este martes que regresó a Caracas, Venezuela, después de su gira por varios países de Europa, Canadá y Estados Unidos. El líder fue recibido con violencia a su llegada en el aeropuerto, entre empujones, insultos y golpes por parte de hasta 200 seguidores de Nicolás Maduro.
El líder venezolano tuiteó: «Traigo el compromiso del mundo libre, dispuesto a ayudarnos a recuperar la Democracia y la Libertad. Empieza un nuevo momento que no admitirá retrocesos y que nos necesita a todos haciendo lo que nos toca hacer». Guaidó llegó a Caracas a las 17:00 de este martes, y varios diputados simpatizantes acudieron al aeródromo para recibirle.
Guaidó pudo finalmente abandonar el aeropuerto en un vehículo gris, tras recibir improperios y agresiones como «Guaidó, fascista proimperialista» o «fuera la derecha, la patria se respeta», como recoge El Español.
La difícil llegada del dirigente al país ha suscitado todo tipo de reacciones en Twitter, entre ellas, la de Albert Rivera: «Una turba chavista apalea al presidente Guaidó y a su mujer al llegar a Caracas, mientras militares y policías del régimen lo permiten. Indignante. Yo no estoy con Maduro ni con Delcy Rodríguez, yo estoy con #Guaido«, comentó este miércoles el expresidente de Ciudadanos.
GUAIDÓ, «LÍDER DE LA OPOSICIÓN» SEGÚN SÁNCHEZ
Precisamente este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido a Guaidó como «líder de la oposición» en Venezuela. Sánchez rebaja así el estatus y trato ofrecido al dirigente desde España, que pasa de ser presidente «encargado» a «líder de la oposición». No obstante, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, sostiene que el tratamiento del Gobierno a Guaidó no ha cambiado.
Todo esto ocurre en contexto dela creciente tensión por el encuentro entre José Luis Ábalos y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. Sobre este asunto, el ministro de Transportes será preguntado este miércoles en la primera sesión de control del Congreso al Gobierno. Sánchez ya ha respaldado con solidez a Ábalos: «Hizo su deber, que fue evitar una crisis diplomática«, ha dicho el presidente en contestación al líder de Vox, Santiago Abascal.
Abascal ha criticado duramente la actitud del Gobierno respecto al encuentro: «Un ministro español evita que una dirigente de una narcodictadura sea detenida en suelo español» ha asegurado.
Sánchez, que se ha referido a Vox como «ultraderecha», ha acusado al partido de Abascal de «hacerse pasar por amigo» de Venezuela pero en cambio en España «estigmatizar a los inmigrantes«.
