La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sostenido que los problemas educativos de los jóvenes nada tienen que ver con «el adoctrinamiento ni con los mantras de unos y otros» sino que tienen que ver con los teléfonos móviles, que les están «robando la infancia a los menores en todo el país».
«Con diez años, con once años, con trece años, les están inculcando contenidos que antes lo hacíamos en clase con nuestros profesores o en casa. Tenemos un grave problema de dispersión, un problema de como instruir y formar a través de la tecnología», ha manifestado Ayuso en la sesión de control del Pleno de la Asamblea, en respuesta a una pregunta sobre el ‘pin parental’ formulada por el portavoz de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinya.
Para Ayuso, cuando los representantes de izquierda dicen cómo solucionarían la educación y del tipo de materias a las que hay que llevar a los niños, no es de extrañar «que las familias de la Comunidad se aterren». Yo desde luego si sé que usted o el señor Errejón se meten en las aulas a decirle a mis hijos cómo tienen que pensar no les dejo ni salir de casa», ha lanzado.
La jefa del Ejecutivo autonómico les ha pedido que dejen «la política fuera de las aulas, de crear conflicto donde no lo hay, de hacer espectáculo» porque a lo que se va a los colegios es «a instruir y a formar».
Por su parte, el portavoz de Madrid ha sostenido que no creen que no se imponga en la Comunidad el «veto educativo» porque llevan «décadas desvalijando la educación pública«, porque no están «moviendo ni un solo dedo para evitar que se aplique de facto», como en el Blas de Lezo o en Boadilla del Monte, y porque cada vez que Vox les ha pedido algo ellos finalmente han cedido.
A su parecer, el debate sobre el «veto educativo» está permitiendo comprobar «la enorme distancia» que hay entre la presidenta y la sociedad madrileña y ha remarcado que, aunque digan que es «una amenaza lo que se enseña en las escuelas», lo que lo es verdaderamente es un Gobierno que «no ha puesto en marcha» el protocolo contra acoso que se deriva de la ley LGTBI.
Además, les ha afeado que consideren una amenaza que en la escuela se enseñe el uso de «este peligroso artefacto de deseo marxistas, comúnmente conocido como preservativo» mientras que ellos consideran amenaza que no se quiera enseñar en las escuelas cómo se previene una enfermedad de transmisión sexual o un embarazo.