sábado, 23 noviembre 2024

Gabilondo, el candidato ‘soso y formal’, cierra campaña en Entrevías

El candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, cerrará hoy su campaña en Entrevías para reivindicarse como el único partido de izquierdas capaz de liderar el proyecto de cambio, de progreso y acabar con las políticas de la presidenta regional y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, y con la «ultraderecha de Vox».

Durante estos 15 días Gabilondo ha recorrido diferentes municipios de la Comunidad de Madrid como Móstoles, Getafe, Parla, Rivas Vaciamadrid, Fuenlabrada, Alcorcón y Coslada, así como los distritos de Chamberí, Arganzuela, Latina, Vallecas y Aluche. Además, también ha dado sus mítines en la sede del partido, en Ferraz, donde ha estado acompañado en dos ocasiones por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y por diferentes ministros.

En todos estos encuentros Gabilondo se ha centrado en un mensaje principal, que Madrid «no esté gobernada por la ultraderecha» y que los madrileños acudan a votar «masivamente» el próximo 4 de mayo por un «gobierno de progreso» frente a las políticas «fallidas» del actual Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Desde el inicio de la precampaña el líder socialista indicó que estaba dispuesto a pactar «con las dos manos» pero que no quería a los extremos, donde también incluía al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, con quien decía no estar de acuerdo en su modo de plantear las elecciones, «en términos de confrontación».

Pero este planteamiento cambió durante el debate de ‘Telemadrid’ con sus seis contrincantes, cuando Gabilondo se dirigió por primera vez al candidato ‘morado’, pasando del «con este Iglesias no» a «Pablo, tenemos 12 días». Así, el candidato socialista forjaba una nueva orientación propiciada por el ‘no’ de Ciudadanos y llamaba a la unión de todas las fuerzas de izquierda para acabar con el ‘Gobierno de Colón’.

DEL ‘NO A LA CONFRONTACIÓN’ AL CORDÓN SANITARIO A VOX

Esta campaña también se ha visto marcada por las cartas amenazantes que han sufrido miembros del Gobierno de España y candidatos; tema que ha llegado a eclipsar todos los actos y mítines electorales.

Es desde este momento y «la falta de condena explícita» de estos hechos por parte de Vox, lo que hace que Gabilondo abandone su idea de no entrar en el «clima de confrontación» y baje un poco más al ‘barro’ virando su discurso contra la «ultraderecha de Vox» y llamando a la movilización para acabar con «el odio, el miedo y las amenazas».

De hecho, a raíz de estas circunstancias y al polémico cartel de la formación encabezada por Rocío Monasterio en contra de los menores extranjeros no acompañados (menas) es cuando el candidato socialista avisa contundente que hará «un cordón sanitario» a este partido y deja claro que no gobernaría «ni con Vox ni con Ayuso», quien, a su juicio, capta las ideas de la «ultraderecha».

Gabilondo que no era partidario de que se plantearan las elecciones en términos de «fascismo o comunismo» acaba reconociendo que «entre racismo o no, no hay neutralidad y entre fascismo o no, no hay neutralidad». «He vivido ya mucho y no puedo consentir que se blanquee el fascismo», llegó a decir.

NO TEME EL ‘SORPASSO’ DE MÁS MADRID

Por otro lado, la mayoría de las encuestas han dado resultados favorables a su contrincante Ayuso, mientras que vaticinan que el PSOE pueda perder votos por la candidata de Más Madrid, Mónica García. No obstante, Gabilondo ha asegurado que no teme el ‘sorpasso’ de Más Madrid porque los socialistas son «la alternativa que puede hacer ganar a la izquierda.

«Los datos que tenemos son de que la mayoría de progreso y conservadora están muy próximas. En Madrid se dirime todo con uno o dos escaños, no hagamos otras fantasías», sostenía.

La preocupación de Gabilondo reside en «los indecisos» que aún hay y que no saben qué harán estas elecciones. A ellos se ha dirigido para que se movilicen para parar a este Gobierno de Ayuso «escorado a Vox» y que triunfe una alternativa progresista.

Gabilondo quiere «gobernar para todos» sin dejar a nadie en el camino frente a lo que asegura que ha hecho el PP: «ceremonias de la distracción» para «no hacer lo que debe hacer» y centrar su único programa de gobierno en la «confrontación» con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Se ha presentado a estos comicios como un candidato «soso, serio y formal», al que le sobra «espectáculo» y «ruido». Además, reconoce que no es un «político de marketing», que «el descaro, el insulto, el odio y la tensión» no le representan y que quiere ser el presidente de la Comunidad de Madrid para «gobernar en serio».

PROPONE MÁS DE 350 MEDIDAS EN SU PROGRAMA DE GOBIERNO

El candidato socialista ha sido de los primeros en dar a conocer su programa de Gobierno al completo, con 350 medidas centradas en «la pandemia, la reconstrucción social y la recuperación económica». Entre ellas, destacan 1.300 millones para el tejido empresarial, el compromiso de iniciar la construcción de 15.000 nuevas viviendas públicas para alquiler social, una ley por la que ningún ayuntamiento de la Comunidad de Madrid podrá vender viviendas públicas a fondos de inversión y el primer gobierno paritario en Madrid.

También, quiere activar los centros de salud para la vacunación incluso los fines de semana, implantar el abono de transportes joven gratuito hasta los 31 años para estudiantes y desempleados, un billete anticontaminación, 25.000 nuevas plazas públicas en el sistema educativo madrileño y pagar el primer mes de alquiler a menores de 30 años que se independicen, medida esta última con la que sorprendía casi al final de la campaña.

Pero, sin duda, sus promesas estrella son: «vacunar, vacunar y vacunar» y «no subir los impuestos». Gabilondo ha asegurado que no va a tocar la fiscalidad durante los dos años si gobierna porque los madrileños ya están viviendo «una situación suficientemente difícil». Iglesias ya ha manifestado que subirlos sería una de sus líneas rojas a lo que el socialista ya le ha dicho que «no venda la piel del oso antes de cazarlo» pensando en que ya va a entrar en un gobierno, cuando él solo le ha pedido «su apoyo».